“Para conservar nuestro pelo sano, lustroso y voluminoso es fundamental lavarse el pelo a diario con un champú adecuado, más aún si padecemos alguna enfermedad del cuero cabelludo, como la dermatitis seborreica, la caspa y la descamación, o que afecte al folículo piloso, como la alopecia androgenética”, recomienda el Dr. Eduardo López Bran, director médico de la Clínica Imema
Lavarse bien la cabeza a diario ayuda mucho a la salud de tu pelo
“Muchas personas rechazan lavarse el cuero cabelludo con frecuencia porque piensan que es el método más rápido para perder pelo, pero no es así, sino todo lo contrario”, advierte el también jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico Universitario San Carlos.
“El lavado diario, bien ejecutado con un producto específico para cada tipo de piel o problema capilar, dado el caso, se convierte en una medida higiénica global para mimar y embellecer nuestro cabello”, subraya.
El Dr. Eduardo López Bran, uno de los 100 mejores médic@s de España en 2020, número 1 en la especialidad de Dermatología por segundo año consecutivo, según acaba de publicar la revista Forbes, lo dice sin ambages mostrando “con orgullo” su calvicie hipocrática en grado sumo debida a la calidad débil de sus folículos pilosos y de su piel en la cabeza.
“La poca pelusilla que todavía luzco me impide, incluso, solucionar el problema a través de un trasplante capilar robotizado; un tratamiento definitivo e indetectable para volver a lucir una buena mata de pelo a disposición de la mayoría de hombres y mujeres. Aún así, no renuncio a esta ilusión juvenil porque la medicina avanza siempre en pos de mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas”, opina.
En una entrevista en línea concedida a EFEsalud, el Dr. López Bran, cirujano dermatológico y especialista en trasplante capilar, nos recuerda a todos y todas que los pelos mortecinos que caen de nuestra cabeza no eran ya más que “tallos de flores secas clavados en la arena”, como diría Federico García Lorca; otro hombre sin igual, de frente amplia, lleno de una imaginación segada por el silbido de las balas.
Lavarse el pelo, clave de una melena dispuesta al viento
Cada pelo, que crece y se desarrolla con base en la dermis, está constituido un folículo piloso y por un tallo, con sus tres capas -médula, corteza y cutícula-, que se asoma a la luz solar atravesando la epidermis, la parte más superficial de nuestro cuerpo.
Existen diferentes motivos para la pérdida de pelo, pero la causa más frecuente, tanto en ellos como en ellas, es la alopecia androgenética o calvicie común que parte de la predisposición genética o de la alteración hormonal andrógena, es decir, de la hormona sexual masculina.
En muchos casos, estos dos factores preexistentes no bastan para ocasionar una pérdida remarcada de pelo. Son otros los elementos que la desencadenan o la empeoran.
“El estrés, la ansiedad, la depresión, las alteraciones endocrinas, metabólicas o digestivas, pueden poner en marcha la alopecia androgénica latente, potenciando también su desarrollo cuando ya está en marcha”, asegura.
Agentes externos como el sol -que seca el pelo y genera degradación en la melanina-, los jabones inadecuados que nos aplicamos en el cuero cabelludo, los hábitos alimenticios, la contaminación atmosférica o ciertos modos de vida también aumentan el ritmo o la densidad de su caída.
Para que el cabello no esté reseco o quebradizo la solución es hidratarlo para reducir el porcentaje de roturas de los tallos. Los mejores consejos para cuidar nuestro cuero cabelludo y su pelo serían:
- Lavar el pelo el número de veces que sea necesario para mantener su higiene y limpieza. Es recomendable una vez al día, pero como mínimo debemos hacerlo una vez a la semana.
- Para limpiar el pelo debemos rechazar productos que contengan altos niveles de detergente. Utilizaremos un champú suave de uso frecuente, mejor si solo contiene ingredientes naturales.
- Los champús para pelo seco suelen llevar suavizantes y aceites, con una composición de pH más ácido de lo habitual. El pelo con caspa se encontraría dentro de esta tipología; en este caso, el champú tiene que tener un pH un poco más alto.
- El pH de un pelo normal estará en torno al 5,8, por lo que se recomienda un champú en torno a un pH 6 (champú de pH neutro). Las personas con pelo graso necesitan un champú más alcalino, con un 8 de pH.
- El acondicionador debe aplicarse en cada lavado y la mascarilla o sérum un par de veces a la semana en verano. En ambos casos, que sean productos específicos para la hidratación y el brillo del cabello, ya que el agua que contiene cada pelo se evapora con el calor.
- Después de lavar el pelo se seca con una toalla, una buena costumbre que puede completarse con el secado al aire natural o “a la temperatura templada de un secador alejado suficientemente del cabello, para no calentar o quemar el tallo, favoreciendo un pelo frágil”.
