La circuncisión por razones médicas, cirugía mediante la cual se elimina parte de la piel distal del prepucio, es una técnica quirúrgica sencilla, rápida y eficaz, más aún si el paciente es adolescente o adulto joven, que sirve para solucionar problemas de fimosis y parafimosis o balanitis escleroatróficas
Circuncisión para orinar, copular o prevenir infecciones y contagios
También es una opción voluntaria para aquellos hombres que, sin padecer enfermedad en su piel prepucial, desean someterse a una circuncisión para prevenir con mayor eficacia las infecciones de transmisión sexual (ITS) o el cáncer de pene.
La circuncisión médica contra la fimosis, la parafimosis o las infecciones
“Después de insensibilizar el pene con anestesia local, cortamos circularmente parte de la piel del prepucio y liberamos el glande”, explica la Dra. Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
“A continuación, se sutura la herida de la circuncisión, dejando a la vista una corona de puntos, y se reconstruye el frenillo llevando a cabo una frenuloplastia. Glande y prepucio se acomodan así a una nueva anatomía que favorecerá el desplazamiento integral del pene”.
“El paciente podrá volver a su actividad rutinaria al día siguiente, pero deberá evitar, durante aproximadamente un mes, las erecciones provocadas por la excitación mental, la masturbación o las relaciones sexuales de pareja”, añade.
La fimosis es un problema masculino, originado por la incapacidad de descubrir el glande, total o parcialmente, debido a la estrechez de la abertura del prepucio; o lo que es lo mismo imposibilidad de retraer el prepucio por detrás del glande.
“En los niños pequeños, la fimosis solo precisará un tratamiento activo después de que cumplan cinco años de edad, fecha en la más o menos se espera que haya una resolución espontánea, con o sin la ayuda de maniobras suaves de desplazamiento de la piel realizadas por la madre o el padre”, destaca.
La etapa más frecuente de consulta en urología es la adolescencia.
“Mientras su pene flácido no presenta dificultad en la retracción del prepucio, durante la erección se forman anillos que dificultan su descenso. Será en el comienzo de las relaciones sexuales cuando son más conscientes de las molestias y de la necesidad de reparación quirúrgica”, dice.
“De hecho, los varones jóvenes desconocen en su mayoría si lo que les molesta en las relaciones sexuales es un problema de fimosis o de frenillo corto. No es extraño que acudan muy asustados a Urgencias tras una rotura con sangrado en un acto sexual”, apunta.
El frenillo corto, que tira y genera tensión en el momento de la erección, impide la penetración o duele durante la masturbación, se trata con frenulectomía.
“En la edad adulta, la circuncisión se indica cuando desarrolla una fimosis patológica; es decir; cuando el prepucio sufre procesos infeccioso-inflamatorios de balanitis que pueden provocar fimosis. Una dolencia usual en pacientes diabéticos“, expone la médica.
Síntomas, signos y características de la fimosis patológica:
- Dificultad para orinar, incluso extrema cuando el anillo fimótico forma parte del glande y llega a provocar una RAO (Retención Aguda de Orina). Ante un paciente con síntomas del tracto urinario inferior (STUI), la exploración del pene y el prepucio es obligada para descartar esta circunstancia.
- Relaciones sexuales complicadas: problemas físicos durante la penetración que genera frustración en ambas partes de la pareja.
- Impide la colocación del preservativo, un dispositivo de barrera obligado para evitar el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS), como el virus del papiloma humano (VPH).
- La higiene íntima y la limpieza del esmegma (secreción densa y blanquecina) son enrevesadas, pudiendo favorecer la infección de la zona (balanitis).
- En situaciones de higiene insuficiente, una fimosis con una balanitis puede favorecer el desarrollo de un cáncer de pene, menos frecuente en pacientes circuncidados.
La parafimosis, otra patología peneana que necesita circuncisión
“Se trata de una situación de descuido, digamos, ante la existencia de una fimosis. En una circunstancia fimótica el prepucio se retrae hacia atrás y queda atrapado en la parte proximal del glande. Se forma un rodete edematoso en la piel más distal que impide que el prepucio vuelva a su sitio”, describe la uróloga.
Si esta situación se mantiene se produce un daño vascular hasta provocar la necrosis del pene.
¿Cuándo se producen estos descuidos?
- Falta de la higiene íntima.
- Cuando madres y padres intentan corregir la fimosis o adherencias pene-prepucio en su hijo.
- El cuidador o la auxiliar de enfermería en el momento de la higiene de un paciente geriátrico, este institucionalizado o no.
- La enfermera en el acto terapéutico de colocar una sonda vesical.
Es aconsejable, por tanto, mantener una higiene regular, manejar con extrema suavidad el prepucio de los niños en su infancia y recolocar la piel en su sitio natural a los pacientes después de su manipulación con fines terapéuticos o higiénicos. Evitaremos así que los pacientes acudan a las Urgencias hospitalarias.
“Si no queda otro remedio, la uróloga de guardia intentará colocar el prepucio en su sitio con una reducción manual. Es una maniobra dolorosa, a veces muy difícil y laboriosa, por lo que, en ocasiones, se necesita ejecutar la técnica bajo anestesia local… o tomar la decisión de una intervención quirúrgica”, manifiesta la cirujana.
“Se trata de una pequeña intervención quirúrgica para cortar el ‘anillo parafimótico’ y poder reducir la opresión isquémica. Además, es conveniente realizar la circuncisión completa para eliminar los tejidos necróticos que el tiempo de sufrimiento vascular hubieran podido provocar. También solucionamos posibles repeticiones de episodios de parafimosis”, recalca.

Circuncisión voluntaria para evitar complicaciones infecciosas futuras
Sin tener en cuenta las circuncisiones por cuestiones religiosas o socioculturales, además de las cirugías obligatorias en caso de fimosis, parafimosis o balanitis escleroatróficas, los hombres que deseen mejorar su nivel de higiene peneana y prevenir enfermedades infecciosas en el futuro, incluso el cáncer de pene, pueden solicitar una circuncisión voluntaria.
“Es polémico establecer una recomendación sobre si procede o no realizarse una circuncisión voluntaria, pero es cierto que los varones circuncidados, en igualdad de condiciones que otros hombres sin circuncidar, presentan de una mejor higiene peneana y genital y disfrutan de relaciones sexuales más satisfactorias”, opina la doctora.
“Igualmente, la circuncisión ayuda a colocar el preservativo sin mayores obstáculos, disminuyendo al máximo posible los riesgos de ITS, y puede evitar, a la larga, otros problemas inflamatorios o infecciosos causantes de tumoraciones malignas a nivel peneano”, concluye la uróloga y cirujana Carmen González Enguita.
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