Muchas, muchísimas cosas han cambiado en la foto fija de la sanidad en España en los 40 años de vida de la Constitución Española, que entre otros derechos reconoció el de protección a la salud. Este es un recorrido que recoge rasgos esenciales de este inmenso cambio de cuatro décadas, donde de la penumbra se pasó a la iluminación, y del termómetro al big data

40 años de salud y sanidad, del termómetro al big data
  • 4 de diciembre, 2018
  • MADRID/EFE/JAVIER TOVAR

Diciembre de 1978. Un centro sanitario en España. Consulta médica. Usted se sienta a esperar y le llamarán, tardan pero llaman. La gente, enferma o no, puede fumar y fuma. Los médicos usan mucho papel. La luz es tenue. El paciente ni se imagina que dentro de 40 años una palabra mágica en salud, empoderamiento, le dará fulgor y protagonismo.

Noviembre de 2018. Un centro sanitario en España. Consulta médica. Usted se sienta a esperar y espera poco; tiene hora de cita que, normalmente, se cumple sin mucha demora. No fuma nadie porque está prohibido. Mucha gente mira su móvil. Los médicos han sustituido el papel por ordenadores. Los pacientes acuden al médico con mucha información si han mirado en internet. La iluminación es agradable.

Tal vez sea un poco exagerado, pero estos dos mundos son los que separan la sanidad y la salud española entre 1978 y 2018.
La esperanza de vida también es una diferencia notable. Ha aumentado casi nueve años entre 1978 y 2017. De 74,5 años (77,5 para las mujeres y 71,5 para los hombres) a 83 años (85 para ellas y 80 para ellos), según el INE.

Si en 1978 mirábamos con envidia a la medicina de países como Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania para curar enfermedades graves, ahora sabemos que no es necesario salir para poder curarse y ellos vienen a curarse aquí en numerosos casos.

Constitución 78: protección de la salud

La Constitución de diciembre de 1978 consagró el derecho de todos los ciudadanos a la protección de la salud en su artículo 43, y mandató a los poderes públicos a organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y servicios y prestaciones necesarios.

En años posteriores a 1978, la sanidad se convirtió en uno de los tres pilares del Estado de Bienestar -junto a la educación y las pensiones- con un sistema sanitario público universal y gratuito, que no fue incompatible con el ejercicio de la sanidad privada.

La Ley General de Sanidad de 1986 consolidó el Sistema Nacional de Salud (SNS), que completó el proceso de transferencias sanitarias a todas las Comunidades Autónomas en 2002.

Estos 40 años de sanidad en España arrojan un “balance extraordinariamente positivo; han mejorado los resultados en salud, pero también las herramientas, los procedimientos y la calidad de la asistencia para hacer frente con éxito a las distintas patologías”, evalúa para EFEsalud Julio Sánchez Fierro.

Cualificado experto en salud, el profesor Sánchez Fierro ha sido subsecretario del Ministerio de Sanidad y vicepresidente del Consejo Asesor de Sanidad, entre otros puestos y cargos en el mundo sanitario.

“Los hospitales de hace 40 años no tienen nada que ver con los actuales. Nuestras infraestructuras sanitarias han pasado de ser aceptables a convertirse en un referente en la Unión Europea”, resalta.

Cuatro décadas progreso continuo

Cuatro décadas en las que algunos momentos estelares de la salud han sido el arrinconamiento del tabaco; el liderazgo de los trasplantes; o el desarrollo de medicamentos y técnicas que han combatido, por ejemplo, la disfunción eréctil o han permitido la reproducción asistida.

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Fotografía facilitada por el hospital de La Paz del primer trasplante pulmonar infantil. EFE

La irrupción de internet ha dado al paciente la opción de acceder a numerosas información de forma rápida y abundante y eso lo ha cambiado todo; las asociaciones de pacientes han impulsado el protagonismo de los afectados y la estigmatización de los enfermos ha decrecido; la tecnología y la ciencia han aportado innumerables mejoras y avances contra las enfermedades y el dolor. Son algunas referencias de estos 40 años.

Terapia génica, medicina personalizada, empoderamiento del paciente, TAC (tomografia axial computarizada) o resonancia magnética son conceptos y expresiones que en 1978 estaban lejos del día a día de la salud y hoy forman parte del paisaje.

La prevención, los hábitos saludables, la lucha contra el sedentarismo, la psicología como terapia o las técnicas antiestrés no se contemplaban como ahora, aunque es cierto que ha aumentado la obesidad, las listas de espera quirúrgicas no se controlan, nadie es capaz de alcanzar un pacto sanitario y las enfermedades crónicas se han disparado como consecuencia del aumento de la esperanza de vida.

Envejecimiento de la población

Según el INE, si ahora el 18,7 por ciento de la población tiene más de 65 años, en 2031 la cifra se situará en el 25,6 por ciento, y en 2066 se elevará al 34,6 por ciento. Un país para viejos.

Sánchez Fierro recuerda que en España, ahora mismo, hay tres millones de personas de más de 80 años y 600.000 de más de 90.

Aunque también se dice, y se ve mirando a la gente por la calle, que los 50 son los nuevos 40 y los 40 los nuevos 30. Y hay quien afirma que la esperanza de vida puede llegar a los 100 años.

¿Qué futuro nos espera en salud y sanidad? ¿Qué pasará en los próximos 40 años?

Julio Sánchez Fierro no va hasta tan lejos pero si menciona algunos retos para los próximos años: “Hay que completar el modelo de financiación de la sanidad, que no acaba de estar perfilado; hay que garantizar los mecanismos de igualdad territorial para que haya equidad en las CCAA; la sostenibilidad económica tiene que ser compatible con la sostenibilidad social, sin barreras de acceso a los tratamientos innovadores”.

Primer plano del experto en sanidad y salud Julio Sánchez Fierro, ajustándose las gafas. Efesalud.com
Julio Sánchez Fierro en el curso de farmacia de la UIMP en Santander/EFE/Esteban Cobo

“Habrá que enfocar la sanidad a problemas como la soledad, la dependencia, la discapacidad, la nueva frontera de los pacientes frágiles donde la tecnomedicina no puede traducirse en una sanidad sin rostro humano”, alerta.

La salud se ha digitalizado y se ha iluminado. Si en 1978 el termómetro era el sensor de la salud y el botiquín la herramienta, ahora la salud se identifica con las aplicaciones en el móvil y el big data.

¿Cómo será una consulta médica dentro de otros 40 años? ¿Habrá que salir de casa para ir al médico? ¿Habrá médicos como ahora o los robots serán la solución para casi todo? ¿Habrá una mirada o una voz cálida que nos acompañe cuando tengamos una enfermedad grave?

“Hablar de historia clínica digital o big data en 1978 era hablar de llegar a Saturno o Neptuno”, sintetiza Sánchez Fierro.
Al big data hemos llegado, a Saturno, no.