La sumisión química consiste en la administración de una sustancia que anula la voluntad de una persona para facilitar la comisión de delitos, bien sean agresiones sexuales o robos. Existen dos tipologías: la sumisión química proactiva, en la que el autor del delito suministra una sustancia -normalmente incolora e inodora- en la bebida de la […]

La sumisión química consiste en la administración de una sustancia que anula la voluntad de una persona para facilitar la comisión de delitos, bien sean agresiones sexuales o robos. Existen dos tipologías: la sumisión química proactiva, en la que el autor del delito suministra una sustancia -normalmente incolora e inodora- en la bebida de la víctima; y la oportunista, en la que el delincuente aprovecha el estado de embriaguez por el consumo voluntario de alcohol o drogas por parte de la víctima para llevar a cabo el delito. Ambos casos se caracterizan por la ausencia de resistencia por parte de la víctima por el estado en el que se encuentra