El cáncer es “el emperador de todos los males”, un “superenemigo con superpoderes”, capaz de engañar al sistema en el que crece para no ser detectado, aunque los últimos avances en biotecnología e inmunoterapia han conseguido encontrar, cada vez en más casos, la ‘kriptonita’ con la que cada paciente pueda bloquear esos poderes

Inmunoterapia, la nueva “kriptonita” que bloquea los “superpoderes” del tumor
La directora técnica de la Sala Blanca de Terapias Avanzadas de la Plataforma de Oncología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja, Vanesa Escudero, el coordinador de la Unidad de Mama del Servicio Integral de Oncología Quirónsalud Valencia, Antonio LLombart Cussac (d), y el especialista en Oncología de la Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja, Manuel Sureda, durante los Diálogos EFE Salud: Oncología de precisión e inmunoterapia. EFE/Ana Escobar

Así se ha puesto de manifiesto en los Diálogos Efe Salud: Oncología de Precisión e Inmunoterapia, en los que el coordinador de la Unidad de Mama del Servicio Integral de Oncología Quirónsalud Valencia, Antonio Llombart Cussac, ha destacado entre los “superpoderes” del tumor la capacidad de corromper todo el sistema para que trabaje en su favor.

También puede hacer que el organismo cree vasos sanguíneos, destruya el hueso o genere tejido de sostén que le permita seguir creciendo.

Y además puede inhabilitar al sistema inmunológico para no ser reconocido como algo extraño, un mecanismo de inmunosilenciación muy presente en algunos de los tumores más mortales, como el de pulmón o el melanoma.

Pero ahora “hemos conocido cuáles son muchas de las proteínas involucradas en este inmunobloqueo y la terapia inmunológica, principalmente mediante anticuerpos monoclonales, permite romper esos bloqueos y que el sistema inmunológico se reactive frente al tumor”.

Llombart, que coordina varios grupos de investigación en cáncer de mama, ha indicado que la medicina de precisión y los estudios moleculares del tumor, como el transcriptoma, “permiten identificar cada vez más en qué pacientes y en qué tumor va a funcionar” la inmunoterapia.

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El coordinador de la Unidad de Mama del Servicio Integral de Oncología Quirónsalud Valencia, Antonio LLombart Cussac, durante los Diálogos EFE Salud: Oncología de precisión e inmunoterapia. EFE/Ana Escobar

Durante el encuentro, organizado en el Ateneo de Valencia con la colaboración de Quirónsalud, Llombart ha afirmado que en el cáncer de pulmón, por ejemplo, “sabemos que es clave para que la inmunoterapia funcione que haya una proteína determinada(PD-L1)”, y sin ella la posibilidad de que el tratamiento inmunoterápico sea eficaz es “muy baja”.

“Necesitamos los fármacos, pero también conocer el perfil molecular del tumor, la medicina de precisión que ayude a determinar si va a funcionar o no, pero de forma individualizada para cada paciente y tumor”, porque es el organismo “el que genera la respuesta inmunológica”, destaca el especialista.

Inmunología: cuarta arma contra el cáncer

Por su parte, el especialista en Oncología de la Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja y uno de los mayores expertos de España en transcriptoma, Manuel Sureda, ha resaltado que en años recientes los avances en biología y farmacología han hecho que la inmunoterapia se incorpore de pleno derecho como una cuarta arma contra el cáncer “igual de importante, o quizá más”, que la quimioterapia, la radioterapía o la cirugía.

Junto con la medicina de precisión, permite llegar “a los tumores concretos de las personas concretas” y, si “antes nos planteábamos los tratamientos según el órgano de origen del tumor, ahora lo empezamos a plantear según las características concretas de ese paciente y ese tumor, lo que propicia “tratamientos más específicos y eficaces, con menor toxicidad y en definitiva más favorables para el paciente.”

Sobre este aspecto Llombart añade que hasta hace poco la inmunoterapia era “tremendamente ineficiente”, entre otras cosas porque no teníamos marcadores que indicaran en qué pacientes podía funcionar.

Pero en los últimos diez años ha aumentado el conocimiento sobre cuáles son los mecanismos moleculares específicos que hacen que un tumor genere esa mecánica de inmunosupresión de su entorno que le permite crecer.

“Aunque estamos lejos de conocerlo del todo”, ahora hay una serie de biomarcadores que permiten saber en qué paciente el tratamiento con inmunoterapia puede ser beneficioso y gracias a la medicina de precisión en cada momento se puede revisar con exactitud cuál es el tratamiento más adecuado a cada paciente.

Supervivencia

Gracias a todo ello, el cambio en las perspectivas de supervivencia los pacientes, “incluso en los escenarios más dramáticos, ha sido tremendamente significativo”, ha resaltado Llombart, ya que antes los pacientes con melanomas más avanzados se morían al cabo de un año y ahora “la mediana de supervivencia no se alcanza con seguimientos de más de 5 años. Todavía son enfermedades incurables pero los pacientes pasan a tener una enfermedad crónica”.

No obstante, ha precisado que “estamos todavía lejos de que ese sistema sea perfecto, porque tenemos pacientes que en principio no tienen ningún criterio para responder a la inmunoterapia y responden, y otros que pensamos que tienen todas las garantías y que luego no se benefician”.

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El especialista en Oncología de la Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja, Manuel Sureda, junto a la directora técnica de la Sala Blanca de Terapias Avanzadas de la Plataforma de Oncología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja, Vanesa Escudero, durante los Diálogos EFE Salud: Oncología de precisión e inmunoterapia. EFE/Ana Escobar

En este momento la inmunoterapia como tal tiene más de 10 indicaciones (mama, pulmón, vejiga, cabeza y cuello, renal, melanoma, en cáncer de ovario se va a probar, cáncer de colon…), “es un cambio espectacular”, ha indicado.

Respecto al transcriptoma, una técnica que apenas se practica en un par de centros en España, Sureda ha explicado que permite implementar nuevas opciones terapéuticas para aquellos pacientes que acaban desarrollando resistencias a los tratamientos, ya que estudiando el RNA del tumor “buscamos qué genes expresa que puedan indicar si es sensible a un fármaco determinado o resistente a este”.

Conocer toda esa expresión génica ayuda a definir una pauta más eficaz y por tanto a disminuir los márgenes de incertidumbre, algo muy importante porque el tumor va cambiando la expresión de esos genes conforme avanza la enfermedad, de tal forma que cuanto más conocimiento tengas “mejor le puedes cortar las vías” de escape.

Monitorización farmacoterapéutica

Por su parte, la profesora de Ciencias Biomédicas del CEU y directora técnica de la Sala Blanca de Terapias Avanzadas de la Plataforma de Oncología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja, Vanesa Escudero, ha resaltado que la monitorización farmacoterapéutica permite ajustar la dosis de forma individualizada.

Además, se identifica a aquellos pacientes que no alcanzarían la respuesta clínica  por estar “infradosificados” y a aquellos pacientes en los cuales los efectos adversos podrían limitar su tratamiento por estar “sobredosificados”. El uso de esta herramienta permite ajustar el tratamiento y la posología como “un traje a medida” a cada paciente.