Un estudio descubre la primera evidencia genética que explica la diferencia entre la edad biológica y la percibida, es decir, la que tenemos y la que aparentamos; sus conclusiones sobre percepción de la edad suponen un importante avance en el campo del antienvejecimiento

El hallazgo, realizado por investigadores de Unilever, en colaboración con la Erasmus MC University Medical Center de Rotterdam y otros socios, se ha producido tras llevar a cabo un extenso estudio colaborativo sobre el envejecimiento.
En el proyecto han participado más de 4.000 personas cuya apariencia fue evaluada a través de fotografías faciales.
En total se realizaron más de 100.000 evaluaciones para determinar la edad que aparentaban estas personas. Tras este primer paso, el equipo examinó más de ocho millones de variaciones en el ADN de los participantes para averiguar si los que tenían un aspecto más joven respecto a su edad tenían diferentes variaciones de ADN frente a aquellos que parecían mayores.
La investigación, primera de este tipo y publicada en la revista Current Biology, desvela que las personas con un tipo de gen llamado MC1R parecen dos años mayores que aquellos que tienen un ADN diferente.
El científico principal de Unilever y co-líder del estudio, Dr. David Gunn ha manifestado que “esta investigación es tremendamente emocionante porque abre nuevas vías para entender por qué ciertas personas tienen una apariencia más juvenil respecto a la edad que tienen”.
“Aprendiendo los “secretos” de aquellos que tienen un aspecto joven para su edad, podemos innovar en nuevas formas de ayudar a las personas a permanecer jóvenes por más tiempo en el futuro. Por supuesto, aún queda trabajo por hacer pero tenemos la esperanza de que este descubrimiento pueda influir en el desarrollo y la innovación de los productos de Unilever”, ha añadido.
El co-líder de la investigación, el profesor Manfred Kayser de con la Erasmus MC University Medical Center de Rotterdam ha resaltado: “Descubrir el primer gen relacionado con la percepción de la edad es importante porque abre la puerta a la posibilidad de identificar otros genes que sabemos que existen y que ahora sabemos que es posible encontrar”.
“Nuestro descubrimiento marca otro paso para entender las diferentes formas de envejecer de las personas y proporciona nuevas vías para identificar vinculaciones moleculares entre la edad percibida, la edad cronológica y la edad biológica. El siguiente paso será entender, a nivel molecular, por qué parecer más joven implica que una persona es más sana, lo que permitiría avanzar hacia el envejecimiento saludable”, ha completado.