La gerenta del Hospital Regional Universitario de Málaga, María del Mar Vázquez, resalta entre los aprendizajes de la pandemia el valor de la colaboración entre los ámbitos público y privado para hacer frente al impacto del coronavirus

Málaga en el recorrido de los micrófonos de “El Bisturí” por los hospitales españoles, uno por provincia y en orden alfabético, para conocer como han vivido y viven la lucha contra la pandemia, un proyecto de EFEsalud para todo 2021.
María del Mar Vázquez, gerenta del Hospital Regional Universitario de Málaga, habla con Henar Fernández, coordinadora y conductora del programa de radio.
“Los primeros días del estallido de la covid fueron de mucha incertidumbre y preocupación. Ahora tenemos más conocimiento del virus, sabemos cómo se propaga y se mueve, pero en aquellos primeros momentos lo desconocíamos. No sabíamos que iba a ocurrir, veíamos lo que pasaba en otros países y en otras comunidades”, recuerda el mes de marzo de 2020.
La coordinación sanitaria provincial, de la que se encargó María del Mar Vázquez, dio respuesta al problema inicial de escasez de equipos de protección y de respiradores.
“Cada centro tenía sus equipamientos y hubo que reorganizarlo todo. Mi labor de coordinadora fue tener un inventario de todo el material de protección y redistribuirlo por los centros en función de las necesidades. Fue una tarea minuciosa día a día para equipar a todo el mundo”, rememora.
¿Qué hemos aprendido de la pandemia?, le pregunta Henar Fernández.
“Destaco como algo que no se había hecho antes la colaboración entre lo público y lo privado como un solo sistema. La reorganización desde la prioridad absoluta del cuidado de los pacientes, sin tener en cuenta su procedencia, sino la naturaleza de las dolencias, la forma de proteger a los trabajadores de los centros y a sus contactos”, contesta.
“Creamos una comisión permanente con una adaptación continua en los procedimientos y los protocolos, y su actualización constante, y aprendimos a ser muy flexibles y transformar los centros ante una emergencia de estas características”, añade.
¿Se pudo tratar a los pacientes sin covid?
“Teníamos recursos, pero otros pacientes no venían. La población estaba muy asustada. Nos preocupaba la ausencia de personas con infartos o ictus, como habitualmente, tenían miedo a venir”, lamenta.
“A nivel interno -continua- reorganizamos los espacios liberando la zona de atención a los enfermos con covid y separándola de las patologías no covid, como oncología y otras”.
¿Qué pasó con la llegada de las vacunas?
“Las vacunas nos trajeron esperanza e ilusión, era el principio del final. Se requiere tiempo, inmunizar a toda la población no es labor de un día, pero con la vacunación a finales de diciembre de 2020, empezamos a vislumbar el fin”, remarca.

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