A las puertas de la Navidad, unas fiestas que se celebran con abundante comida y bebida, se ponen de manifiesto, más aún si cabe, dos factores de riesgo para salud de las personas, el sobrepeso y la obesidad; una situación que no solo obedece a la dieta o actividad física diaria del individuo, sino que está condicionada por más de 500 causas hereditarias cuyo objetivo es conseguir “el peso ideal”

El círculo corpóreo del sobrepeso y la obesidad

El círculo corpóreo del sobrepeso y la obesidad

“En estas fechas, en las que todos y todas engordamos algún kilo, la clave no está centrada en si la gente con sobrepeso y obesidad tiene esa acumulación de grasa simplemente porque le gusta comer y comer; no. Es muy importante saber que unas personas engordan más que otras debido a su genética”, dice el Dr. Enrique de Madaria Pascual, gastroenterólogo del Hospital General Universitario ‘Doctor Balmis’ de Alicante.

Nuestro cuerpo regula la cantidad de grasa almacenada mediante el control de sensaciones como el hambre o la saciedad, la sensación de placer al comer y la cantidad de energía que gastamos.

“Siempre pretende alcanzar un equilibrio, es decir, una situación de grasa corporal, digamos ideal, para cada individuo, que no tiene por que coincidir con la percepción exterior de nuestra propia imagen”, destaca el Dr. de Madaria, presidente, a su vez, de la Asociación Española de Gastroenterología.

El problema se focaliza, especialmente, en algunas personas: “Ese equilibrio, esa cantidad de grasa que forma parte de cada persona, puede conllevar sobrepeso u obesidad”, expone.

También, sin duda, influyen el tipo de dieta que tomamos y la falta de ejercicio físico.

“La cantidad de grasa que el cuerpo considera normal, junto a los hábitos de vida insanos (dieta, bebida, alcohol, fumar, sedentarismo, etc.), pueden determinar un mayor sobrepeso u obesidad”, subraya y pone un ejemplo:

“Imagina a dos personas que miden 170 cm; una tiene su equilibrio en 65 kg y otra en 100 kg. Cuando adelgacen, el cuerpo reaccionará para volver a su situación de equilibrio habitual. Su cuerpo tenderá a estar en ese nivel de peso ideal“.

sobrepeso y obesidad: adipocito

Los factores hereditarios que nos hacen aumentar de peso

Las células que almacenan la grasa corporal son los denominados adipocitos. Estas células acumulan grasa en su interior, energía, y conforman el tejido adiposo o graso. Los adipocitos blancos, muy presentes en los humanos adultos, contienen lípidos que prácticamente ocupan todo el interior de la célula.

Conociendo esta función de los adipocitos, entre otras, se han estudiado, por ejemplo, los patrones de peso en gemelos genéticamente iguales.

“Los resultados de diferentes estudios indican que entre un 40 y un 75 % de la cantidad de grasa acumulada se debe a la herencia genética. Este hecho se observa, incluso, si los gemelos son criados en diferentes hogares, es decir, con diferentes hábitos alimenticios”, apunta el Dr. de Madaria.

Además, los niños adoptados por otras madres o padres no biológicos tienden a tener la cantidad de grasa de sus padres biológicos.

“De hecho, se han identificado, de momento, 500 factores hereditarios que influyen en nuestros depósitos de grasa: modulan la respuesta de nuestro cuerpo cuando comemos demasiado o ante un ayuno prolongado; asimismo, frente al consumo de energía, la comida que preferimos, la sensación de hambre o de saciedad”, relaciona.

Aún así, siendo los genes de suma importancia, ahora se registran y se tratan más casos de obesidad que antes, puesto que consumimos más alimentos con azúcares y se realiza, en general, menos ejercicio físico (trabajos de oficina estáticos, pantallas multiuso, dispositivos electrónicos aplicados a las comunicaciones interpersonales, más transportes motorizados -bicicletas y patinetes-).

“Y cuanto más joven eres al exponerte a estos factores ambientales (infancia y adolescencia), más probabilidades de sufrir obesidad; probablemente originado al cambiar la cantidad de grasa que nuestro cuerpo juzga como adecuada”, observa el gastroenterólogo.

Sobrepeso y obesidad: entrevista médico y periodista.

¿Qué genes favorecen el almacenamiento de grasa corporal?

La obesidad más común está respaldada por muchos genes diferentes, pero existen dos grandes grupos de genes implicados de forma directa.

“Los genes que regulan que tengamos un mayor o menor peso, muy relacionados con los circuitos que organizan el equilibrio de energía a nivel cerebral; y los genes que estructuran la distribución de la grasa en el cuerpo, más relacionados con el funcionamiento de las células grasas o adipocitos”, explica.

Un ejemplo sería el gen FTO, del que existen mutaciones.

“Las variantes de este gen predisponen a que haya un mayor uso de las reservas de grasa, que los adipocitos quemen más energía; por el contrario, algunas de estas mutaciones favorecen el almacenamiento de dicha grasa, un argumento genético para que el individuo aumente de peso”, indica.

Tanto es así que una sola mutación en un gen se asocia a la obesidad en determinadas enfermedades raras.

“Un ejemplo es el síndrome de Prader-Willi. La falta de un gen produce una serie de manifestaciones clínicas entre las que destaca padecer un apetito muy intenso que hace que estas personas, ya desde su infancia, coman de forma compulsiva y engorden sistemáticamente”, refiere el especialista en patologías del páncreas.

Doctor, ¿Cómo evita nuestro organismo sumar y sumar kilos?

Para el ser humano con sobrepeso u obesidad es muy difícil perder kilos y mantenerse más delgado.

Con una dieta adecuada y algunos cambios en el estilo de vida se perderá peso durante seis o nueve meses; luego se mantendrá esa pérdida de peso a lo largo de otro periodo temporal para volver a ganar peso a continuación.

