La Organización Mundial de la Salud estima que 1,25 millones de niñas, niños y adolescentes entre 0 y 14 años enferman de tuberculosis cada año. Sin embargo, solo la mitad de ellos recibe diagnóstico y tratamiento, lo que pone en evidencia las brechas en la atención pediátrica y el impacto de los recortes en la financiación internacional.