Se puede poner fin a la pandemia del sida si se planta cara a las desigualdades que la perpetúan. Así lo entiende ONUSIDA al lanzar la campaña “Igualdad Ya” con ocasión del Día Mundial del Sida, que se celebra el 1 de diciembre.

Para esta organización de Naciones Unidas, las desigualdades que perpetúan la pandemia del sida, con 40 millones de personas muertas hasta hoy, son evitables y por eso insta a abordarlas desde tres frentes:
1.-Aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan.
2.- Reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las poblaciones marginadas, de modo que todo el mundo sea respetado y bienvenido.
3.- Garantizar el intercambio de tecnología para permitir un acceso igualitario a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre las comunidades, como entre el sur y el norte del mundo.
Las comunidades podrán utilizar y adaptar el mensaje «Igualdad Ya» para resaltar las desigualdades particulares a las que se enfrentan y promover las acciones necesarias para abordarlas.
Los nuevos datos de ONUSIDA sobre la respuesta mundial al VIH revelan que durante los dos últimos años de la covid-19 y otras crisis mundiales, el progreso contra la pandemia del VIH ha decaído, los recursos se han reducido y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo.
Tras cuatro décadas de respuesta al VIH, las desigualdades persisten en los servicios más básicos, como el acceso a las pruebas de detección, el tratamiento y los preservativos, y son aún mayores en el caso de las nuevas tecnologías.
De acuerdo con la organización, las mujeres jóvenes africanas siguen siendo desproporcionadamente las más afectadas por el VIH, mientras que la cobertura de los programas específicos dirigidos a ellas se mantiene demasiado baja.
En 19 países africanos muy afectados, los programas específicos de prevención combinada para chicas adolescentes y mujeres jóvenes están activos solo en el 40 % de los lugares de alta incidencia del VIH.
Únicamente un tercio de las personas de los grupos de población clave, entre los que se incluyen los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas trans, los consumidores de drogas, los trabajadores sexuales y los prisioneros, tienen acceso regular a la prevención.
Los grupos de población clave se enfrentan a importantes barreras legales, como la criminalización, la discriminación y el estigma.
Sida: fin de las desigualdades
Recuerda ONUSIDA que ya solo tenemos por delante ocho años para alcanzar el objetivo de 2030 de poner fin al sida como amenaza para la salud mundial.
“Las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales deben abordarse con urgencia. En una pandemia, las desigualdades no hacen sino exacerbar el peligro para todos”, destaca la organización.
De hecho, el fin del sida solo puede lograrse si plantamos cara a las desigualdades que lo impulsan, añade la organización que invita a los líderes mundiales deben actuar con un liderazgo audaz y responsable.
“Y todos nosotros, desde todos los rincones del mundo, debemos hacer todo lo posible para ayudar también a abordar las desigualdades”.
El Día Mundial del Sida, el 1 de diciembre, se celebrarán eventos en todo el mundo. Todas estas actividades estarán dirigidas no solo por organismos oficiales, sino también, y sobre todo, por las comunidades.
“Claro que podemos poner fin al sida, pero debemos acabar con las desigualdades que lo perpetúan. En este Día Mundial del Sida necesitamos que todos hagan suyo el mensaje de que absolutamente todas las personas saldremos beneficiadas del fin de las desigualdades”, afirma Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.

ONUSIDA: datos
Personas que viven con el VIH
En 2020, 37,7 millones [30,2 millones–45,1 millones] de personas vivían con el VIH.
El 53% de todas las personas que viven con el VIH son mujeres y niñas.
Alrededor de 6,1 millones [4.9 millones–7.3 millones] de personas no sabían su estado serológico de VIH.
Personas que viven con el VIH con acceso a la terapia antirretroviral
Al cierre de junio de 2021, 28,2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral en comparación con los 7.8 millones [6.9 millones–7.9 millones] de 2010.
En 2020, el 73% [56–88%] de todas las personas que vivían con el VIH tuvieron acceso al tratamiento.
El 79 % [61 %–95 %] de las mujeres adultas mayores de 15 años tuvieron acceso al tratamiento; sin embargo, solo el 68 % [52 %–83 %] de los hombres adultos de 15 o más años de edad lo tuvieron.
Nuevas infecciones por el VIH
Desde el pico alcanzado en 1997, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 52%.
En 2020, se produjeron 1,5 millones [1,0 millón–2,0 millones] de nuevas infecciones por el VIH, en comparación con los 3,0 millones [2,1 millones– 4,2 millones] de 1997.
El 50% de todas las nuevas infecciones en 2020 se dieron en mujeres y niñas.
Desde 2010, las nuevas infecciones por el VIH descendieron alrededor de un 31%.
Estos porcentajes se estima han aumentado durante la pandemia de la covid, ya que los confinamientos y otras restricciones interrumpieron las pruebas del VIH, y en muchos países provocaron fuertes caídas en los diagnósticos y las derivaciones para el tratamiento contra el VIH.
Muertes relacionadas con el sida
Desde el pico alcanzado en 2004, los casos de muertes relacionadas con el sida se han reducido en más de un 47%.
En 2020, alrededor de 680.000 [480.000 – 1 millón] personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida en todo el mundo, frente a los 1,9 millones [1,3 millones – 2,7 millones] de 2004 y los 1,3 millones [910.000 – 1,9 millones] de 2010.
La mortalidad por el sida ha disminuido un 53 % entre las mujeres y niñas y un 41% entre hombres y niños desde 2010.
El riesgo de contraer el VIH es:
- Treinta y cinco veces mayor entre las personas que se inyectan drogas.
- Treinta y cuatro veces mayor para las mujeres transgénero.
- Veintiséis veces mayor para los/las trabajadores/as sexuales.
- Veinticinco veces mayor entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres
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