“La mayor parte de los cánceres de colon se originan a partir de pólipos benignos que se desarrollan en el interior del intestino grueso, aunque es importante señalar que no todos se transforman en tumores malignos”, indica el Dr. Enrique de Madaria Pascual, del Hospital General Universitario “Doctor Balmis” de Alicante.
De pólipos buenos a pólipos malos: el cáncer de colon
“Hay pólipos que ya contienen células cancerosas; otros son benignos, pero con gran potencial de malignidad; algunos tienen una baja probabilidad de evolucionar a cáncer; y muchos, simplemente, no generan la temida neoplasia (adenomas)”, expone el especialista en aparato digestivo.
Toda la superficie que tapiza el interior del aparato digestivo, también del colon, se denomina mucosa. Un pólipo no es más que una minúscula zona de esta mucosa en la que se desarrolla una masa amorfa de tejido celular.
“Esta especie de protuberancia puede mostrar diversas formas, pero destacan dos tipos muy comunes: en forma de cúpula (pólipo sesil) o como una esfera conectada a la mucosa por un tallo (pólipo pediculado)”, describe el también presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología.

Los pólipos en el colon son muy frecuentes, pudiéndose diagnosticar hasta un 30 ó 50 % de casos en personas adultas. Los estudios estiman que pueden pasar al menos diez años desde que un pólipo aparece hasta que se transforma en un cáncer.
“La buena noticia -subraya- es que se pueden extirpar durante el proceso de una prueba de colonoscopia; intervención que permite, a su vez, un análisis anatomopatológico para observar su malignidad potencial. Así evitaremos el desarrollo tumoral del pólipo, eliminándolos de nuestro organismo”.
“Cabe recordar que el colon o intestino grueso es la última parte del conjunto del intestino, donde finaliza el proceso de la digestión.
Al colon llegan los últimos restos de alimentos ingeridos, con muy pocos nutrientes. En esta zona intestinal se absorben el agua restante y los nutrientes generados tras la pertinente fermentación llevada a cabo por la microbiota, residentes que copan esta zona con sus propias señas de identidad.
Con todo este material orgánico sobrante se forman las heces, desechos de los restos de alimentos no digeridos y otros productos o fluidos que contienen, por ejemplo, bilis proveniente del hígado”.
Dr. Enrique de Madaria Pascual
El pólipo como avanzadilla del cáncer
A nivel mundial, el cáncer de colon aparece en la cuarta posición de los tumores malignos que afligen a la población; cáncer de mama, pulmón y próstata figuran en las tres primeras posiciones.
En 2023 y en España se registrarán 279.260 nuevos casos de cáncer, frente a los 280.100 del año anterior, según el informe de las cifras del cáncer elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en nuestro país serán los de colon y recto (42.721), mama (35.001), pulmón (31.282), próstata (29.002) y vejiga urinaria (21.694). Tumores como el de estómago “solo” afectarán a 6.932 personas.
En hombres serán mayoritarios los de próstata, colon y recto, pulmón y vejiga urinaria; en las mujeres, mama, colon y recto.
En el mundo y con datos del año 2020, los cánceres que causaron el mayor número de fallecimientos fueron el de pulmón (18,2 % del total), colorrectal (9,5 %), hepático (8,4 %), estómago (7,8 %) y mama (6,9 %).

El cáncer de colon suele anunciar su presencia con síntomas evidentes
“Sentiremos y observaremos cambios en la forma en la que defecamos, como estreñimiento o diarrea de inicio frecuente, sangrado en las deposiciones, dolor abdominal y, en ocasiones, obstrucción intestinal”, destaca el gastroenterólogo.
“Si se llega a ocluir el interior del colon notaremos hinchazón del abdomen, imposibilidad para hacer de vientre, dolor abdominal y vómitos al atascarse el contenido del colon”, especifica.
“Por supuesto, la mayor parte de la gente que sufre diarrea, estreñimiento, dolor abdominal o sangrado suelen padecer otras enfermedades o problemas menos importantes, pero hay que estar en alerta frente a la posibilidad del cáncer de colon”.
De hecho, debemos tener muy en cuenta los factores de riesgo que apuntalan este tumor.
“La obesidad, la diabetes, el consumo frecuente de carne roja o procesada, fumar, el alcohol y algunas mutaciones genéticas, origen de las enfermedades familiares que predisponen mayor frecuencia de lo habitual a sufrir estos tumores cancerosos”, apunta el Dr. Enrique de Madaria.
“Por el contrario, la actividad física diaria y una dieta rica en frutas y vegetales, probablemente la fibra, el ajo, el magnesio y los productos lácteos sean los mejores aliados contra al cáncer de colon”, aconseja.
Aún así, algunas enfermedades del colon también pueden predisponer a la aparición tumoral.

El plan “pólipos” que previene el cáncer de colon
El cáncer de colon es frecuente debido fundamentalmente a los pólipos en el intestino grueso, masa de tejidos que lo preceden y que se puede eliminar: hoy en día existen programas de prevención y diagnóstico precoz del cáncer de colon.
La prevención de este tipo de cáncer debería empezar hacia los 45 ó 50 años de edad, tanto en hombres como en mujeres, salvo que el paciente manifieste antecedentes familiares con enfermedades genéticas que predispongan a este tumor.
El foco se sitúa sobre dos estrategias para prevenir el cáncer de colon en la población.
“Una posibilidad sería realizar un test de sangre oculta en heces, generalmente una vez al año. La otra consistiría en efectuar una colonoscopia y repetir la intervención cada diez años”, informa el Dr. de Madaria.
“Los pólipos de gran tamaño y el cáncer de colon tienen tendencia a sangrar de forma tan mínima que no se observa la sangre en las heces a simple vista. Pero un test sí detecta esa pequeña cantidad de sangre en las heces”, recalca.
“Estos test se hacen de forma periódica y, si el resultado de alguno fuera positivo, sería necesario visualizar el interior del intestino grueso con un examen colonoscópico para descartar pólipos o cáncer de colon”, enseña.
La mayor parte de la gente con un test positivo no tendrá cáncer, pero sí es frecuente encontrar pólipos en el colon.
“En algunas ocasiones, el test positivo en heces tendrá su origen en las hemorroides o fisuras esn la zona anal, sin que haya ni pólipos ni tumor. Aún así, el beneficio del test para detectar y prevenir el cáncer de colon es enorme”, opina sin ambages.
¿En qué consiste una colonoscopia?
Mediante la colonoscopia se explora todo el colon y el recto. El dispositivo integra una minicámara de televisión fijada en el extremo de una sonda o tubo conectado al colonoscopio.
La sonda se introduce con delicadeza a través del ano.
El aparato podrá introducir aire en el colon para un mejor examen de la mucosa y, además, podrá succionar líquidos y restos de heces para despejar de obstáculos la visualización.
Si se descubre la presencia de un pólipo en esta parte del intestino, también se puede extirpar tras abrazarlo y agarrotarlo con un lazo de alambre (polipectomía).
En ocasiones, al cortar la masa tumoral se aplica corriente eléctrica para cauterizar la herida resultante y que no pueda emanar sangre.
El pólipo seccionado se recupera para ser analizado al microscopio y comprobar su potencial de malignidad
Por regla general, la colonoscopia disminuye las posibilidades de evolución de un cáncer de colon en un 90% de los casos.
Dr. Enrique de Madaria Pascual, médico especialista en aparato digestivo y presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología.
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