Los fondos para investigación son muy importantes, pero no se debe ni hacer catastrofismo ni ser pesimistas. Así opina el catedrático, investigador y miembro de la Academia de Medicina, Antonio Campos, quien también ha dirigido el Instituto de Salud Carlos III. EFEsalud le ha entrevistado.

Antonio Campos Muñoz, catedrático por la Universidad de Granada, ha pasado por los micrófonos de “El Bisturí” para hablar de investigación. Desde los numerosos cargos y responsabilidades desempeñados, los muchos reconocimientos académicos y docentes, los premios recibidos, y los libros y artículos publicados, este experto evalúa y analiza la situación de la investigación en España.
¿Cómo podemos definir la historia de la investigación en España?
Está encadenada a la historia de la investigación general en Europa. Hemos seguido el mismo esquema aunque con matices diferentes respecto a otros países. La tradición histórica española es importante en contra de lo que a veces se suele pensar, creo que no valoramos las aportaciones que se han ido realizando.
Es verdad que cuantitativamente ha sido en menor medida que otros países, pero en ocasiones las aportaciones han sido muy valiosas. Por ejemplo, las obras de Santiago Ramón y Cajal y su escuela.
En las ciencias médicas, la contribución ha sido valiosa tanto en investigación básica como clínica, con importantes innovaciones en terapias, metodología, y en el desarrollo de nuestro sistema sanitario, del que debemos estar orgullosos.
¿Somos conscientes de la importancia de la investigación en el panorama actual?

La sociedad española cada vez es más consciente de lo que aporta la investigación no solo al bienestar social, también al desarrollo industrial y social, y a las fuentes de conocimiento.
A veces la investigación no alcanza en los medios la presencia de otro tipo de actividades, como la política, tal vez hasta excesiva, o el deporte. Pero, afortunadamente, en los medios de comunicación, la actividad científica se abre paso.
Los científicos suelen ser pudorosos en hablar de su trabajo, ya que las innovaciones no tienen una proyección inmediata; se alejan del exhibicionismo, no es propio de la ciencia.
¿Cómo está afectando la crisis a la investigación?
Evidentemente afecta desde los Presupuestos Generales del Estado, porque disminuyen los fondos. El científico aspira a que haya mas fondos para su actividad, pero yo muchas veces les digo a mis colegas “podemos tener menos fondos, y esto debe ser una razón para desarrollar en mayor medida la inteligencia, la vocación, el trabajo, tratar de ser más imaginativos y aprovechar al máximo lo que tenemos”.
Eso sí, reivindicando que el país mejore, que desarrolle una economía más potente y que las prioridades del futuro contemplen la asignación de aumento en los porcentajes para la investigación.
¿Se puede perder en España el progreso desarrollado en ciencia?
No me gusta ser catastrofista, lo digo sinceramente. Creo que con menos fondos se tienen menos posibilidades, pero relacionar necesariamente una aportación científica relevante con mas o menos fondos, no me gusta hacerlo.
Influye mucho la inteligencia, la capacidad, la innovación, el desarrollo de nuevas ideas en determinadas circunstancias. Por tanto, insisto, creo que cuantos más fondos mejor, pero no deberíamos caer en el catastrofismo e instaurar el pesimismo permanente en la sociedad.
¿La salud puede estar en riesgo ante la situación de la investigación?

La salud depende de muchos factores., no solo del estado de la investigación. Está relacionada con la nutrición, el bienestar, el medio ambiente, etc… Pero es evidente que la investigación aumenta las esperanzas en relación con la medicina y la salud. A más apuesta por la investigación, más posibilidades de esperanza en el campo de la salud.
¿Cómo ve la investigación en una proyección hacia el futuro?
No soy adivino, pero veo que hay una idea muy clara de que la investigación debe formar parte del horizonte de futuro en nuestro país.
Creo que la sociedad es cada vez más consciente de la importancia del desarrollo del mecenazgo y del impulso que requiere. Hay que fomentar las contribuciones de mecenazgo a las instituciones a través de las Fundaciones.
En países como Reino Unido, EEUU, Alemania o los países nórdicos este sistema está mucho más desarrollado. La sociedad tiene que comprometerse y parte de las ayudas deben venir de las Fundaciones para el fomento de la investigación, lo que debe tener, lógicamente, contraprestaciones fiscales. Esto no hay que inventarlo, ya está inventado.
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