Formar parte de una sociedad implica estar integrado también en su sistema sanitario, pero el idioma, la burocracia y las diferencias culturales suponen un gran obstáculo. El agente humano virtual de salud KRISTINA trata de romper todas estas barreras mediante la asesoría a pacientes extranjeros

Ante los nuevos retos que plantea la sociedad actual como los flujos migratorios, las barreras lingüísticas y el envejecimiento de la población, el agente virtual de salud KRISTINA surge para ayudar a los ciudadanos con más problemas de comunicación y adaptación a la sociedad europea. Se trata de crear una herramienta que no sustituya al médico, sino que complemente la labor de este y elimine las barreras comunicativas.
KRISTINA puede dar información sobre el funcionamiento administrativo de la sanidad del país de residencia, proporcionar consejos y recursos informativos disponibles en la red y permitir a los pacientes comprender cuándo es imprescindible la visita a su médico de familia. Todo ello sin moverse de casa, si así lo desean.
Este proyecto internacional, en el que participan la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), tiene como objetivo mejorar la atención sanitaria y la integración social de los colectivos en riesgo de exclusión
En el proyecto, financiado por la Unión Europea, y coordinado por España, también han participado Alemania, Holanda, Francia y Grecia.
“En Europa hay mucha gente que no habla el idioma del país de acogida, que no conoce el sistema de salud ni cómo funciona la seguridad social, y se encuentran muy aislados.
Esto, sumado a las diferencias culturales, hace que las personas migradas puedan tener dificultades para conseguir información sobre su salud o sobre cómo cuidar a los miembros mayores de sus familias”, señala el profesor Leo Wanner, coordinador de KRISTINA y miembro del Grupo de Investigación en Tratamiento Automático del Lenguaje Natural de la UPF.
Las barreras lingüísticas, sumadas a las culturales, muchas veces de origen religioso, conducen a un uso inadecuado de los recursos sanitarios o de la asistencia médica.
“Ayudarles a integrarse es también enseñarles el uso racional de nuestros recursos sanitarios ya que muchas veces, por desconocimiento -más que por otra cosa-, se termina generando un exceso, por ejemplo, de consultas y de demandas, que son innecesarias conociendo cómo funciona el sistema”, reflexiona la doctora Lehdía Mohamed Dafa, Médico de Familia e integrante del equipo de la semFYC en el proyecto.
El funcionamiento de KRISTINA
Algunos de los objetivos de este agente virtual fijados por sus desarrolladores fueron que el asistente tuviera capacidad para mantener una conversación aportando respuestas a una velocidada coloquial, que reconociera las emociones en la voz, la cara, la postura del cuerpo, así como los condicionantes culturales de la persona con la que se mantiene el diálogo.
En concreto, el proyecto KRISTINA ha investigado con cuidadores de origen polaco en Alemania, una comunidad muy grande que, en su gran mayoría, se encarga del cuidado de la gente mayor. Además, se han estudiado casos de ciudadanos de origen turco que viven en el país germánico, ya que representan una gran parte de la población.
Por otro lado, en el caso de España se ha trabajado, fundamentalmente, a través de entrevistas a personas de las comunidades de inmigrantes del Norte de África, aunque también se han realizado preguntas en castellano a población nativa emulando las consultas típicas al médico de familia.

El coordinador del proyecto explica las cuestiones técnicas que se esconden tras este agente humano: “Tenemos un “partner” que analiza la voz y genera una transcripción de lo que dice la persona. El paso siguiente es analizar esta frase para poder entender lo que nos comunica”.
Además, el equipo de procesamiento del lenguaje natural también se ha encargado de elaborar la respuesta del avatar. “Tenemos un módulo que decide cómo reaccionar a la comunicación de una persona. Una vez decidido esto, se genera una estructura semántica de contenido. Es similar a nuestros pensamientos”, cuenta el profesor.
Tras esto es necesario emitir una respuesta en el idioma específico: árabe en el caso del equipo de la UPF. “A esto es a lo que llamamos generación del habla”, añade el coordinador.
Además del equipo del profesor Wanner, la UPF ha aportado otros dos centros de investigación de la universidad: el Grupo de Investigación en Tecnologías Interactivas (GTI) y el Grupo de Tecnologías de Medios Cognitivos.
SemFYC, por su parte, se ha encargado de definir los contenidos clínicos, es decir, los temas que abordar en el proyecto. Estas cuestiones se han escogido en base a los motivos de consulta más frecuentes, destacando especialmente el campo de las enfermedades crónicas que tienen repercusión en el riesgo cardiovascular como la diabetes, la hipertensión o el sobrepeso, tal y como cuenta la doctora Mohamed.
Principales motivos de consulta
“Un aspecto que genera muchas consultas de la población general, pero también en estos pacientes, son las patologías relacionadas con el sistema osteomioarticular, como por ejemplo el dolor de espalda, que es un motivo frecuente de bajas porque hay mucha población que desempeña trabajos con una sobrecarga física importante”, explica.
Los cuidados del bebé han sido otro de los aspectos fundamentales a tratar. España cuenta con un programa denominado “Niño sano” que incluye una serie de revisiones que se hacen a cualquier niño recién nacido hasta que cumple 14 años, y que incluyen el programa de vacunación, fundamental para el mantenimiento de la salud.
“En esta población se ha visto que hay una serie de problemas simplemente por desconocimiento o por la barrera lingüística, por lo que hemos hecho un gran trabajo para explicar este programa”.

La salud mental es otra de las áreas sensibles en las que pueden entrar en juego ciertas concepciones o tradiciones culturales.
“Se han abordado, sobre todo, las patologías más frecuentes como la depresión, la ansiedad y los trastornos del estado del ánimo, que son extremadamente difíciles de abordar en general, pero con una barrera lingüística de por medio se complican”, apunta la doctora.
Por último, se han abordado las enfermedades de transmisión sexual, pero los aspectos estudiados no se han limitado a las patologías: las cuestiones administrativas también han encontrado su hueco.
Desde cómo interactuar con el sistema sanitario español hasta cómo y cuándo pedir una cita al médico de cabecera, al especialista, solicitar la tarjeta sanitaria o proporcionar los recursos informativos de calidad disponibles en Internet… KRISTINA abre un universo nuevo a la integración a los ciudadanos que no dominan la lengua de su país de acogida.
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