Variocele, hidrocele, testículo en ascensor, quistes testiculares, espermatocele, masa tumoral testicular, edema de escroto o dermatitis de la piel del escroto son algunas de las patologías levemente dolorosas que pueden sufrir los hombres en su órgano escroto testicular más allá de los procesos agudos, como la torsión de testículo, que sí les llevan directamente al Servicio de Urgencias envueltos en un grito de desesperación

El dolor de testículos que no retuerce los gestos del varón

El dolor de testículos que no retuerce los gestos del varón

“Son dolores leves o moderados, a diferencia de los intensísimos que analizamos en el primer capítulo del dolor escroto testicular, pero no por ello menos frecuentes e importantes, sobre todo para quienes los padecen”, estima la Dra. Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

“Y al igual que sucede con el suplicio que causan la torsión del cordón espermático o de los apéndices, la orquipididimitis o un trauma por un simple balonazo, también los dolores no agudos pueden ser reflejos o referidos, derivados de otras enfermedades que surgen fuera del saco escrotal”, subraya la ciruja urológica.

“Es una situación que ocurre en algunos dolores crónicos de testículo, a los que no conseguimos poner nombre y apellidos”, añade con cierta resignación.

Cabe recordar aquí la importancia de la autoexploración, ya que “son los propios varones los que hallan estructuras raras, extrañas, al palparse con detenimiento” estas glándulas externas del sistema reproductor masculino… “una costumbre muy saludable que aconsejo, aconsejo y aconsejo una y otra vez a mis pacientes”, recalca la doctora González Enguita.

Un grupo de hombres en su vida diaria por las calles de Madrid.

El origen de los dolores no agudos en los testículos

El varicocele es el agrandamiento de las venas interiores del cordón espermático, que es la estructura que une el testículo con el abdomen. Un proceso similar a una vena varicosa en la pierna.

“En ocasiones es el dolor que provoca este varicocele el que les lleva a la consulta. Los pacientes refieren una especie de ‘peso’ escrotal. Otras veces notan que tienen el escroto ‘ocupado’ por algo que les agranda la zona, resultando ese hemiescroto diferente al otro”, explica.

La mayoría de los varicoceles, fáciles de diagnosticar, se manifiestan durante el desarrollo puberal, en la adolescencia.

Según la intensidad del proceso varicoso, se puede incluso observar la ocupación escrotal y palparse “perfectamente” estando el paciente en bipedestación y realizando una maniobra de valsalva (haciendo fuerza con la cavidad abdominal).

“Al tocar notas una textura similar a una bolsa que contiene gusanos, como si el escroto estuviera ocupado por estructuras blandas, que resbalan de los dedos y que parecen moverse”, cuenta.

La ecografía demostrará que las venas están aumentadas en numero y tamaño.

“Los varicoceles también pueden hacer que los testículos no se desarrollen con normalidad. En estos casos, el varicocele es una causa frecuente de la baja producción y baja calidad del esperma, lo cual puede provocar esterilidad. Pero no todos los varicoceles afectan la producción de esperma”, expone.

Muchos de los pacientes no necesitarán tratamiento, aunque el varicocele “se quede ahí para siempre”.

El varicocele se tratará si el aumento y peso del escroto son realmente llamativos, incluso impidiendo relaciones sexuales con normalidad, o cuando el paciente tiene una baja calidad en sus espermatozoides en cuanto al número, la forma, la movilidad y el tamaño de los mismos.

“Si el varicocele causa estos problemas se puede reparar quirúrgicamente, aunque no resuelva muchos casos de mala calidad espermal. En la actualidad, es una técnica microquirúrgica”, destaca la cirujana.

Un hidrocele es un aumento de tamaño del escroto que ocurre cuando se acumula líquido en el recubrimiento delgado que rodea el testículo.

“Es frecuente en los bebés recién nacidos y suele desaparecer sin tratamiento, por sí sola, al año de vida. El hidrocele podría ir aparejado a una hernia inguinal o a un resto embriológico que no ha finalizado su desarrollo”, señala.

Los niños mayores y los hombres adultos pueden manifestar un hidrocele como consecuencia de una inflamación (orquiepididimitis) o de una lesión dentro del escroto; pero la mayoría de las veces no se encuentra la causa. En general, es una patología de origen desconocido.

