Amor a la distancia: El que se va, lo hace lleno de sentimientos encontrados al tener que continuar su vida en un nuevo destino. El que se queda, se enfrenta a la incertidumbre de poder estar fuera de los planes de su pareja. Ambos lo sufren pero, con confianza, comunicación y un proyecto en común, las relaciones a distancia no son un imposible.

Los abrazos, los besos, las caricias y la convivencia quedan fuera de la ecuación cuando las circunstancias obligan a la pareja a estar separada. Sin embargo, el mayor impedimento para que el amor a la distancia, no está en los kilómetros, sino en la mente y en el corazón.
“La distancia se convierte siempre en un importante obstáculo a saltar, en un reto a afrontar por ese ‘tercero’ que se crea como resultado del vínculo entre dos personas”, señala la psicóloga y terapeuta familiar, Blanca Matalobos, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid.
La situación no es sencilla y requiere que ambas partes estén comprometidas con la causa y aprendan a manejarse con flexibilidad, mientras se aseguran de que sus expectativas concuerden.
Eso sí, la especialista subraya que los dos sufrirán la pérdida por igual, aunque para el que se va podría ser más complicado ya que estará lidiando también con la adaptación a un nuevo ambiente.
Vínculos, fortalecer y crear
La comunicación y la confianza son elementales en cualquier relación pero, cuando hay distancia de por medio, ambas deben estar bien cimentadas pues en ellas recae la unión entre los enamorados.
“No se trata de empezar a reforzar estos aspectos porque la pareja vaya a pasar tiempo separada, eso no suele funcionar. Se tratan de dos valores esenciales de la propia relación que van creciendo desde que se conocen y se muestran al otro de manera honesta y clara”, comenta la experta.
Esto será fundamental para no perder el respeto a la lealtad construida, al tiempo que se evita generar codependencias que interfieran con el crecimiento individual, como lo explica la psicóloga.
“Algunas parejas renuncian al ocio para mantener el contacto. Es un gran error ya que el ocio, el trabajo y el espacio para dedicarnos a nosotros mismos son facetas esenciales de la vida de cualquier persona. La recomendación es encontrar un equilibrio para poder desarrollar todas las áreas de la persona, incluida la pareja, y compartir con ella esa experiencia”.

Los aliados del amor
Cupido da el flechazo, pero es labor de los enamorados mantener vivo el sentimiento y con la distancia, hay que despertar la imaginación y sacar a ese romántico que todos llevamos dentro.
La gran ventaja de nuestra época es que la tecnología nos acerca a cualquier rincón del mundo, así que es más sencillo “llevar” una serenata a través de Youtube, dar los buenos días desde Whatsapp o hablar durante horas en una videollamada.
Sin embargo, la terapeuta vuelve a ser enfática con el equilibrio al utilizar todos estos medios, los cuales también pueden ser una forma de controlar al otro.
“El uso que hagamos de ellas será lo que determine que sean un problema o no, y ello a su vez dependerá de cómo sea cada persona y de la dinámica establecida en la relación. Hay parejas muy controladoras o muy absorbentes que continuamente utilizarán los dispositivos para saber del otro, limitando las experiencias fuera de la pareja”, afirma Blanca Matalobos.
¿Y el sexo?..
“Las personas necesitamos piel y contacto. No todas las parejas son capaces de soportar la ausencia del otro”, sentencia Vicente Ángel Briet, sexólogo miembro de la Federación Española de Sociedades de Sexología.
En principio suena desalentador, pero no es un caso perdido y hay “trucos” para que la llama de la pasión no muera y si se juegan las cartas correctas, hasta puede ser una ventaja.
“La convivencia continua y los roces a veces acaban con el deseo. Lo que nos ofrecen las relaciones a distancia es la posibilidad de perdurar esas ganas de estar con el otro, siempre y cuando la pareja adopte una actitud de contacto continuo”, comenta el también responsable del servicio de Sexología de la Universidad de Alicante.
De nueva cuenta, la tecnología es cómplice para seducir a esa persona que está lejos aunque eso sí, hay que perder el pudor y atreverse a experimentar con el sexting, el cibersexo y, por qué no, hasta enviar una que otra fotografía que le alegre el día a la otra persona.
“La gente a veces es reacia porque parece que el internet no da la seguridad o la intimidad necesaria. Es una vía perfectísimamente válida, que yo recomiendo a mis pacientes, aún cuando no hay distancia, pues es una forma de descubrir nuevas experiencias eróticas”, comenta Vicente Ángel Briet.
Como él mismo agrega, seguramente las parejas más jóvenes no tengan problema en abrir su sexualidad al mundo virtual y jugar con imágenes, sonidos o palabras que mantengan el interés el uno en el otro, mientras que las de mayor edad, tendrán que sacudirse la vergüenza y atreverse a experimentar.
Conflictos siempre habrá
Por más que las cosas vayan viento en popa, las discusiones estarán presentes en algún momento. El problema con la distancia, es que suele darle mayor magnitud a las peleas, además de que complica la comunicación.
Sortear esto no va más allá de conocer a la pareja y saber cómo y en qué momento plantear lo que ha molestado.
“Es recomendable calmarse antes de abordar un conflicto, pues de lo contrario será más fácil entrar en una escalada de reproches e incluso de agresiones nada constructiva”, aconseja la psicóloga.
Además, agrega, es mejor compartir todos estos sentimientos con el otro, pues así los lazos se hacen más fuertes y se llega a un mejor entendimiento.
“Es fundamental no atribuir intencionalidad al otro en aquello que nos haya hecho daño, pues en la mayor parte de las ocasiones si hacemos daño a alguien es sin pensarlo o por actuar de manera impulsiva y no por haber maquinado cómo herirle”, aclara.

El final no siempre es feliz
Puede que al principio los dos tengan la intención de continuar la relación, pero se debe tener en cuenta que las circunstancias pueden conllevar que los planes de alguno cambien o, en el caso de que la distancia sea definitiva, desgaste el sentimiento.
“La pareja debe potenciar el crecimiento personal de cada miembro y de esa forma no supondrá un motivo de renuncia de una de las partes unilateralmente, hecho que puede pasar mucho”, cuenta la terapeuta.
Cuando eso ocurra, la única opción es hablar con el otro, expresar claramente lo que se quiere y siente y, en caso de decidirlo, terminar la relación para que cada una de las partes siga creciendo.
“La distancia es una interferencia que hay que saber manejar muy bien porque no todo el mundo está preparado para ello. Es cuestión de personalidades, unas encajan y otras simplemente no pueden”, concluye el sexólogo Vicente Angel Briet.
Debe estar conectado para enviar un comentario.