El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario San Carlos (HCUSC), entrevista a la doctora Pilar Jiménez-Quevedo, especialista en Intervencionismo Estructural, quien nos explica, con virtuosismo cardíaco, la técnica más vanguardista para remediar la obstrucción de una válvula tricúspide: cateterismo con implantación de una prótesis biológica. “La patología de …
Pinceladas cardíacas para reanimar a la valva tricúspide
El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario San Carlos (HCUSC), entrevista a la doctora Pilar Jiménez-Quevedo, especialista en Intervencionismo Estructural, quien nos explica, con virtuosismo cardíaco, la técnica más vanguardista para remediar la obstrucción de una válvula tricúspide: cateterismo con implantación de una prótesis biológica.
“La patología de la válvula tricúspide no es muy frecuente y casi siempre está asociada a daños en una de las dos válvulas del lado izquierdo del corazón, sobre todo en la válvula mitral. La enfermedad de la tricúspide, por sí sola, es infrecuente y cuando se diagnostica suele ser por una endocarditis (infección bacteriana u hongos) o derivada de una afección reumática”, dice la cardióloga.
El mecanismo de las válvulas del corazón
El ciclo cardíaco de diástole y sístole, llenado y vaciado de sangre, se completa a la perfección cuando todos los componentes del corazón trabajan al unísono, sin incapacidades, tanto en el músculo cardíaco como en sus cuatro válvulas.
La aurícula derecha recibe la sangre gastada de las venas cavas -inferior y superior- y la pasa al ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide, para luego salir hacia la arteria pulmonar atravesando la válvula pulmonar con el fin de oxigenarse en los pulmones.
La aurícula izquierda recibe la sangre oxigenada de las venas pulmonares y la deposita en el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral… luego sale por la válvula aórtica hacia la arteria aorta con el objetivo de completar su ruta cardiovascular.
Las cuatro válvulas cardíacas, casi transparentes, deben mostrar una total precisión al cerrarse o al abrirse. Están formadas por tejido conjuntivo, capa de células que cohesiona o separa los elementos tisulares de los órganos, y trabajan a una presión de 140 o 150 milímetros de mercurio.
Si las válvulas no se abren bien son obstructivas y si no se cierran bien son insuficientes. Las cuatro válvulas cardíacas tienen que lograr que el flujo sanguíneo vaya en la dirección correcta, al ritmo que marca el músculo cardíaco, y nunca retroceda.

Virtuosismo que reactiva válvulas tricúspides
Lo más común en los diferentes Servicios de Cardiología es tratar una valvulopatía tricúspide con cirugía a corazón abierto, más aún si hay que solucionar primero una afección en la mitral o en la válvula aórtica. Los expertos valorarán el grado de los síntomas en aquellos casos en los que la patología solo se observa en el funcionamiento de las tres valvas tricuspideas.
“Si las manifestaciones patológicas son leves se tratan con medicamentos. Si son muy sintomáticas es necesario operar con cirugía cardíaca. En hospitales como el Clínico San Carlos, gracias a los avances médicos, estamos empleando técnicas percutáneas, mínimamente invasivas para el paciente”, subraya la médico especialista.
Caso de una mujer ya intervenida a corazón abierto
Paciente operada de valvulopatía de tricúspide. Se le había colocado una prótesis valvular con cirugía cardíaca, lo que aparejaba una cicatriz torácica con sus correspondientes cierres quirúrgicos -puntos-. Además, la mujer llevaba y lleva un marcapasos implantado en el exterior del corazón.
En el año 2014 recae de su dolencia por degeneración de dicha prótesis… no funcionaba bien, la sangre no circulaba con normalidad y la paciente sufría síntomas graves. Se estudia el caso detenidamente y se descarta otra intervención quirúrgica con cirugía. Se utiliza intervencionismo cardíaco.




“La evolución de la paciente tres años después, a la cual se vigila en consulta de forma periódica, es totalmente satisfactoria. Está asintomática. Las valvas biológicas de la tricúspide permanecen activas, cumpliendo su misión casi a la perfección”, concluye la doctora Jiménez-Quevedo.
Para el doctor Carlos Macaya es una demostración más de una técnica de vanguardia, de pinceladas minimalistas, que viene a solventar “las grandes dificultades que entrañan las intervenciones quirúrgicas en la válvula tricúspide. Son menos agresivas para el paciente y, como en el caso que hemos explicado, se evitan segundas cirugías a corazón abierto”.

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