Durante la exploración física se visualiza un aumento voluminoso del saco escrotal, y una prueba de transiluminación lo expondrá con certeza.

“Al paciente, tumbado en la camillas de la consulta, con la luz apagada, se le proyecta un haz de luz sobre el escroto (con una linterna, por ejemplo). Si la luz atraviesa la pared del escroto y se ilumina su interior significa que está lleno de líquido alrededor del testículo -hidrocele-. Será una transiluminación positiva”, describe la uróloga.

Si el rayo de luz no atraviesa la zona escrotal, el aumento de la masa se deberá a otra patología, maligna o benigna. La ecografía certificará cualquiera de las dos posibilidades.

El tratamiento es quirúrgico. La cirugía se denomina hidrocelectomía. Pasado un mes después de la cirugía la estructura escrotal volverá a su ser.

“Es un procedimiento sencillo que se realiza a través del escroto. En el quirófano se vacía el líquido del escroto que rodea al testículo evertiendo la bolsa escrotal”, detalla.

“Cabe pensar que dicha bolsa se podría puncionar para vaciarla, pero no se debe hacer. Nunca será una solución definitiva un tratamiento y posiblemente se producirá una infección, incluso un absceso -acumulación de pus-“, añade.

Además, la cicatrización de la punción podría formar tabiques en el interior del escroto, con lo cual se perdería su uniformidad envoltoria.

Un testículo en ascensor o retráctil se diagnostica cuando uno de los testículos no se encuentra en la bolsa escrotal y se halla en el recorrido que va desde el escroto a la zona abdominal.

“Se produce como consecuencia de la contracción del cremaster, el musculo incluido en el cordón espermático, que es capaz de elevar el testículo hasta la ingle. Esa contracción se produce de forma involuntaria en respuesta a diferentes estímulos, como pueda ser el frío”, dice la doctora González Enguita.

El diagnóstico de los testículos en ascensor se hace con la exploración y no requiere que se lleven a cabo pruebas complementarias.

La doctora Carmen González Enguita.“En la infancia no suelen requerir tratamiento quirúrgico. Los testículos están bien fijados al escroto y en condiciones normales los testículos están en bolsa y solo ascienden cuando se estimulan. Se debe explicar bien a la familia y al paciente, según el caso”, aclara.

En varones mas mayores, si a pesar de la información no ceden la molestias, se suele indicar una orquiopexia, que consiste en fijar el testículo al escroto con una simple acción quirúrgica, una pequeña sutura.

Los quistes testiculares en el epidídimo, como el espermatocele, o en el cordón espermático son afecciones muy comunes en todos los varones, sin apenas significación clínica salvo por el volumen que puedan alcanzar.

Aparecen en cualquier momento de la vida, tanto en niños y adolescentes como en varones jóvenes y adultos. Y uno de los quistes del epidídimo más característico es el espermatocele, indoloro y no canceroso, pero que provoca “susto” en el varón.

“Es un agrupamiento redondeado de líquido lechoso que suele contener espermatozoides. Se podría deber a cierta obstrucción en los conductos por los que circula el semen”, apunta.

Los quistes, además, pueden producir cambios en la textura de los testículos.

La doctora Carmen González Enguita.“Identificamos una estructura aumentada de tamaño, dependiente del epidídimo. El diagnóstico certero de quiste se realizará con ecografía. En cuanto al tratamiento, la mayoría de casos se resuelven por sí mismos”, afirma.

“Necesitaríamos cirugía si el tamaño del quiste es notable, molesta o preocupa al paciente por sus circunstancia vitales presentes o futuras”, completa.

Es fundamental que el paciente consulte a la uróloga cuando en la autoexploración identifique una aumento del tamaño testicular, una irregularidad en la palpación o cualquier circunstancia que no le parezca identitaria de la estructura normal del escroto o del testículo.

“El cáncer testicular, que se constituye en una masa, no es doloroso y puede tardar tiempo en descubrirse si no se está pendiente de reconocer anormalidades durante la autoexploración”, advierte.

