Los expertos del blog "Salud y prevención" abordan en un nuevo post una enfermedad oftalmológica. Se trata de la DMAE, degeneración macular asociada a la edad, y analizan los avances para combatirla

Avances contra la DMAE seca, un problema que causa elevados índices de ceguera

La degeneración macular asociada con la edad o DMAE es una patología oftalmológica irreversible, y que además constituye la causa más frecuente de pérdida de visión en los países desarrollados, entre los pacientes mayores de 50 años.

En España, la prevalencia de la enfermedad es del 13 % en mayores de 65 años, mientras que en los mayores de 75 tiene una gran prevalencia, llegando a alcanzar el 30 %, y estando infradiagnosticada.

“Se trata de una enfermedad degenerativa de la zona central de la retina, la mácula, que es la responsable de la visión central y la fijación. Está considerada como un problema de salud pública debido a la prevalencia global”, explica la doctora Mercè Guarro, responsable de OMIQ, Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari General de Catalunya (Sant Cugat del Vallès, Barcelona) y del Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona).

Laura Sararols, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari General de Catalunya, en concreto, especifica que existen dos tipos de DMAE:

.- La DMAE húmeda o exudativa: Es muy agresiva y provoca la pérdida de visión central de forma muy rápida, debido a la aparición de un nuevo tejido bajo las sensibles capas de la mácula que crece, exuda, y que puede sangrar.

.- DMAE atrófica o seca: Es la más frecuente, registrando un 90 % de los casos. Tiene una evolución lenta, en la que la mácula va perdiendo células nerviosas que no se regeneran; de ahí que su forma más avanzada se conozca también como ‘atrofia geográfica asociada con la DMAE’ puesto que al ‘desgastarse’ y morir determinadas zonas de la retina, la presentación de éstas puede corresponderse con la imagen de un mapa.

Esta modalidad suele iniciarse en un ojo, y más adelante aparece en el contralateral, haciendo que el paciente no se percate de la enfermedad, a no ser que se tape el ojo sano cuando el otro ya está enfermo. Presenta síntomas de pérdida de visión indolora, alteración en la percepción de los colores, y del tamaño de los objetos, dificultad de adaptación a la oscuridad entre otros.

Provoca una degeneración visual lenta que afecta a la lectura, y cuando alcanza a la zona central es muy invalidante.

Para la DMAE seca “no existe un tratamiento específico, ni efectivo para ralentizar la progresión de la enfermedad”, expone la doctora Sararols.

“Siendo una patología que causa elevados índices de ceguera a nivel mundial no existe ningún tratamiento, y la mayoría de las investigaciones están dirigidas al tratamiento de la exudativa. Hasta el momento, sólo se han podido establecer recomendaciones preventivas, como la prescripción de vitaminas o antioxidantes”, relata.

Mientras, apunta que para la DMAE húmeda sí se dispone de diversos fármacos para frenar el crecimiento de los vasos sanguíneos, y así detener la evolución de la enfermedad, que se administran en forma de inyecciones intravítreas.

“Son tratamientos muy eficaces para controlar la enfermedad, pero necesitan administrarse de forma muy estricta, frecuente y controlada por un retinólogo para conseguir la mejoría visual a largo plazo”, matiza la doctora Sararols.

Asimismo, indica que los pacientes con DMAE seca pueden pasar a DMAE húmeda, y viceversa: “En ambos casos, el diagnóstico precoz es fundamental, ya que el tratamiento es más eficaz en el estadio más temprano, y puede mejorar la progresión de la enfermedad.

Especialmente, a partir de los 45 años es importante acudir al oftalmólogo para realizar revisiones periódicas oftalmológicas y estar atentos a cambios en la visión”.

Por eso, y a pesar de la pandemia, la doctora Sararols y el doctor Karim Bañón, jefe de Servicio del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, hacen un llamamiento a los pacientes para que no tengan miedo de contagiarse de COVID-19 a la hora de acudir a la consulta del especialista de Oftalmología, puesto que los centros sanitarios han diseñado circuitos libres de coronavirus y, en el caso concreto de los dos centros para los que ella trabaja, estos cuentan con la certificación Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19, que acredita que las instalaciones cumplen con los estándares más exigentes de desinfección frente al virus SARS-CoV-2.

Primeros ensayos científicos

Dada la falta de tratamiento para la degeneración macular asociada con la edad en su forma seca, la especialista destaca que la Unidad de Investigación Clínica del servicio de Oftalmología del Hospital Universitari General de Catalunya, OMIQ-VOR, ha iniciado su participación en un estudio clínico internacional en fase III sobre el caso concreto de la atrofia geográfica asociada a DMAE.

“El objetivo del ensayo, que en fase II demostró su eficacia, es frenar la evolución de la patología. El estudio tendrá una duración de 2 años y durante este período los pacientes recibirán un tratamiento con inyecciones intravítreas con una periodicidad mensual”, detalla la oftalmóloga, quien recuerda que esta unidad de investigación está reconocida por la EuropeanVisionInstitut (EVI), y desarrolla estudios clínicos para llevar a cabo tratamientos innovadores en el campo de la Oftalmología.

De hecho, avanza que podrán optar a participar en el estudio pacientes diagnosticados con atrofia geográfica asociada a la DMAE seca.

“Participar en un ensayo clínico ofrece la oportunidad de acceder a los tratamientos más innovadores con atención personalizada por parte de expertos médicos. Además, los pacientes seleccionados no tendrán que costearse la valoración, ni el tratamiento que sean necesarios”, agrega Sararols.

Para ello, los especialistas de Oftalmología del hospital realizarán una evaluación del paciente, en la que se determinará si cumple con los criterios de idoneidad necesarios para tomar parte en el estudio. “En este sentido, los que se diagnostiquen como ‘aptos’ podrán iniciar el tratamiento”, aclara.

En última instancia, la doctora Laura Sararols, jefa de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari General Catalunya,advierte de que no puede prevenirse la DMAE, ya que el principal factor de riesgo es la edad o la predisposición genética, si bien resalta que existen otros factores que se han relacionado con esta patología, y que sí se pueden evitar: El tabaco, la obesidad, la hipertensión arterial, los niveles elevados de lípidos y colesterol, la diabetes mellitus, las enfermedades cardiovasculares, o la radiación solar.

Así, la recomendación de la especialista para minimizar aquellos factores que pueden incrementar el riesgo de padecer DMAE o acelerar el proceso de degeneración macular es llevar una vida saludable con una dieta equilibrada y hacer ejercicio de forma regular, llevar un buen control de las patologías de base, y someterse a revisiones oculares periódicas a partir de los 50 años.

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