Los medicamentos biológicos reducen los síntomas de la enfermedad de forma significativa, pero aún así, entre un 40% y un 50% de los pacientes abandonan el tratamiento. Los fármacos que están en camino eliminarán las ronchas, el picor, los dolores y casi por completo las dudas. Lograrán el “blanqueamiento total” del enfermo psoriásico.

Psoriasis: síntomas en agonía
La psoriasis podría estar muy relacionada con la enfermedad inflamatoria intestinal. EFE / GRB
  • 8 de octubre, 2013
  • ESTAMBUL / EFE / GREGORIO DEL ROSARIO

Celia los toma, confía en los medicamentos a pesar de la desconfianza que generan los efectos secundarios a largo plazo. Tiene 37 años y dos hijos de corta edad. Lleva con la psoriasis desde los veinte y forma parte del minoritario grupo de pacientes, algo más de un 10% en España, que recibe un tratamiento biológico.

“Para que te lo prescriban tienes que padecer psoriasis moderada o grave y haber transitado por todas las fases anteriores: tratamientos leves, con las cremas, o tratamientos sistémicos, más agresivos, con pastillas e inyecciones que te pueden afectar al hígado o a los riñones. Además, cuando disminuyes la dosis o los suprimes, regresa la psoriasis”.

Esta enfermedad afecta a 125 millones de personas en todo el mundo. La sufren por igual mujeres y hombres y suele aparecer entre los 15 y los 35 años de edad. “Al ser una patología muy visible -afirma el doctor José Luis Sánchez Carazo, dermatólogo del Hospital General de Valencia- tiene un alto impacto psicoemocional, mucho más que la diabetes, el asma o las enfermedades cardiovasculares”.

Es una pesadilla“, resuelve Celia, portavoz de Acción Psoriasis (AP) en Estambul. Te pica, te duele… es una enfermedad muy dura porque convives con ella toda tu vida y eso te crea mucha impotencia. Cuando te diagnostican psoriasis buscas fotografías de pacientes a través de internet y observas cómo te vas a quedar y exclamas: ¡madre mía!”

Interluquina IL-17A

La gran ventaja de los fármacos biológicos es que sus mecanismos de acción están diseñados a partir de los mecanismos de la propia enfermedad, los mecanismos que intervienen en las lesiones inflamatorias, “bloqueando dianas específicas -informa el doctor Lluis Puig Sanz, dermatólogo del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona- lo que hace que no se intervenga de forma negativa contra el hígado, el riñón u otros órganos vitales”.

Ronchas producidas por la psoriasis

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica, no es contagiosa, es visible en la piel y afecta a otros órganos internos. El sistema inmunitario se convierte en el agresor y ataca a partes del cuerpo en vez de protegerlo. Existe un respuesta inmune exagerada contra sustancias y tejidos.

Investigaciones recientes han determinado que la proteína IL-17A, que actúa como mensajera para coordinar la comunicación entre las células inmunes (citoquinas que indican a las células que combaten las infecciones que tienen que organizar una respuesta inmune una vez detectado un invasor externo), forma parte del círculo vicioso de la psoriasis.

La IL-17A da indicaciones a las células cutáneas y al sistema inmune desencadenando los síntomas de la psoriasis: escamas (crecimiento de nuevas células a un ritmo anormal), inflamación con picor, enrojecimiento y dolor. Las células que luchan contra la infección generan a su vez más IL-17A, prolongando así el ciclo.

“Los resultados de Secukinumab de Novartis, un anticuerpo humano que modula la actividad de IL-17A, son los mejores observados hasta la fecha en cuanto a eficacia y seguridad -confirma el doctor Puig-. A las doce semanas de tratamiento en ensayo clínico el 80% de los pacientes reduce sus síntomas en un 75%. En poco más de un año, el 50% de los pacientes lo reduce en un 90% y, finalmente, los síntomas desaparecen en ese mismo periodo en un 30% de los enfermos”.

Para el doctor Puig, el fármaco que se comercializará en los próximos meses garantiza una respuesta “muy alta y muy rápida” contra la psoriasis y “duplica en muchos casos la seguridad de otros fármacos biológicos ya comercializados como etanercept (Enbrel) tanto en la zona de la inyección como en dolor, salvo en la aparición de candidiasis leves o moderadas, que se resuelven con tratamiento oral”.