El cuerpo reacciona alterando el equilibrio entre consumo y gasto: aumenta la necesidad de consumo, incrementando la sensación del apetito, y disminuye el gasto de energía bajando la velocidad de nuestro metabolismo, consumiendo menos.

Muchas de esas respuestas del cuerpo están determinadas genéticamente. Las estructuras del cerebro, por tanto, integran mensajes hormonales que llegan desde los adipocitos, el aparato digestivo, los órganos endocrinos y el hígado.

El cerebro lo integra todo junto a las respuestas del comportamiento como el placer, el autocontrol y la impulsividad.

El cerebro no solo produce la sensación de hambre y de saciedad, sino que determina cuánto se consume de la energía almacenada.

Enrique de Madaria Pascual, gastroenterólogo
sobrepeso y obesidad: hormonas

¿Y qué papel juegan nuestras hormonas en el sobrepeso y la obesidad?

Primero destacamos la leptina, que es una hormona muy interesante, vinculada con la reacción del cuerpo frente a la pérdida de peso.

La leptina, que siempre informa al cerebro, está producida por los adipocitos, de forma que cuanta más grasa corporal tengamos, más leptina habrá en sangre.

“Si perdemos grasa y baja la leptina, a partir de un determinado umbral el cuerpo interpreta que se está perdiendo demasiado peso y reacciona aumentando nuestra sensación de hambre, por lo que disminuye nuestro metabolismo para gastar menos energía y se tiende a recuperar el peso perdido”, señala. 

“La leptina incrementa la sensación de hambre si su nivel es bajo, con el fin de conseguir que comamos más y bajemos el gasto energético y no sigamos perdiendo peso”, amplía.

Por lo tanto, la clave de esta hormona se sitúa en dificultar la pérdida de peso y favorecer el volver a engordar. 

“El nivel de reducción de peso al que se dispara esta respuesta, al bajar la leptina, parece que es muy importante para determinar el peso que tenderá a registrar cada persona a lo largo de su vida”, completa.

“El cerebro reacciona a la bajada de leptina a diferentes umbrales, de forma que para unas personas determina que pesen más y para otras menos”, añade. 

Otra hormona implicada es la grelina, producida por el estómago y duodeno. Al contrario que la leptina, estimula el apetito cuando está alta en sangre.

“Se eleva cuando pensamos en comer y disminuye al comer, al llenarse de comida el estómago. Aumenta cuando hacemos dieta o ejercicio y perdemos peso, siendo otro mecanismo que nos dificulta mantener el peso perdido”, manifiesta.

En cualquiera caso, los cambios en la energía diaria que gastamos son fundamentales en la reacción del cuerpo a la pérdida de peso.

Al adelgazar disminuye el gasto diario de energía hasta un 30%, y esta minoración metabólica se mantiene a largo plazo mientras sigamos delgados.

¿Estamos condenados a engordar y solo nos cabe pasar hambre para estar delgados?

“Todos y todas tenemos un nivel de depósitos de grasa que nuestro cuerpo considera normales (ideales), y con frecuencia esta característica determinará nuestro sobrepeso y obesidad, llegado el caso”, refuerza el Dr. Enrique de Madaria.

Este proceso hace muy difícil, por tanto, perder peso, “pero es sano hacerlo” -insiste-. Acercarnos a nuestro peso estructural (ideal) siempre tendrá una recompensa de beneficios para nuestra salud.

“Es primordial que conozcamos este funcionamiento orgánico, puesto que perder peso de forma sostenida no es simplemente una cuestión de voluntad. Nuestro cuerpo luchará con todo su poder para recuperar el peso perdido y en la mayor parte de los casos esto ocurrirá sin que podamos hacer prácticamente nada a medio y largo plazo”, especifica.

¿Y qué enfermedades están relacionadas con el sobrepeso y la obesidad?

La obesidad se asocia a diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, enfermedades del corazón, apnea del sueño, incontinencia, depresión, entre otras patologías, y menor calidad de vida general.

El sobrepeso sin enfermedades cardiovasculares ni diabetes se trata con dieta y ejercicio, cambiando hábitos a largo plazo y, sobre todo, buscando no engordar más.

“En el caso de sobrepeso u obesidad asociados a enfermedades, si no bastan las medidas anteriormente reseñadas, estará indicado añadir medicamentos que ayuden a perder peso. El objetivo es reducir al menos un 5 % el peso corporal”, aconseja.

Si esta estrategia también falla, y el caso de obesidad es relevante, se valorará la cirugía bariátrica.

“Conforma una serie de técnicas quirúrgicas que ayudan a perder peso disminuyendo el volumen del estómago o modificando la anatomía del intestino y de las secreciones biliopancreáticas para que el paciente absorba menos nutrientes y se pierdan con las heces”, aclara.

“La cirugía bariátrica es el método más efectivo, con diferencia, para perder peso; pero también es el más agresivo y puede asociarse a complicaciones”, advierte el Dr. Enrique de Madaria.

Sobrepeso y obesidad: Doctor Enrique de MadariaRecomendación para las “comilonas” de Navidad

“Navidad solo hay una y creo que debemos aprovechar las fiestas señaladas para disfrutar de las deliciosas comidas y bebidas. Eso sí, el resto de días no festivos tendremos que demostrar moderación para guardar el necesario equilibrio; un medicamento esencial en cualquier ámbito de la Medicina”.

“Todas y todos nos merecemos gozar de la Navidad con nuestros familiares y amig@s, más aún después de la pandemia de la covid que nos amenaza desde finales de 2019… y en enero de 2023 a practicar ejercicio físico diario adaptado a cada edad”.

Dr. Enrique de Madaria Pascual, médico humanista