¿Qué tienen en común un paracaidista y un enfermo de diabetes? Que el control, uno de su material y otro de su azúcar, es vital. Esto es lo que ha querido demostrar José Manuel Zamora, un joven que lleva 25 años conviviendo con la enfermedad. Él ha vencido su miedo a las alturas en un salto de caída libre desde 5.000 metros con motivo del Día Mundial de la Diabetes.
Un desafío de 5.000 metros para concienciar de la diabetes
Con tan solo diez años, a José Manuel Zamora le diagnosticaron diabetes tipo I, una patología crónica, caracterizada por un alto nivel de glucosa en sangre.
Durante un cuarto de siglo conviviendo con la enfermedad, el control de la glucemia capilar, la administración de insulina, el control de las cantidades de alimentos y la actividad física son las rutinas diarias que José Manuel lleva a cabo a sus 35 años.
La Organización Mundial de la Salud alerta que en el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes. En 2030 podría convertirse en la séptima causa de muerte en el mundo.
En España, según los últimos datos disponibles de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), esta enfermedad afecta a más de 5 millones de personas, aproximadamente el 12% de la población.
Hipoglucemia, el mayor miedo de los pacientes
El riesgo de José Manuel se llama hipoglucemia, un estado que se produce cuando el nivel de azúcar en la sangredisminuye considerablemente y que puede tener consecuencias graves si no se controla.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes que se celebra el 14 de noviembre, este joven ha querido concienciar de la importancia del controlde la enfermedad realizando un salto de caída libre de 5.000 metros, venciendo así su miedo a las alturas.

Un desafío en el que no ha estado solo, pues la farmacéutica Sanofi le ha acompañado en el centro Skydive de Empuriabrava (Girona), junto con otros seis paracaidistas más.
“Nunca antes había saltado en paracaídas pero tampoco había tenido hipoglucemias hasta que fui consciente de su peligrosidad. Me preocupa sufrir un estado de hipoglucemia pero también saltar en paracaídas. Las dos cosas dan respeto pero si consigues controlarlas no tienes por qué preocuparte”, explica José Manuel.
Durante el salto, los seis acompañantes han rodeado al paciente simbolizando así la unión de familiares y la sociedad con él en su lucha contra la diabetes.
Al pisar tierra firme, José Manuel se ha mostrado entusiasmado con la experiencia y ha añadido que “los pacientes debemos hacer lo mismo que hacen los paracaidistas: ellos chequean su material constantemente para evitar sorpresas, pues nosotros debemos chequear nuestro nivel de azúcar para minimizar el riesgo de padecer hipoglucemias”.
Este riesgo y el miedo de los pacientes a sufrirlas condiciona la vidade estos, a pesar de los avances terapéuticos de los últimos años.

Daría Roca, enfermera y educadora en diabetes del Hospital Clínic de Barcelona refiere que “el control glucémico y el miedo “pueden provocar que un paciente modifique su dosis de insulina lo que conlleva un uso subóptimo de insulina y la adherencia al tratamiento deja de ser la adecuada”.
El salto de José Manuel, desafiándose a sí mismo, es un guiño a ese colectivo de pacientes para que vivan sin miedo a la enfermedad pero siendo rigurosos en el control de esta para asegurarse una mejor calidad de vida.
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