Seguramente las lentes de contacto han ayudado a mucha gente a mejorar, no solo la vista, sino la seguridad y confianza en ellos mismos. Sin embargo, un uso excesivo, o directamente su abuso, puede pasar factura en forma de queratitis ulcerativa infecciosa. Evítalo

Desde la década de los 80, el uso de lentes de contacto (LC) se ha convertido en un factor de riesgo muy importante de padecer una queratitis ulcerativa infecciosa, una inflamación de la córnea que puede tener complicadas consecuencias.
El incremento en el número de usuarios de lentillas en personas jóvenes da más relieve al impacto social que pueden tener estas dolencias.
El doctor Hernán Martínez Osorio, especialista del Centro de Oftalmología Barraquer, conoce bien estos riesgos y EFEsalud ha hablado con el para lanzar un mensaje de prevención ante el uso y abuso de lentes de contacto.
La incidencia de queratitis infecciosas se sitúa entre el 2 por cada 10.000 usuarios de lentes de contacto blandas (LCB) hasta 25 por cada 10.000 usuarios de LCB de hidrogel de silicona de uso nocturno.
El riesgo de padecer una queratitis infecciosa es tres veces mayor en usuarios LCB de uso diario en comparación con LC Rígidas permeables al gas: el riesgo se incrementa cinco veces si se utilizan durante la noche.
Los usuarios de LCB de reemplazo diario, explica este oftalmólogo, tienen un riesgo hasta tres veces mayor según la rigidez y el tipo de LCB; finalmente los usuarios de LCB de hidrogel de silicona tienen un riesgo entre tres y cinco veces mayor dependiendo de su uso nocturno.
“Si estas infecciones no se diagnostican a tiempo -advierte este médico- el paciente puede terminar con un trasplante de córnea o perdiendo la vista”.
Otros factores de riesgo
Pero el uso de lentes de contacto presenta otros factores de riesgo importantes. Por ejemplo, la higiene del estuche, el tipo y solución de limpieza utilizada y los hábitos de uso como bañarse o nadar con lentillas y el lavado de manos; el tabaquismo, los bajos ingresos económicos y la adquisición de lentes por internet también están catalogados como elementos que aumentan el riesgo.
El doctor Martínez Osorio alerta de un factor que ha producido en España en el último año queratitis por hongo; se refiere a las marcas blancas de determinadas soluciones de limpieza que se venden en ópticas y supermercados. “Las marcas blancas no tienen el mismo control de calidad y los antisépticos suficientes para matar los hongos que pueden llegar a crecer en los estuches”, señala.
También lanza un mensaje de alerta sobre las infecciones de un muy peligrosos parásito, la acanthamoeba, que llega a producir infecciones muy severas y agresivas, difíciles de erradicar, mucho peores que los efectos de un hongo o una bacteria.
Precauciones y cautelas

El doctor Martínez Osorio no duda en aconsejar que la primera precaución es seguir las recomendaciones de los fabricantes. “Las lentillas están hechas para usarlas tal y como se prescriben, uso semanal, quincenal, mensual, anual… pero con la limpieza adecuada y las recomendaciones de higiene precisas, como lavarse siempre las manos”, recuerda.
También remarca que con lentillas no hay que bañarse nunca ni en la piscina ni en el mar, y jamás lavarlas con agua del grifo.
¿Y cuántas horas pueden llevarse en los ojos? Tampoco duda en la respuesta: La menos posibles. “Que nadie se acostumbre a 16 horas al día, cuantas menos horas mejor; y si hay intolerancia restringir o anular su uso. Cuanto menos se usen más años se podrá disfrutar de ellas”, indica.
Otra recomendación bien clarita: no dormir con ellas. Y también evitar las lentes de colores, que hace tiempo estuvieron de moda, aunque ahora mucho menos.
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