Con más de 17 años de experiencia como redactor de salud y ciencia del diario “El País” en su hoja de ruta profesional, Emilio de Benito ha llegado a liderar la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS). Su principal reto, darle transparencia a la profesión a través de reglas muy claras, y cómo contar a los lectores los detalles que hay detrás de una publicación

El periodista Emilio de Benito reemplaza en el cargo a Alipio Gutiérrez. Durante su gestión pretende generar un cambio en la institución, en una época en la que -como él mismo indica- el sector tiene “muy mala fama”, especialmente por la polémica cobertura de temas sobre avances terapéuticos impulsados por la industria farmacéutica.
“En una información sobre un medicamento, siempre hay quien critiqua”, expresa el nuevo presidente de la ANIS, y pone el acento en la ética de los trabajadores, “haciendo que se sepa quién invita a los eventos” y mostrando de forma clara quién financia las investigaciones.
Antes de dedicarse al periodismo, Emilio de Benito se licenció en Química por la Universidad Complutense de Madrid. Pero con el objetivo firme de convertirse en redactor de “El País” y, tras cursar el máster en periodismo de este medio de información, entró a formar parte de un equipo, en el que ya cumple 17 años.
“Yo quiero ir poco a poco poniendo reglas en momentos complicados en la relación de los periodistas y las fuentes” expone De Benito, quien preside una asociación de periodistas que cuenta con más de 600 socios.
Y es que su plan de acción está dirigido también a extender la red de periodistas que aún no conocen la ANIS, en comunidades autónomas donde se produce información científica, como Cataluña, Valencia y Andalucía.
El reto de brindar información veraz y contrastada
Para Emilio de Benito, uno de los grandes retos del periodismo es aprovechar el “tremendo potencial” de los medios digitales, ya que los medios tradicionales se han debilitado.
“Es un sector que se presta mucho para que haya blogueros y webs, pero también para charlatanes, y hay muchos curanderos todavía”, advierte y alerta.
Por ello, insiste en la formación de los redactores sanitarios, que a diario “tratamos una patología diferente, un día cáncer, el otro depresión” y resalta que aún así “es imposible saberlo todo”, porque hay temas que incluso los mismos médicos deben estudiar durante años.
De hecho, resalta para un buen trabajo profesional la elaboración de una agenda y la actualización constante de los conocimientos. “Lo bonito del periodismo sanitario es que todos los días aprendes cosas”, subraya.
Además, recuerda que uno de los trabajos del periodista es “traducir a los médicos para que la población los entienda”, y concluye: “Cuando uno empieza a entender lo que le dicen lo médicos o investigadores, lo puede contar”.