“El paciente notará una gran mejoría en un mes y en tres estará prácticamente blanqueado -asegura-. El fármaco se puede utilizar tanto tiempo como sea necesario y la respuesta ante la psoriasis es mucho mejor si se mantiene de forma continuada con una sola inyección mensual“.

Los resultados de este futuro fármaco fueron presentados a nivel mundial en el XXII Congreso de la Asociación Europea de Dermatología y Venereología (EADV) que se ha celebrado en Estambul (Turquía).

El objetivo es, en palabras de José María Giménez Arnau, Global Program Head Psoriasis de Novartis, “que el paciente no se acuerde de que padece la enfermedad, motivo que mejora de forma sustancial su calidad de vida y sus relaciones sociales”.

Psoriasis sin ronchas

A Celia Marín ya le ha sucedido. “Desaparece la escamación y sobre todo te olvidas del dolor y de la picazón. Solo me preocupan los efectos de los fármacos biológicos sobre mi organismo en el futuro”.

Celia se cubre en la Mezquita Azul de Estambul.

Celia sabe que los nuevos medicamentos no le curarán la enfermedad, “la esperanza de todos nosotros”, pero al menos sonríe por los efectos en su vida diaria: se puede mirar en el espejo y ya no tiene que ocultarse ante la sociedad.

“Antes sentía rechazo. En el autobús, por ejemplo, algunas personas se levantaban del asiento cuando me sentaba a su lado. Pero lo normal era que yo misma me escondiera de las miradas: vestía de manga larga para acudir a una cita de trabajo o me cubría todo el cuerpo bajo temperaturas de 40 grados”.

El arsenal terapéutico contra la psoriasis se ha ido incrementando con medicamentos “mejores y cada vez más seguros” opina el doctor Esteban Daudén Tello, dermatólogo del madrileño Hospital Universitario de la Princesa.

“Se está investigando muchísimo y los fármacos que tendremos a nuestra disposición a cortísimo plazo, y los que vendrán en tres, cinco o diez años, serán brutales. Los pacientes deben sentir que el esfuerzo mundial es muy grande. Acabaremos con los síntomas de la psoriasis”.

Celia Marín Rancel, murciana y profesional de la comunicación 2.0,  conoce cada milímetro de su cuerpo. Ahora agradece que le hagan fotografías, salir en vídeos y hablar con la gente. Ya no es “un cromo”… es una persona con piel.

Urticaria crónica espontánea

La farmacéutica suiza también ha presentado en Estambul los nuevos resultados de un medicamento contra la urticaria crónica espontánea (UCE).

Los datos, procedentes de ensayos en casi 1.000 pacientes, han demostrado que el uso de omalizumab es eficaz y seguro en el tratamiento de la UCE, una enfermedad en la que más del 50% de los pacientes no responden a los antihistamínicos, que es el único tratamiento aprobado.

La urticaria crónica espontánea es una enfermedad de la piel que provoca ronchas o habones con enrojecimiento, hinchazón, prurito, angioedema y a veces dolor en la piel. Tiene efectos muy negativos sobre la calidad de vida y con frecuencia se padecen trastornos del sueño y enfermedades psicológicas como la depresión y la ansiedad. Las mujeres de entre 20 y 40 años conforman el grupo de personas más afectado.

“La UCE es un problema para dermatólogos y alergólogos porque no existen terapias disponibles y con este medicamento es la primera vez que se demuestra un beneficio terapéutico espectacular”, afirma el doctor Giménez Arnau.

Paciente con urticaria crónica espontánea

“Ahora te vas a dormir y al despertar puede que no puedas salir de casa porque estás totalmente hinchado o que tengas habones y picores desesperantes”.

Al igual que la psoriasis, que todavía no tiene cura, esta enfermedad “terriblemente incapacitante” se controlará de forma eficaz en poco tiempo.

El medicamento, bajo la marca comercial Xolair, está siendo desarrollado de forma conjunta entre las compañías Novartis y Genentech para la urticaria crónica espontánea, idiopática (UCI) en los Estados Unidos de Norteamérica.