Navidad y sobrealimentación casi parecen dos caras de la misma moneda, pero no tiene porque ser así ni mucho menos. No es el mejor momento del año para comer de forma ideal, pero tampoco hay que tirar la toalla y entregarse al desbarajuste y desequilibrio nutricional durante dos semanas

Alimentación en Navidad, control de los excesos
EFE/Paco Torrente
  • 21 de diciembre, 2018
  • MADRID/EFE/REDACCIÓN SALUD

Los consejos y las pautas para controlar los excesos y llevar una alimentación saludable en Navidad nos los ofrece la nutricionista y dietista Cristina Loscos.

“Hay que tratar de mantener la alimentación con los mismos criterios que en el resto del año”, comenta. “Como consejo general no hay que alterar los hábitos alimentarios, mantener una nutrición variada y equilibrada, comer de todo, pero no en grandes cantidades; y si hay picoteo, tomarlo con control y visualizado de manera general”, resalta.

Planificar los menús todo lo posible es otra recomendación. Si el plato principal es graso, entrantes ligeros, dice esta experta, quien subraya que así se evita el desperdicio de alimentos.

Aunque frío -señala Loscos- hay que seguir bebiendo al día unos dos litros de agua, a lo que contribuye la toma de caldos, sopas o infusiones. “El alcohol no es lo mejor ni en Navidad. Es dañino siempre, aporta calorías vacías, pero si se toma, conviene beber un vaso de agua por cada copa”, aconseja.

“No hay que saltarse ninguna comida, cinco ingestas diarias es lo correcto”. Tomar frutas y verduras en Navidad es importante, siempre lo es y en Navidad también, contienen nutrientes imprescindibles, vitaminas, minerales, fibra y agua, pero también -refiere esta nutricionista- el consumo de pescados y carnes, platos principales típicos de estas fechas.

Sobre la ingesta de carne, señala que combina proteínas, hierro, zinc y vitaminas del grupo B, y aconseja su preparación al horno, que genera menos grasa, y cortes también menos grasos para una mejor digestión.

“El objetivo debe ser preparar platos sencillos, sabrosos y con alimentos de temporada; comer más no hace que las fiestas sean más especiales”, especifica.

Cristina Loscos desaconseja las dietas restrictivas antes o después de Navidad: “Son un error; es típico de estas fechas sentir hinchazón, gases, malestar o retención de líquidos, pero suelen desaparecer al volver a las rutinas alimentarias, aumentando el consumo de frutas y verduras, evitando el picoteo y el ayuno, y manteniendo las cinco ingestas diarias”.

Carne en Navidad

El principal objetivo -señala el equipo científico de la Plataforma “Carne y salud”- es seguir en Navidad con una alimentación variada y equilibrada, igual que el resto del año, incluyendo todos los tipos de alimentos, frutas y verduras, pescados, carnes, huevos, cereales integrales, tubérculos, lácteos y grasas como el aceite de oliva o los frutos secos. La moderación es la palabra clave, añaden.

En cuanto a los menús navideños, la carne siempre ha ocupado un papel privilegiado -señala este equipo-, tanto por su valor nutricional como por su palatabilidad.

“Las carnes son ideales como plato principal” ya que combinan valor nutricional, sabor y versatilidad culinaria, añaden los expertos de esta Plataforma, quienes resaltan que su ingesta puede realizarse en cualquier etapa de la vida, infancia, adolescencia, gestación, mayores, al tiempo que destacan su idoneidad en la práctica de deporte.

 

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