El director y coordinador científico del Foro Español de Pacientes, José Luis Baquero, analiza en un artículo para EFEsalud la situación de los pacientes crónicos en relación con la pandemia del coronavirus

No estar en fase de alarma de la COVID-19 no significa que el virus SARS-CoV2 no continúe por más tiempo entre nosotros como están demostrando los brotes.
Al menos una tercera parte de la población española convive con una enfermedad crónica y en general, tienen mayor riesgo y se enfrentan dos aspectos de gran importancia en su atención: protegerlos del contagio de SARS-CoV2 y a la vez, no desatender su enfermedad de base.
En España se ha seguido un estricto confinamiento, habiéndose anulado las consultas programadas, muchas pruebas de seguimiento, terapias complementarias (fisioterapia, terapia ocupacional, etc.) e intervenciones, además de la afectación emocional debida al miedo y cambio de rutinas, lo que ha provocado un empeoramiento en la enfermedad de base.
Medidas muy oportunas tomadas por la Administración fueron alargar los tratamientos prescritos con la receta electrónica, acercar la recogida de la medicación a los domicilios, suprimir los visados, etc.
Esto redujo el riesgo al contagio; pero como hemos visto, debe haber una diferente forma de actuar ajustada a las necesidades de cada persona.
Aprovecho para mencionar el caso de las personas hipersensibles a productos químicos, que tanto están sufriendo con las nebulizaciones de desinfectantes.

Desde el Foro Español de Pacientes queremos agradecer a todos los trabajadores del Sistema Sanitario su servicio y profesionalidad, médicos, farmacéuticos, enfermeras, celadores, auxiliares, administrativos y resto de implicados, sanitarios y no sanitarios, en hospitales, atención primaria y especializada, del sector público y privado, así como al resto de profesionales que han permitido mantener los servicios básicos del conjunto de la ciudadanía.
Mención especial merecen también los miles de voluntarios y cuidadores; así como las organizaciones de pacientes y otras organizaciones no gubernamentales que han contribuido con su esfuerzo.
La atención universal es garantizada por el sistema público y por ello debe defenderse, pero el Sistema Sanitario en España como en la mayoría de los países, es mixto y al margen de ideologías, aprovechar todo su potencial salva vidas.
En cualquier caso, todos debemos participar de la resolución del problema, porque todos podemos hacer mucho.
La ciudadanía podrá llegar a hacer prácticamente lo mismo, pero de forma diferente. Debe esmerarse en el seguimiento de las recomendaciones y normas sobre las medidas higiénicas, el uso adecuado de máscarilla y respeto de la distancia mínima.
Debemos variar ciertos hábitos y no olvidar el papel que podemos jugar en la diseminación de bulos e “infoxicación”.
El autocuidado, la autogestión y cuidar de quienes nos rodean, cobran en este momento un peso fundamental.
En cuanto a las Administraciones y centros, deben prepararse para afrontar las listas de espera que se han generado y seguirán creciendo si no se establecen adecuados planes. Se hace fundamental establecer un Plan de Abordaje de la Cronicidad en estas circunstancias
Esto se une a que si es compleja la situación provocada por el virus de la gripe cada año, la coincidencia este otoño con el SARS CoV2 puede llegar a saturar al Sistema Sanitario, haciéndose necesario el desarrollo de guías y protocolos de diagnóstico y triaje para el diagnóstico diferencial del COVID-19 y la gripe en atención primaria, urgencias, residencias, profesionales de la Sanidad, etc.; una estrategia clara de vacunación y campañas educativas de higiene hacia la población; así como prever la infraestructura y el suministro cuanto antes, para asegurar su disposición cuando la época de la gripe llegue.
No obstante, y a pesar de la pandemia, las Administraciones (Ministerio y Consejerías de Sanidad de las diferentes Comunidades Autonómicas) deberán gestionar la Sanidad en múltiples frentes.
Desgraciadamente al COVID-19 se unen otras cuestiones que se hace preciso seguir atendiendo, como facilitar el acceso a nuevos medicamentos y tecnologías, desarrollar las comunicaciones telemáticas, establecer protocolos de seguridad, seguimiento de efectos secundarios, adherencia, uso racional de medicamentos, etc.
La inversión en Sanidad en España ha venido siendo baja frente a la media europea, como se observa al comparar la inversión frente al PIB o en estructuras profesionales como enfermería y médicos de familia. Sin embargo, esta pandemia ha servido para sensibilizarnos a todos y darle el adecuado valor a la salud.
Por último, me gustaría insistir a la ciudadanía, los profesionales de la Salud y las Administraciones, sobre la contribución de las organizaciones de paciente, quienes forman parte de la solución.
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