La vacunación contra el coronavirus permite entrar en el 2021 con la esperanza de encontrar cierta inmunidad tras meses de fatiga pandémica. Los expertos piden no alimentar falsas expectativas que nos hagan bajar la guardia ante un virus y una enfermedad, la covid, con muchas incertidumbres. El nuevo año será un periodo de transición, las medidas de contención continuarán y recuperaremos parte de la antigua normalidad

Coronavirus en 2021: Un año de transición para recuperar algo de normalidad
El 2021 será un año de transición en la pandemia de coronavirus. EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI

“En 2021 no va a cambiar radicalmente la situación por el coronavirus, puede incluso que empeore en las primeras semanas en función de la movilidad de las fiestas navideñas”, asegura a EFEsalud Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEI).

Por eso, insiste en que no se generen grandes expectativas ante el inicio de la vacunación, ya que pasarán meses hasta ver su efecto global y hasta que las diferentes vacunas se autoricen y lleguen a todos los grupos de población.

“La transmisión del virus no se va a cortar de manera radical, va a seguir existiendo, lo importante es que no creamos que está todo solventado”, apunta el también profesor titular del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia.

Por su parte, el especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza José Ramón Paño vislumbra el escenario que ahora se abre “con incertidumbre, como no puede ser de otra manera”.

En su opinión, no es tan problemático el tiempo necesario para que la vacuna ofrezca protección, sino que “la población confíe en la vacuna y en que el sistema sanitario tenga capacidad logística para una administración en masa en un proceso que durará meses”.

Una dispensación que a pocos días de comenzar, tanto en los países de la Unión Europea como en Estados Unidos, ya está sufriendo retrasos y alterando las previsiones relativas al número de vacunados.

La fatiga pandémica

Nos quedan meses todavía por delante, pero también llevamos muchos meses a la espalda.

Desde que el 31 de enero de 2020 se registró el primer caso de coronavirus en España, pasando por el confinamiento estricto domiciliario que paró el país en marzo o la llegada de la segunda ola de la pandemia todo ha sido un tsunami que nos ha impactado emocional, social y económicamente.

Vivimos la denominada fatiga pandémica, un fenómeno reconocido por la Organización Mundial de la Salud, que nos puede pasar factura en 2021.

“Cumplimos con las restricciones pero es necesario contar con alternativas que nos permitan mantener nuestra funcionalidad”, considera el epidemiólogo Óscar Zurriaga quien recalca que las grandes expectativas provocan frustración y son “el germen de esa fatiga pandémica tanto en los ciudadanos, como en los profesionales, especialmente los sanitarios”.

Y lo constata el infectólogo José Ramón Paño: “La fatiga pandémica es un fenómeno muy real” que sufren notablemente los que han estado en la primera línea contra la covid-19.

“Necesitamos poder coger aire y ver que nuestros gobernantes entienden que garantizar la salud de la población es el mejor camino hacia la recuperación económica”, apunta el también miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Pero también hace un llamamiento a la población: “Necesitamos ver que actúa de forma comprometida para evitar nuevas olas”.

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Una vecina se asoma a contemplar el paisaje cuando los balcones y ventanas han tomado protagonismo durante el confinamiento en casa. EFE/Ana Escobar

Medidas restrictivas y preventivas seguirán en 2021

Y por esa razón, en 2021 las medidas de prevención personal (mascarilla, distancia de seguridad, lavado de manos o quedarse en casa en la medida de lo posible) se seguirán combinando con otras generales de restricción de la movilidad y de horarios, cierre de algunos sectores o control de aforos en función de la situación epidemiológica de cada comunidad autónoma y bajo el paraguas del estado de alarma.

“Sin embargo, con las vacunas en marcha, estas medidas van a ser más difíciles de entender y de mantener por parte de la población”, estima el epidemiólogo Óscar Zurriaga.

Lo que sí parece que se aleja es el confinamiento estricto domiciliario, “algo que probablemente ya no volvamos a ver”, pero sí se pueden adoptar confinamientos localizados o perimetrales en función de brotes en determinadas zonas.

¿Rutinas que han llegado para quedarse?

La pandemia nos ha hecho cambiar nuestra forma de vida, hemos descubierto el teletrabajo, la vida al aire libre, utilizamos mascarilla para proteger a los demás y hemos reducido nuestra vida social. Todo para mantener alejado al SARS-CoV-2.

