Llega la primavera con todo su simbolismo y su carga de inspiración psicológica. La subdirectora de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal (EEDT), Elena Villalba, expone las percepciones y motivaciones que surgen con esta época del año

El renacer de la primavera
EFE/Juan Carlos Hidalgo
  • 20 de marzo, 2014
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La EEDT (www.escuelatranspersonal.com) mantiene una activa presencia en América Latina, donde imparte cursos y talleres, presenciales y online, de respiración holoscópica, mindfulness, meditación zen y educación transpersonal, entre otros.

“Los fenómenos y condiciones climáticas en que nos inspiramos ayudan a recordar propósitos, porque se mantienen presentes durante un lapso prolongado”, señala Elena Villalba.

Desde este planteamiento como base, la subdirectora de la EEDT sugiere objetivos de crecimiento personal y autoconocimiento, inspirados en las características y fenómenos naturales de la estación que ahora empieza.

Recuperamos lo relativo a la primavera de un reportaje que analizaba las cuatro estaciones como inspiración psicológica; por fin salimos del invierno, una estación que se caracteriza por mirar hacia dentro.

Renacer en primavera

La primavera simboliza el florecer y el renacer, ya que la vida resurge en todo su esplendor, las plantas dan flores y frutos, y los animales realizan sus cortejos, invitándonos a que nuestra existencia también florezca y fructifique, y a entregarnos al amor, expresa Villalba.

Es buen momento para “recuperar la conexión con nuestros anhelos más profundos y materializar un sueño o deseo de nuestra alma, que lleve largo tiempo retraído”.

Cómo sugerencia práctica para esta estación, la especialista propone “crear una nueva visión del ciclo anual que comience en ese momento. En ella nos plantearemos una meta final y varios objetivos encaminados hacia ese fin, así como el planteamiento de los pequeños pasos y acciones dirigidos para conseguirlo en los siguientes doce meses”.

“Instalar cuatro nuevos hábitos en nuestra vida, en lo físico, emocional, mental y espiritual, así como desarrollar un plan de acción para materializar un sueño/anhelo del alma, por ejemplo formarnos como profesionales en una actividad en que podamos plasmar nuestra vocación de servicio”, son otras opciones para esta época de renacimiento, según Villaba.