Una nueva técnica de autotrasplante de músculo permite a los pacientes con parálisis facial recuperar la sonrisa, según los expertos reunidos en el XXII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), que se clausura hoy en Córdoba

La doctora del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, Susana Heredero, ha explicado que los últimos avances en reconstrucción microquirúrgica “permiten tratar las parálisis faciales de larga evolución y conseguir que los pacientes recuperen la sonrisa perdida”.
La técnica consiste en “trasladar un músculo inervado y vascularizado desde una zona del cuerpo del propio paciente, como puede ser la espalda o el muslo, a la cara, en uno o dos tiempos quirúrgicos”, ha indicado la doctora Heredero.
El principal objetivo de esta reconstrucción es sustituir la función perdida y sobre todo “recuperar la capacidad de sonreír”, así como la simetría, el parpadeo o el movimiento de los músculos de la cara.
Un estudio realizado por uno de los mayores expertos en estas técnicas, el doctor japonés Akihiko Takushima, presente en SECOM, ha permitido comprobar cómo “el trasplante del músculo consigue un movimiento sincronizado de las mejillas al sonreír”.
Los principales síntomas de una parálisis facial son la asimetría facial, pérdida de la sonrisa y de la movilidad de la musculatura de la cara, pérdida de la protección corneal, intolerancia a los ruidos fuertes y la alteración del lagrimeo, la salivación y la comunicación no verbal.
Técnicas como el autotrasplante de músculo permiten su tratamiento consiguiendo mejoras en “la simetría, la sonrisa, la función muscular, la calidad de movimiento, y, en definitiva, la calidad de vida de los pacientes”, ha resaltado Heredero.
Este y otro tipo de técnicas deben ser llevadas a cabo “por equipos multidisciplinares especializados, entre los que se incluyen cirujanos orales y maxilofaciales o cirujanos plásticos, otorrinolaringólogos, oftalmólogos y médicos rehabilitadores, entre otros especialistas”.
La parálisis facial más frecuente es la de Bell o Idiopática, sin origen detectable, que representa entre el 50 y el 70 por ciento de todas las parálisis faciales.
La segunda causa son los traumatismos y la tercera el herpes zoster, aunque también puede deberse a enfermedades congénitas, tumores o enfermedades cardiovasculares.
De esta manera, es importante que las lesiones quirúrgicas, traumáticas o infecciosas del nervio facial se sometan a una intervención quirúrgica a tiempo, pues cuanto antes se traten mejores serán los resultados obtenidos.