El pescado azul, como el atún o la sardina, es muy rico en ácidos grasos y en nutrientes, pero absorbe más fácilmente los tóxicos que el pescado blanco, menos graso y tradicionalmente más caro

“El pescado azul es más rico en grasa absorben de manera fácil los tóxicos, pero también suelen ser más ricos en nutrientes”, asegura a EFE el director del Laboratorio de Toxicología y Salud Medioambiental de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, José Luis Domingo Roig.
Los pescados catalogados como blancos, como la merluza o el lenguado, presentan menor cantidad de grasa que los azules, pero “no son muy ricos” en ácidos grasos, considerados beneficiosos para el organismo,

apunta el experto que participó en la Fundación Gulbenkian de Lisboa en una conferencia con motivo del Día de la Alimentación.
El Laboratorio de Toxicología ha analizado los 14 pescados más consumidos en España para conocer el equilibrio entre los beneficios y los riesgos de su consumo, de acuerdo con sus valores nutricionales y contaminantes.
Para Domingo, hay que tener en cuenta tres aspectos a la hora de equilibrar el consumo de estos alimentos: la especie y su origen, la dosis consumida y la frecuencia del mismo.
Entre las especies que más concentran elementos tóxicos, se encuentran los pescados de mayor tamaño, que componen la cabeza de la cadena alimenticia como el pez espada o el atún, ambos pescado azul.
Las dos especies tienen un mayor índice contaminante, pues absorben los componentes químicos de los más pequeños, apunta el investigador.
Los elementos tóxicos se dividen en varias categorías entre las que figuran las inorgánicas, como el metal pesado mercurio, y las orgánicas, como las dioxinas.
“Hace años las autoridades recomiendan a las embarazadas y niños reducir el consumo” de pescados grandes y azules, recordó Domingo, aunque avisa de que no hay que desterrarlos de la dieta.
El experto español alerta del riesgo de ingerir grandes pescados si proceden de mares muy contaminados, entre los que citó el Báltico y excluyó el Mediterráneo, mientras señaló el océano Atlántico como uno de los “más limpios”.
Pescado azul de pequeño tamaño
Según los estudios dirigidos por Domingo, algunas de las especies más beneficiosas son los pescados azules de pequeño tamaño como la caballa, salmón o la sardina.
“Por los aportes en proteínas y Omega 3 y que por su tamaño no van a representar ningún riesgo”, apuntó el investigador, quien resaltó la ventaja calidad-precio de esta gama de pescados respecto a otras.
Asimismo, el experto catalán destacó a los cefalópodos, como pulpos o sepia, cuyas características anatómicas tampoco les permiten acumular grandes cantidades de tóxicos.
De acuerdo con los estudios realizados por su laboratorio, todas las especies de pescados comestibles mantienen índices contaminantes, independientemente de la manera en la que se cocinen.
“La única manera de destruirlos es de una manera brutal. Aumentando la temperatura hasta comer carbón, lo que también destruiría los nutrientes”, expuso.
No obstante, Domingo insistió en que comer pescado de forma frecuente aporta sustanciosos e indudables beneficios.
.-Efesalud
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