En ocasiones, quistes y tumores se ponen de manifiesto tras un traumatismo testicular, una infección u otra circunstancia que obliga a la valoración urológica.

El linfedema escrotal (LE) es una afección clínica muy llamativa pero poco común, de etiología múltiple, que apenas produce dolor.

El linfedema primario, un edema escrotal, deriva de una malformación, obstrucción o mal funcionamiento del sistema linfático. Es muy prevalente en la piel escrotal de los varones adultos mayores: aumenta significativamente el volumen de esta zona.

La doctora Carmen González Enguita.En los países occidentales, el linfedema más frecuente es el secundario a las enfermedades generales que generan acumulación de líquidos y afectan “a la parte más declive del tronco, que no es otra que la zona del escroto y el pene, a modo de pies engrosados”, informa la médica.

Muchas de estas patologías serán inflamatorias e infecciosas, o tienen su porqué en cirugías oncológicas abdominales, en linfadenectomías -extirpar ganglios linfáticos- y en la radioterapia pélvica.

“El tratamiento, consecuentemente, vendrá determinado por la terapia de la enfermedad primaria, y siempre consistirá en un tratamiento medico no quirúrgico”, subraya la Dra. González Enguita.

Para disminuir la sensación de miedo en el paciente con edema escrotal, “asustados por el volumen de la inflamación”, se aconseja:

  • Aplicar compresas de hielo o frías en el escroto durante las primeras horas, seguidas de baños de asiento para disminuir la inflamación.
  • Colocar una toalla o compresa de papel enrollada entre las piernas, justo debajo del escroto para elevarlo. Esto ayudará a aliviar el dolor y la inflamación.

La dermatitis en la piel del escroto cursa con prurito escrotal agudo. Se trata de un trastorno que se refleja con picor en el escroto, la piel que recubre los testículos.

La dermatología juega arbitra aquí el partido entre la patología escrotal y el paciente.

La doctora Carmen González Enguita.“El prurito con picor puede ser debido a enfermedades de la piel (eczemas, dermatitis de contacto o alérgicas), a infecciones cutáneas (hongos, candidiasis, parasitosis y liquen escleroso) y a enfermedades sistémicas”, relaciona.

Una vez resueltas estas enfermedades, el prurito desaparece, por lo que es importante llegar cuanto antes a un diagnóstico.

Aún así, la dermatitis en el escroto puede obedecer a una piel seca, que se resuelve con cremas, o al sudor, producto de la transpiración del ejercicio físico, deporte competitivo o por el uso frecuente de vestimentas inadecuadas.

El periodista de EFEsalud, Gregorio del Rosario, entrevista a la doctora Carmen González Enguita.

Durante esta #SemanaDelDolorEscrotoTesticular en EFEsalud, que ha ofrecido dos informaciones periodísticas bajo el formato de videoblogs, la doctora Carmen González Enguita ha repasado el origen de estas dolencias agudas, moderadas o leves, incluso las que solo generan molestias en el día a día del varón… y para concluir, la médica pone el foco divulgativo en algunos consejos de cabecera:

  • Al originarse el dolor testicular o escrotal por múltiples circunstancias es básico y obligado concienciarse de la importancia de la autoexploración escrotal. Es el primer diagnóstico que nos llevará al especialista en urología para un diagnóstico certero.
  • Existen cuadros de dolor agudo en los testículos que están traduciendo una patología de base también aguda, donde un pronto y veloz diagnóstico y tratamiento es fundamental para la viabilidad del testículo. Acude rápidamente en estos casos al Servicio de Urgencias de tu hospital.
  • Una orquiepididimitis es una infección urinaria que en varones jóvenes se relaciona con alguna infección de transmisión sexual (ITS). Debemos prevenir todas las enfermedades infecciosas a este nivel en las relaciones de pareja.
  • En varones adultos, el dolor escroto testicular suele ser consecuencia de una patología más compleja, asociada a un mal vaciamiento vesical o a la hiperplasia benigna de próstata (HBP).
  • Madres y padres tienen que vacunar a sus hij@s frente a la parotiditis (paperas). Evitarán el riesgo de que los chicos puedan sufrir una orquitis -infección de los testículos-, ¡que tantas consecuencias negativas podrá provocar en su futuro!