Nakama Laetitia, es una mujer valiente que vive de lo que cultiva en el pueblo. Hoy se ha vestido con sus mejores galas y con su pequeño bebé a cuestas ha recorrido a pie seis kilómetros para acudir hasta el centro de salud más cercano, el de Mayange. El objetivo: cumplir con el calendario de vacunación de su pequeña hija

Ruanda: Vacunas que salvan vidas
Mujeres ruandesas en el centro de vacunación de Muyange. FOTO EFE/Pilar González Moreno
  • 22 de abril, 2016
  • Kigali (Ruanda)/EFE/PILAR GONZÁLEZ MORENO

EFEsalud ha conversado con ella y otras vecinas que, como Laetitia, han venido también a pie para no faltar a la cita de vacunación.  A veces cuando tienen dinero llegan hasta el centro en autobús, sonríe en su explicación Mukantaban Josiaene, otra mujer valiente de 27 años y un bebé recién nacido.

Ruanda es el ejemplo perfecto de un país africano, donde las vacunas salvan muchas vidas. El calendario de vacunación (varicela, polio, difteria...) cubre prácticamente a toda su población menor de cinco  años.

Según el Banco Mundial, la tasa de mortalidad infantil  era de 31 por cada 1.000 nacidos vivos en 2015, lo que supone una franca mejoría si se tiene en cuenta que esta tasa era de 102, quince años atrás.

Una apuesta  por la salud

La ministra de Salud de Ruanda, Agnes Binagwaho
La ministra de Salud de Ruanda, Agnes Binagwaho

Su ministra de Salud, la pediatra  Agnes Binagwaho, ganó el año pasado el Premio internacional Roux que otorga el Instituto de Mediciones y Evaluaciones de Salud de la Universidad de Washington.

La ministra fue distinguida con este galardón por su lucha contra la mortalidad infantil y por el éxito en la reconstrucción del sistema de salud en un país que hace 22 años vivió el horror de un genocidio, en el que un millón de hombres, mujeres y niños, en su mayoría tutsis y hutus moderados, fueron asesinados por sus hermanos hutus más radicales, en apenas cien días.

En nuestro viaje a la capital, Kigali, EFEsalud ha podido hablar con Binagwaho sobre el éxito de un sistema  basado en una especie de mutua por la cual todo ciudadano debe invertir una pequeña suma, según sus ingresos, y cuando entra en un hospital para tratarse de una dolencia, el sistema público cubre el 90% de los gastos.

Este sistema ha permitido a gran parte de la población acceder a la salud, pero el país , a pesar de sus logros en este y otros campos, “y de sus calles tan limpias, sigue necesitando el respaldo de la ayuda internacional”, afirma con rotundidad la ministra, quien no quiere ahondar sobre lo sucedido durante el genocidio, pero reconoce que supuso un enorme trauma para todos.

Efectivamente las calles de la capital de Ruanda sorprenden por su extremada limpieza y aunque este pequeño país centroafricano de 11 millones y medio de habitantes y unos 26.000 kilómetros cuadrados ha logrado reducir  el número de personas pobres,  la tasa de pobreza ronda todavía el 45 por ciento.

Su presidente, Paul Kagame, anunció en enero que tiene intención de presentarse a las elecciones presidenciales de 2017 para optar a un tercer mandato después de que el referendo para modificar la Constitución  saliera adelante con un 98,3 % de votos favorables.

Kagame, de 57 años y considerado el padre de la nueva Ruanda que surgió tras el genocidio de 1994, ha sido criticado en repetidas ocasiones por la dureza con la que ha reprimido a críticos y disidentes.

Alianza Internacional para las vacunas

Ruandeses en el hospital de Mayange.EFE/Pilar González
Ruandeses en el hospital de Mayange.EFE/Pilar González

La Alianza Internacional para las vacunas e inmunizacion, GAVI por sus siglas en inglés, de la que forman parte organizaciones públicas y privadas, en su mayoría de países desarrollados,  está detrás del esfuerzo inmunizador de este y otros países que como Ruanda,  aún se encuentran en vías de desarrollo.

En su primera década de actividad, GAVI ha financiado la vacunación de más de 325, 6 millones de niños y ha evitado más de 5,5 millones de muertes prematuras.

Pfizer ha colaborado con GAVI desde su comienzo, con el suministro, entre otros, de su vacuna neumocócica conjugada.El compromiso de esta farmacéutica es de 740 millones de dosis hasta 2025.

Conocida como el país de las mil colinas, Ruanda ha sido el primer país elegido por GAVI para introducir la vacuna contra la bacteria del neumococo, principal causante de enfermedades como la neumonía o la meningitis.

Ante los resultados obtenidos, desde Pfizer no se entiende la moda anti vacunación que ha surgido en los países desarrollados.

El dilema

Susan Silbermann, presidenta de Pfizer Vacunas charla con unos médicos ruandeses.EFE/Pilar González
Susan Silbermann, presidenta de Pfizer Vacunas charla con médicos ruandeses.EFE/Pilar González

Preguntamos sobre esta cuestión a Susan Silbermann, presidenta y directora general de Pfizer Vacunas,  quien considera difícil que ellos como industria puedan hablar directamente a aquellas personas que no creen en la vacunación.

“Me siento muy confiada en nuestros datos y me siento confiada en el impacto que hemos visto. Tengo mucha seguridad en como caracterizamos nuestros productos y no puedo coger a una persona que no cree y convertirle en creyente si no me dejan que les enseñe los datos o que los científicos les hablen sobre ellos”.

Para Susan son los datos lo que deberían convencer de que las vacunas “son definitivamente una de las herramientas más potentes en la medicina a día de hoy”.

La ejecutiva reitera que le da mucha pena que los niños puedan morir en pleno siglo XXI por enfermedades que se pueden prevenir como la varicela:

Entiende que nunca conseguirán convencer a todo el mundo, y que tienen el derecho de creer lo que quieran y hacer lo que quieran con sus familias, "nunca me entrometería, pero me gustaría que mirasen los datos. Me gustaría que hablasen con madres que tienen tres hijos vivos pero que tienen dos que han muerto porque no había acceso a vacunas”.

Lo que dice la OMS

Laetitia con su hija, recién vacunada.EFE/Pilar González
Laetitia con su hija, recién vacunada.EFE/Pilar González

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmunización previene cada año entre 2 y 3 millones de defunciones por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión.

Durante 2014, se administraron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP3) al 86% de los niños de todo el mundo (unos 115 millones), a fin de protegerlos contra graves enfermedades infecciosas que podrían provocarles trastornos y discapacidades graves, e incluso la muerte.

Para 2014, 129 países habían alcanzado por lo menos el 90% de cobertura con la vacuna DTP3.
No obstante, se estima que 18,7 millones de lactantes de todo el mundo aún no reciben las vacunas básicas.

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