“Nos hemos tenido que adaptar a una situación que ha puesto en peligro nuestro modelo económico y social. Algunas de estas adaptaciones han sido positivas y debemos esforzarnos para que perduren”, afirma el doctor Paño.

Y cita al teletrabajo, que se ha revalorizado, y también haber identificado “carencias serias en cuanto a la asistencia a nuestros mayores, que deben ser subsanadas”.

En su opinión, dejaremos de usar mascarilla de forma universal pero desea que los hábitos de higiene de manos y otros de la etiqueta respiratoria perduren, como protegerse con el codo al toser o estornudar, evitar tocarse los ojos y a la boca o utilizar pañuelos desechables.

En el ámbito sanitario, según el doctor, “probablemente tengamos que mantener una política de visitas más estricta en los hospitales y quizás habría que “covidizar” las medidas de prevención de transmisión de infecciones respiratorios en la temporada invernal”.

El médico relata que ha sido necesario priorizar actividades y que ha habido herramientas y dinámicas de trabajo que han demostrado su eficacia como la telemedicina, la universalización de la historia clínica electrónica, algunas mejoras en los sistemas de información o la adopción de dinámicas de trabajo en equipo con una mayor autonomía.

El epidemiólogo Óscar Zurriaga, por su parte, cree que el uso de mascarillas cuando estemos constipados debería quedarse como una costumbre de protección hacia los demás, pero también mantener los hábitos saludables al aire libre o la prohibición de fumar en la calle si no se cumple la distancia de seguridad interpersonal.

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Una mujer pasea en bicicleta protegida con una mascarilla por el paseo de la Zurriola de San Sebastián. EFE/Juan Herrero/Archivo

¿Cómo será la enfermedad del coronavirus en 2021?

La covid-19, una enfermedad inédita, se fue conociendo en 2020 al mismo tiempo que se combatía. Ahora, los pacientes están mejor controlados y reciben estrategias terapéuticas más afinadas. Pero aún queda camino por andar.

“Conocemos algunos factores de riesgo pero todavía no sabemos anticipar bien quiénes van a enfermar de una forma más grave y también nos gustaría entender mejor el por qué de algunas de las complicaciones de la covid, entre ellas la covid persistente”, apunta el infectólogo.

También está en marcha un amplio panorama de ensayos clínicos que aporten luz sobre fármacos o estrategias de tratamiento más eficaces.

¿Qué debe cambiar en el sistema sanitario?

En el 2020, muchos de los sistemas sanitarios del mundo colapsaron con la pandemia de coronavirus. En España, el sistema se desbordó y salieron a la luz graves carencias.

“Nuestra sanidad no estaba diseñada para una crisis. He escuchado comparar a nuestro sistema sanitario con una aerolínea de bajo coste. Era muy eficiente en situación de normalidad pero funcionando al límite, y eso lo dejaba sin capacidad de respuesta”, afirma el doctor del Hospital Clínico de Zaragoza.

“El sistema sanitario -añade- debe ser diseñado con cierta holgura, para poder tener capacidad de reacción y debemos promover nuevos modelos asistenciales que aporten valor”.

Este especialista aconseja prepararse para nuevas pandemias: “La covid-19 puede haber sido solo un aviso y otros escenarios más desfavorables (mayor letalidad) son posibles”.

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Personal sanitario atiende a un paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Fé de Valencia. EFE/ Juan Carlos Cárdenas

Epidemiólogos e infectólogos, en el ojo del huracán

Varias especialidades o disciplinas médicas han tenido un protagonismo especial en este 2020 al estar en el ojo del huracán de la pandemia, como los infectólogos o los epidemiólogos.

El doctor José Ramón Paño reitera un reivindicación histórica, que se reconozca como especialidad médica a las enfermedades infecciosas, algo con lo que el Ministerio de Sanidad se ha comprometido pero que todavía no ha aprobado.

Desde la Sociedad Española de Epidemiología, su vicepresidente Óscar Zurriaga destaca que esta pandemia ha dado mayor visibilidad a esta disciplina, aunque a veces se le adjudica erróneamente a los técnicos cuestiones que deciden los responsables políticos, además de producirse casos de intrusismo profesional en un momento de sobreexposición informativa.

2021 será un año de transición en el que combinaremos la vacunación y la búsqueda de inmunidad de grupo con medidas restrictivas y preventivas. Y un año de profundización en el conocimiento en el que, con seguridad, se seguirán despejando las dudas sobre el nuevo coronavirus.