En un comunicado de prensa, docentes y profesionales sordos y sordas del ámbito educativo en España reclaman, comprobado el silencio institucional, que se respeten sus derechos al verse dificultada gravemente su accesibilidad y comunicación con el resto de la comunidad educativa y de la sociedad desde que es obligatorio el uso de mascarillas por la pandemia de la COVID-19

Nace, boca a boca, la asociación #DocentesSord@sEnLucha para una comunicación libre de mascarillas opacas
  • 15 de enero, 2021
  • Gregorio Del Rosario

Hasta la fecha, más de un centenar de docentes sord@s procedentes de toda la geografía española se han unido para elaborar un informe con el fin de reclamar a las correspondientes instituciones autonómicas y estatales una serie de medidas y apoyos que les permitan poder ejercer de manera completa, digna y sin barreras su trabajo como docentes y profesionales.

“Necesitamos una serie de ajustes y nuevas medidas regulatorias en la normativa que aplica la Administración frente al coronavirus para poder trabajar en igualdad de condiciones, como el resto de compañeros y compañeras docentes”, dice Guacimara García Saavedra, primera directora sorda de un colegio público en España, radicado en la localidad tinerfeña de El Sauzal, donde ejerció previamente de maestra infantil.

“Pese a que este país cuenta, tanto a nivel estatal como autonómico, con un amplio ordenamiento jurídico que ampara a las personas con discapacidad y tienen garantizada por ley la adaptación en su puesto de trabajo, desde el colectivo #docentessordosenlucha señalan que si no se cumplen las normativas es que aún hay muchas barreras que derribar”, se subraya en el comunicado.

“Nos han dejado fuera de todos los protocolos de la COVID-19”, afirma Guacimara García, voz circunstancial pero necesaria de sus colegas.

Para la asociación, que ha nacido a través del “boca a boca”,  los docentes sordos, maestros y profesores de distintos colegios, institutos y universidades del país, sufren enormes dificultades en la tarea educativa y pedagógica, incluso las relaciones sociales entre los compañeros y compañeras del centro educativo.

“La posibilidad de atender al alumnado, hacer un seguimiento y evaluar los conocimientos adquiridos, manejar con diligencia el orden de la clase y comunicarse con toda la comunidad educativa se ha vuelto entre complicado e imposible”, explica Guacimara.

La mayoría de estos profesionales, por su condición de personas sordas, se apoyan en la lectura labiofacial para su comunicación diaria, de forma que cuando la audición es un elemento deficitario, tanto si la comunicación es mediante lengua de signos como si es de manera oral, se requiere de una correcta y completa visibilidad del rostro de los interlocutores.

Por esta razón, desde la aparición de la pandemia coronavírica y con la obligatoriedad del uso de mascarilla, la comunidad sorda ha visto muy mermada su capacidad de comunicación.

Las capacidades y necesidades de las personas sordas son variadas y heterogéneas, por eso estos docentes reclaman que para poder desempeñar su trabajo de manera funcional, se requiere, en muchos casos de forma temporal, de recursos adicionales para su inclusión:

1.-Una o un intérprete de lengua de signos (ILS).

2.-Docente acompañante (refuerzo educativo).

3.-“Software” y “hardware” que permitan traducir o transcribir de manera simultánea la información oral a subtítulos o que lleven la voz a sus audífonos y/o implantes cocleares.

 

“También, algunos docentes de la asociación reclaman, como último recurso, una reubicación del lugar de trabajo que les permita desempeñar sus funciones profesionales sin los agentes estresores añadidos, como son el uso de las mascarillas y el resto de situaciones de distanciamiento social generadas por la pandemia”, apuntan.

Según comenta este colectivo, “el gasto para cubrir estas necesidades sería ínfimo para cualquier Administración Pública”.

En este sentido apuestan por propuestas de personas sordas como Marcos Lechet para que se homologuen, con la máxima rapidez posible, algún modelo de mascarilla quirúrgica segura y realmente transparente que permita la visibilidad completa y diáfana de todo el rostro.

“Las que se están usando hasta el día de hoy, a falta de otras alternativas, no están homologadas, no son del todo transparentes o se empañan, además de que su uso en los centros educativos suponen un riesgo para la salud pública”, destaca para concluir Guacimara García Saavedra.

El nuevo colectivo de docentes está dando a conocer sus necesidades a través de las redes sociales y hacen un llamamiento para que todas las personas interesadas y los profesionales que sientan la necesidad de lograr una accesibilidad completa y sin barreras en su puesto de trabajo puedan hacerlo uniéndose a la causa en Instagram, Facebook y Twitter con la etiqueta #docentessordosenlucha.