La odontóloga Blanca Jiménez Meltzer, de la Clínica Dental Dos Doce, que dio a luz a su segundo hijo a mediados del pasado mes de agosto, propone a todas las mujeres embarazadas, y a todas las que quieran ser madres, que “cuiden su higiene bucal con tenacidad para evitar daños en sus dientes y encías, como la pérdida de esmalte o la gingivitis”, un hábito muy saludable que les ayudará, de paso, a prevenir patologías futuras en su recién nacido
La salud dental de la embarazada y su bebé
“Cuando las mujeres nos quedamos embarazadas nos surgen muchas dudas sobre los efectos de la gestación en nuestro cuerpo… figura, piel, pelo,dolores, tobillos, peso… y nos planteamos continuamente cómo será nuestra hija o hijo al nacer, aunque también deberíamos conocer los cambios que vamos a notar en nuestra boca debido a las alteraciones hormonales o vasculares“, dice.
El mes ideal para acudir a la consulta del dentista es el segundo trimestre del embarazo. En este periodo gestacional se advierten y se tratan la mayoría de las erosiones dentales, las gingivitis, las xerostomías -sequedad de la boca por mal funcionamiento de las glándulas salivales- y otros trastornos bucodentales.
Embarazo con salud dental
Durante el primer trimestre, hasta un 50% de las embarazadas pueden sufrir náuseas y vómitos, algo habitual, pero cuando esta situación se repite con mucha frecuencia, y de forma repetida o severa, se corre el riesgo temporal de sufrir una mayor erosión de la placa dental.
En el tercer trimestre de la gestación, y también durante la lactancia, pueden aumentar esa erosión debido a la composición de la saliva, que llega a la boca con más acidez.
Ambas situaciones se minoran con una correcta y diaria higiene bucodental, con el uso de un dentífrico que contenga flúor y al menos con una visita al dentista para revisar el esmalte de los dientes y las encías, donde anidan las gingivitis.
La inflamación patológica de las encías, que causa cierto dolor y sangrado, es tan habitual en las mujeres embarazadas que se registran cifras que van desde el 65% al 75% de los casos. La gingivitis ocurre, normalmente, entre el tercer y el octavo mes de gestación y suele desaparecer después del parto.
Este problema se debe a la placa bacteriana y a los cambios hormonales y vasculares, que influyen decisivamente. Y tanto es así, que puede aparecer el “tumor o granuloma del embarazo“, de carácter benigno. Crece muy rápido, de forma llamativa, pero desaparece después del parto espontáneamente.
La gingivitis también se relaciona con la movilidad dentaria generalizada, situación muy molesta, aunque la gran mayoría de la mujeres no llega a perder un solo diente.
Según la Organización Colegial de Dentistas de España, nos hay riesgos añadidos cuando las mujeres embarazadas realizan los tratamientos bucodentales en las clínicas odontológicas. Los dolores o las urgencias sin cirugía no entrañan peligro.
“Una limpieza dental no entraña riesgos y la toma de medicamentos o antibióticos, siempre bajo prescripción médica, son más recomendables que no curar una infección; es más, conlleva más riesgos posponer la solución a la patología que el propio tratamiento dental”, informa la odontóloga Blanca Jiménez.

El uso de óxido nitroso para la sedación no representa riesgos para la embarazada y su bebé, y la mayoría de los fármacos para los tratamientos dentales se pueden usar sin mayores problemas; pero se deben evitar los blanqueadores dentales, ya que contienen peróxido de hidrógeno.
Pero son las radiografías las que preocupan, y mucho, a las mujeres embarazadas. No existe riesgo de radiación para el bebé o la madre si las cosas se hacen de forma profesional y con todas las garantías de seguridad.
“La radiografía dental se tiene que hacer con un delantal y un collarín plomados, que cubran desde el cuello hasta la parte más baja del abdomen. Las radiografías dentales son necesarias para obtener un buen diagnóstico y solucionar patologías bucodentales. No tienen que ocasionar efectos colaterales”, afirma.
Por último, la odontóloga pone el foco en las bebidas y alimentos azucarados.
“Siempre que tomemos este tipo de consumiciones se hace más obligatorio aún efectuar un cepillado dental minucioso. Las mujeres embarazadas, y la población en general, deben suprimir los tentempiés entre horas si no disponen de pasta y cepillo de dientes en esos momentos caprichosos”, aconseja.
Tus dientes, sus dientes
De cara al bebé, es muy importante evitar el traspaso de bacterias perjudiciales de la madre a su retoño, el 70% de los casos de transmisión de caries.
“Es muy frecuente probar la leche del biberón a través de la tetina o tocar con la lengua y los labios la cuchara del potito o del puré para comprobar la temperatura del alimento. No es fácil evitarlo, dadas las circunstancias, pero sí es muy conveniente no caer en estos hábitos malsanos”, apunta.
Una vez que se ha dado a luz al bebé, y a pesar de que ya no incidan en la salud de la madre los cambios hormonales y vasculares, es necesario acudir a la clínica odontológica para mantener a raya a esas bacterias dañinas, muy presentes en las caries.
Cuando al bebé le sale su primer diente “es importantísimo cuidarlo, limpiándolo con una gasita estéril o un cepillo dental apropiado a su edad. Hay que hacer la higiene al menos una vez al día para esquivar a las caries tempranas o caries de la infancia”, señala.
La odontóloga Blanca Jiménez Meltzer, de la Clínica Dental Dos Doce, recuerda que todos los odontólogos “también están para ayudar a las embarazadas y a sus bebés, ya sea para solucionar dudas, para recomendar el mejor tratamiento bucodental de la madre o para prevenir problemas futuros en la salud del bebé”.
Por cierto, Rodrigo nació el 19 de agosto en Madrid. Vino al mundo con una altura 55 centímetros y pesó casi cuatro kilos…un niño precioso que a buen seguro tendrá una sonrisa radiante, santo y seña de su madre. ¡Enhorabuena, Blanca!
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