La eliminación de la hepatitis viral, que cada año causa 1,4 millones de muertes, puede conseguirse si se movilizan los recursos técnicos, financieros y de capacitación necesarios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 28 de julio es el Día Mundial contra la Hepatitis

La necesidad y en la urgencia de luchar contra la hepatitis reside en que no sólo 1,4 millones de personas mueren cada año a causa de esta enfermedad, sino que existen 500 millones de personas que conviven con alguno de los virus que la provocan y si desconocen que lo portan, lo pueden seguir transmitiendo.
“Es posible eliminar la hepatitis viral. Estamos haciendo una llamada a los líderes del mundo para que se den cuenta que es el momento de aplicar las medidas necesarias para acabar con la hepatitis, porque ahora podemos realmente eliminarla”, asegura Samuel So, director del Centro Asiático del Hígado, y experto de la OMS.
“Estamos en un momento muy excitante porque por fin tenemos tratamientos necesarios. Unas medicinas que han probado que curan al 90% de los enfermos que las toman. Debemos actuar ahora para cambiar la dinámica”, afirma a su vez Stefan Wiktor, director del Programa Mundial de Hepatitis de la OMS.

El pasado 22 de mayo la Asamblea Mundial de la Salud aprobó una resolución que pide el desarrollo e implementación de políticas públicas multisectoriales destinadas a reducir la incidencia y morbilidad de la hepatitis.
La resolución urgía a los países a que desarrollen programas de prevención de la hepatitis y refuercen los programas de inmunización para reducir la incidencia de los tipos para los que existen vacunas.
“Eso fue un gran paso adelante porque se tomó total conciencia del alcance de la enfermedad y de las posibilidades de eliminarla”, asegura Wiktor. Este experto explicó que si bien sólo han pasado dos meses desde que la resolución fue aprobada, ya se han visto pasos dados por países como Brasil, Egipto, Indonesia y Ucrania, que están extendiendo o creando programas transversales para luchar contra la enfermedad.
Hepatitis: tipos y cifras
La hepatitis es la inflamación del hígado, causada en la mayoría de los casos por una infección vírica causada por cinco virus principales: A, B, C, D, E. Los más peligrosos son los tipos B y C porque son los que pueden desencadenar cirrosis y cáncer de hígado.
Se calcula que unos 240 millones de personas en el mundo conviven con el virus B y corren el peligro de desarrollar cirrosis o cáncer de hígado porque dos terceras partes de ellos desconocen que conviven con la enfermedad porque nunca han sido diagnosticados.
Sin embargo, ahora existen fármacos muy eficaces, y se ha demostrado que si se medica, se evita en un 80 % los casos de cáncer de hígado, que es el segundo cáncer más mortífero, tras el de pulmón, insiste So.
“El problema es que no sólo es clave tener medicamentos, sino también es necesario tener los servicios clínicos necesarios, el personal capacitado, los laboratorios con el equipamiento, al día…la lucha es global”, advirtió Wiktor.
La hepatitis A y E se contrae tras haber ingerido agua o comida contaminada, mientras que los virus B, C o D aparecen por contacto con fluidos corporales tras haber compartido una jeringuilla, obtenido una transfusión de sangre, o por transmisión sexual, entre otros.
En el caso de la hepatitis B la madre también puede transmitir al hijo el virus, por lo que se recomienda encarecidamente la vacunación del recién nacido.
Para los virus A y B hay vacunas, y desde que se implementó la recomendación de inmunizar a todos los niños contra el virus B, el 74 por ciento de los niños en el mundo la han obtenido.
De los de 1,4 millones de decesos, el 55 % se deben al virus B, el 35 % al virus C, y el 10 % restante se lo reparten entre la A y la E, informa So.
El problema principal señalado por los expertos para eliminar la hepatitis es “la falta de grandes donantes que quieran luchar específicamente contra la enfermedad”, lamenta Wiktor, que explica que eso hará que sean individualmente los países quienes tengan que tomar las riendas, lo que ralentizará el proceso.
“La hepatitis mata anualmente casi el mismo número de personas que el VIH-Sida y sin embargo no se obtienen los fondos necesarios para intentar su erradicación. Es muy frustrante”, confiesa So, quien sugiere que se usen las mismas estructuras ya establecidas para luchar contra el Sida, como el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, para combatir la hepatitis.
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