- Hay que evitar la aplicación de productos de peluquería como lacas, geles, espumas, ceras o colorantes antes de ir a la playa. La cutícula, abierta, favorece el daño en el pelo.
- Proteger la piel del cuero cabelludo es sinónimo de antioxidantes, como las vitaminas A, C y E, de gran potencial reparador.
- En general, para pasear o disfrutar de una terraza en verano hay que proteger nuestro pelo del sol con aceites naturales. Si sufres alopecia o pérdida abundante de pelo tienes que usar un protector físico como un sombrero, una gorra o un pañuelo.
- Si es necesario beber agua todo el año, en verano debemos hacerlo con mayor insistencia. Nuestro cuerpo necesita hidratación y, por tanto, nuestro cabello, también.
- Nuestra alimentación, además, debe ser equilibrada, como la dieta mediterránea. Debe incluir zinc, hierro, biotina o derivados de la vitamina B. Así se fundamenta el crecimiento y el desarrollo de un pelo fuerte, sano y bonito.
- Dormir y descansar inciden en la salud de nuestro cuerpo y refuerza, con serenidad, la belleza de nuestra melena.
“Si padeciéramos alguna enfermedad en el cuero cabelludo o en los folículos pilosos intercalaríamos un champú específico, antigrasa, anticaspa o mixto para tratar dichas alteraciones. Mediante el hábito higiénico del lavado frecuente, diario, se irá estabilizando la pérdida del pelo. Es la mejor terapia”, aclara el dermatólogo.
Este lavado diario es todavía más relevante si el paciente sufre alguna patología y tiene prescrito algún tratamiento medicamentoso de aplicación tópica.
“Nuestra piel tiene una capacidad de absorción limitada. Una vez superada esa capacidad, los restos del producto aplicado sobre la superficie de la piel se quedarán en el cuero cabelludo. Al aplicar de nuevo el tratamiento nos encontraríamos una capa de medicamento no absorbido, una barrera antinatural que impedirá que la piel absorba otra aplicación del producto.”, explica.
“De ahí la importancia del lavado diario antes de aplicar el tratamiento: la piel estará limpia y preparada para recibir una dosis del tratamiento medicamentoso que ayude a sanar o corregir las alteraciones concretas del folículo pilosebáceo, que es el objetivo a conseguir un día sí y otro también”, destaca.
Además, en el caso de los pacientes que se han realizado una cirugía de injerto capilar adquiere mayor importancia, si cabe, la higiene correcta del cuero cabelludo.
“Un trasplante de pelo no es otra cosa que una siembra folicular en el lecho receptor o área calva, y si no abonamos adecuadamente esta zona trasplantada la maltratamos; por lo tanto, el resultado del trasplante, de la siembra de pelo, será menos fructífero”. expone.
El paciente deberá seguir al pie de la letra las indicaciones del dermatólogo para conseguir el mayor éxito posible contra su calvicie.
La alopecia, con 150 variantes, y la enfermedad del cuero cabelludo son dos alteraciones diferentes.
Por un lado están las enfermedades de la piel que recubre el cráneo; patologías del cuero cabelludo entre las que destacan la dermatitis seborreica, la caspa, la descamación, incluso afecciones de la piel a nivel orgánico como la psoriasis, que también se manifiesta en nuestra cabeza.
Por otro lado tenemos las enfermedades propias del folículo piloso, de cada unidad pilosebácea, entre las que destaca la alopecia androgenética común, la más frecuente y quizá la que mayor impacto psicológico causa en hombres y mujeres.
“Son enfermedades que, en muchos casos, pueden coexistir en el mismo paciente; incluso pueden servirse de acicate mutuo, la una a la otra, para agravar la intensidad del problema”, anota el Doctor López Bran.
“Otro motivo más por el que la gente debe recibir un buen diagnóstico dermatológico, precoz e inequívoco, con el fin de tratar correctamente los trastornos que degradan tanto el cuero cabelludo como el propio cabello”, añade.
El dermatólogo se pone de ejemplo a sí mismo y aprovecha la oportunidad para comunicar a los seguidores de EFEsalud que no todas las personas pueden tratar su calvicie con un trasplante capilar.
“Todos mis antepasados lucían una importante y extensa calvicie, el patrón más avanzado de la llamada calvicie hipocrática. A mi edad todavía conservo un poquito de pelusilla, que, además, es de muy mala calidad”, cuenta.
“Indudablemente -continúa-, si pudiera recuperar el pelo que tuve, estaría encantado de poner mi cabeza en manos del robot Artas para que, junto a mi equipo de profesionales, que son los mejores… pero es imposible”.
“Si en el futuro dispusiéramos de alguna fórmula que me posibilitara un trasplante no dudaría en someterme a la cirugía de injerto capilar, ya que se obtiene un resultado definitivo e indetectable que deja satisfecho al paciente trasplantado. Es una gran ilusión a la que no renuncio”, concluye.
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