El deporte es una de las mejores alternativas de ocio que los padres pueden elegir para sus hijos. No obstante, si el niño es menor de 14 años, dedicarse a un deporte específico no es lo más adecuado. Diversos estudios científicos demuestran que la especialización precoz en un deporte incrementa el número de lesiones

El deporte: conveniente en la infancia pero sin prisas en la especialización
EFE/Antonio Lacerda
  • 19 de enero, 2016
  • MADRID/EFE/MIRIAM MUÑOZ

Como bien saben los padres, los niños cuando están en plena edad de crecimiento pasan todo el día en continuo movimiento. Por ello los especialistas explican que hacer deporte en la infancia es conveniente para los niños.

Eso es cierto, los niños no paran, pero los especialistas aseguran que no están preparados para hacer siempre lo mismo. Que los padres y los entrenadores se empeñen en que sus pequeños se especialicen de forma precoz en un deporte es un error.

El especialista en Traumatología Deportiva del Hospital HM Modelo de A Coruña, Rafael Arriaza, explica que los niños, a diferencia de los adultos, tienen una parte de su esqueleto que aún no es tan resistente como el resto de su cuerpo: el cartílago fisario o de crecimiento.

El niño, al estar todavía en fase de crecimiento, puede sufrir lesiones específicas diferentes a las de los adultos.

Las lesiones más repetidas

Según detalla el doctor, las lesiones más frecuentes en niños que practican un único deporte son por sobrecarga. Entre las lesiones más repetidas, el doctor enumera las siguientes:

  • El dolor de talón a los 9 o 10 años.
  • La de la cara anterior de la rodilla que da lugar a la enfermedad de Osgood Schlatter. Los médicos se refieren a esta enfermedad como apofisitis aunque las abuelas siempre la han denominado como “el dolor de crecederas”.
  • Ligamento cruzado anterior.
  • Menisco.

Las lesiones de ligamento cruzado anterior eran más características del adulto joven pero también están muy presentes en el caso de los niños.

“Hace 10 años el consenso médico decía que eran lesiones poco frecuentes y daba mucho miedo operar a los niños por si se producían alteraciones en el crecimiento del hueso”.

Sin embargo, ahora lo más recomendable es corregirlo cuanto antes para evitar que cuando el niño crezca tenga lesiones irreparables.

Algo similar ocurre cuando un niño se lesiona en el menisco; si lo pierde, tienen más posibilidades de sufrir una artrosis más adelante.

Cada deporte a su tiempo

Lo ideal es que los niños comiencen practicando varias disciplinas deportivas para mejorar su capacidad coordinativa y motriz, y a partir de los 14 años se decanten por algún deporte en concreto.

Una instructora ayudando a nadar a un niño. EFE/ZAYRA MO

El deporte estrella de iniciación es la natación. Según explica el doctor Arriaza debería ser casi obligatorio que un niño nade desde los dos años, sobre todo como medida de seguridad.

El traumatólogo detalla que en 2015 hubo más de 250 ahogados, cifras sorprendentes que casi igualan a las de los fallecidos en accidentes de tráfico.

Arriaza también propone seguir el ejemplo de países como Alemania practicando el balonmano o seguir el modelo de los americanos que van cambiando de deporte trimestralmente: hacen fútbol americano, lucha, voleibol, atletismo…”

Según el doctor, este último modelo enriquece mucho la coordinación de los niños y, por ello, recomienda que los deportes en los que se utiliza sólo una parte del cuerpo no sean exclusivos sino que se complementen con otros.

Se recomiendan las gimnasias como el kárate, el kung fu o el taekwondo porque “favorecen la coordinación y permiten usar las piernas, los brazos, hacer apoyos monopodales y trabajar tanto la parte derecha como la izquierda del cuerpo”.

Enriquecen mucho y alivian la carga de las articulaciones aunque “no se trata de practicar estos deportes hasta llegar a niveles de excelencia”.

¿Cuál es el deporte más peligroso?

El doctor responde de forma clara y rotunda que se trata del fútbol, un deporte al que califica “muy difícil de destronar”.

Messi, Cristiano... inspira, espira
EFE/EPA/DPA

Su consejo es aplicar el sentido común y elegir los materiales deportivos adecuados para los niños ya que muchas de las lesiones que sufren son debidas, por ejemplo, a una utilización de botas inadecuadas.

Según el especialista, la bota de fútbol busca un equilibrio entre el rendimiento y la seguridad del deportista. Por este motivo, los tacos alargados y agresivos permiten que un futbolista ya maduro sea capaz de hacer, por ejemplo, pivotajes más rápidos que con otro tipo de bota.

Los niños aún carecen de esa madurez por lo que recomienda el uso de botas con muchos pequeños tacos aunque “no sean las que use su estrella del fútbol; son más que suficientes para su rendimiento y para evitar lesiones”.

A pesar de que el rugby se vea como un deporte agresivo, el facultativo subraya que exige al jugador gestos mucho más variados que el fútbol, por lo que le sorprende que se practique tan poco en España.