Día Mundial del Ictus, 29 de octubre, una enfermedad que supone la segunda causa de muerte y la primera de invalidez en los adultos de la geografía occidental. Saber detectar sus síntomas, ser optimista y tener en cuenta que la recuperación es posible son tres pilares fundamentales de esta patología cerebrovascular.

Prevenir un ictus: factores de riesgo que debemos conocer
Infiltración al cerebro de células inflamatorias (neutrófilos) a través de un vaso sanguíneo tras un ictus isquémico./ Fotografía facilitada por el Departamento de Investigación Neurovascular. Facultad de Medicina. Universidad Complutense.
  • 29 de octubre, 2015
  • MADRID/EFE/ROCÍO GALÁN

“Volviendo a ser Marta”

El optimismo y la esperanza son esenciales en esta enfermedad. Una actuación rápida ante los primeros síntomas, fundamental. Así lo proclama la Fundación DACER, para lo que lleva a cabo la campaña “Volviendo a ser Marta” cuya protagonista, Marta Lozano, sufrió un ictus hace 3 años y tras un proceso de rehabilitación ha podido volver a su vida cotidiana.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el ictus afecta cada año a entre 110 mil y 120 mil personas en España. La mayoría de estos enfermor sufre secuelas que, en el 40% de los casos, les inhabilitan para realizar sus actividades cotidianas. Datos a los que hoy, Día Mundial del Ictus, debemos prestar especial atención para que no se nos olviden nunca.

Además, el número de pacientes atendidos en hospitales por enfermedades cerebrovasculares ha aumentado un 40% en los últimos 15 años, siendo responsable del 3-6% del gasto total sanitario. Las enfermedades cerebrovasculares son las causantes del 8% del total de defunciones en hospitales del Sistema Nacional de Salud. Motivo de sobra para que sepamos que el ictus se puede prevenir, tratar y recuperar.

Se puede prevenir un ictus

Factores de riesgo: padecer ciertas patologías puede aumentar las posibilidades de sufrir un ictus. Entre otras, tener hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, apnea de sueño o enfermedades de corazón.

Por eso, es importante evitar el consumo excesivo de alcohol, tener cuidado con el colesterol, no fumar y prevenir la obesidad.

Primeros síntomas: cuanto antes se detecte, mayor probabilidad de éxito un ictus. Es muy importante pedir ayuda, llamando al servicio de urgencias o acudir al hospital más cercano cuando aparezcan los síntomas, incluso aunque dejen de existir unos minutos después. ¿Cuáles son?

  • Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Trastorno de la sensibilidad.
  • Sensación de “acorchamiento y hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
  • Alteración del habla.
  • Dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.
  • Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
  • Sensación de vértigo.
  • Desequilibrio (si se acompaña de cualquier síntoma anterior).

Para aprender este tipo de cuestiones y poder dar a conocer la importancia de estas labores preventivas, se han puesto en marcha en distintos hospitales de toda España puntos informativos donde además se realizan pruebas de prevención de ictus.

Atención en España

La posibilidad de mejora en la evolución de las personas que han sufrido un ictus es uno de los grandes avances de la medicina durante la última década. Todo gracias a una atención neurológica especializada y urgente en las llamadas Unidades de Ictus (UI).

Según el informe “Observatorio sobre la atención de la patología cerebrovascular en España” elaborado por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la SEN, en España existen 57 Unidades de Ictus. Pese a que todas las comunidades autónomas disponen del protocolo de actuación pertinente (“Código Ictus”), hay 19 provincias sin UI, “un número claramente insuficiente para poder garantizar una atención de excelencia en todo el país”, explica el doctor Jaime Gàllego, coordinador del GEECV y Jefe de Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario de Navarra.

La recuperación existe

Reconocer el ictus por parte del paciente y de los familiares, activar el “código ictus”, atención en unidades de ictus, recibir tratamientos específicos para continuar tratamiento de rehabilitación, prevención, y atención sociosanitaria son los pasos del modelo asistencial.

La neurorehabilitación debe estar integrada en este modelo y debe ser tan importante como el resto de partes que lo conforman. Para el doctor Gàllego, “resulta imprescindible realizar un esfuerzo de planificación para que los pacientes que han sufrido un ictus, además de recibir la mejor atención en fase aguda, puedan beneficiarse de un tratamiento neurrorehabilitador específico que se inicie de forma precoz y se mantenga con la intensidad necesaria y de forma continuada durante el ingreso y, posteriormente, de forma ambulatoria tras el alta”.

Espasticidad, una posible consecuencia

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.-Efesalud