El doctor Jorge Alió del Barrio, oftalmólogo especialista en cirugía refractiva y córnea de Clínicas Vissum, nos explica sucintamente las tres técnicas quirúrgicas con rayo láser (PRK, Lasik y Smile) que se emplean hoy en día para solucionar la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo; problemas habituales de la visión derivados de la curvatura anómala …

Cirugía refractiva, láser a la una, a las dos y a las tres

Cirugía refractiva, láser a la una, a las dos y a las tres

  • 12 de septiembre, 2017
  • Redacción EFESALUD

El doctor Jorge Alió del Barrio, oftalmólogo especialista en cirugía refractiva y córnea de Clínicas Vissum, nos explica sucintamente las tres técnicas quirúrgicas con rayo láser (PRK, Lasik y Smile) que se emplean hoy en día para solucionar la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo; problemas habituales de la visión derivados de la curvatura anómala de la superficie ocular.

“Para eliminar las gafas graduadas o las lentillas, algo que no solo es una motivación estética, sino una forma de aumentar nuestra calidad de vida, aunque sea para leer un libro, apagar el despertador o disfrutar a tope de un día de playa, es necesario ponerse en manos de un oftalmólogo experto en cirugía refractiva que devuelva a la córnea su estatus natural de la forma más sencilla, efectiva y segura posibles”, indica.

El láser, un haz de luz nítido para el ojo

PRK, Lasik y Smile coexisten, pero no todos los láseres son válidos para todos los pacientes, ya que cada persona está condicionada por su propia fisiología ocular, por las características específicas de su patología, por otras enfermedades concomitantes, por la maternidad en el caso de las mujeres o por el entorno sociolaboral; variables que pueden impedir el éxito total de esta técnica quirúrgica.

De hecho, la cirugía refractiva con rayo láser, que moldea el estroma corneal -fibras de colágeno-, se plantea como una alternativa a las gafas a partir de los 20 años de edad. Su elección sanadora, además, se decide en función del número de dioptrías que sufre el ojo, teniendo muy en cuenta el grosor y la curvatura de la córnea.

Dr. Jorge Alió del Barrio.
Dr. Jorge Alió del Barrio. EFE/Javier Sánchez

“El láser es una tecnología que es más inteligente que cualquiera de nosotros” -opina el doctor Alió del Barrio-, ya que realiza un tallado perfecto de la córnea para recuperar su curvatura y su tensión adecuadas… para explicarlo de forma sencilla, son como unas gafas invisibles”.

A pesar de ser una de las operaciones más seguras del mundo, sobre todo con láseres de sexta generación, siempre existe la posibilidad de que el paciente pueda sufrir algún tipo de revés ocular.

Ojo seco, que puede llegar a ser una complicación permanente; dificultades para conducir de noche a causa de los deslumbramientos; pueden aparecer brillos y neblina; y se corre el riesgo de cierta deformación de la córnea a largo plazo.

Las complicaciones graves son mínimas (una de cada 4.000 intervenciones) y en un 95% de los casos, según diferentes estudios, la visión posterior es mejor que la que el paciente registraba usando gafas o lentillas graduadas.

PRK, el láser refractivo más veterano

Una cuarta parte de la población mundial sufre de miopía -visión borrosa de los objetos lejanos-, un porcentaje que podría elevarse a un tercio en los próximos años, señalan los expertos, debido, en parte, a la demanda acomodativa en visión de cerca, a la refracción periférica y a la falta de actividades al aire libre.

Simulación de ojo operado con técnica PRK.
Simulación de ojo operado con técnica PRK. Cedida por @vissumonline

La técnica PRK (queratectomía fotorrefractiva), desarrollada en los años 80, moldea la superficie de la córnea para que los haces de luz vuelvan a estar enfocados correctamente sobre la retina. Las células epiteliales -que forman la primera capa de la córnea- se regenerarán naturalmente con el paso del tiempo.

“La cirugía refractiva con técnica PRK es la más sencilla para los especialistas y los pacientes -destaca-. Se utiliza en los casos de córneas delgadas y frágiles. El paciente solo tiene que tumbarse en la camilla de operaciones, mirar fijamente una luz alrededor de 30 segundos, sin parpadear gracias al blefarostato,… ¡y ya está!”, expone.

Para el doctor Alió del Barrio, “PRK tiene un nivel de eficacia y seguridad excelentes, todavía no superada por ninguna otra técnica. Aún así, la recuperación de la visión es más lenta y las molestias del postoperatorio son mayores”.

El láser Lasik, el bum de los noventa

Fue una evolución de la PRK que revolucionó por completo la cirugía refractiva en los años 90, ya que se implantó por todo el mundo casi a la velocidad del rayo. De hecho, en 2017 sigue siendo la técnica de elección para la mayoría de los cirujanos refractivos.

Lámina de córnea seccionada durante la operación con técnica Lasik.
Simulación lámina de córnea seccionada durante la operación con técnica Lasik. @vissumonline

“Se corta un tapete de la superficie corneal, una especie de colgajo, de tal manera que se pueda levantar como una puerta, quedando unida a la base por uno de sus extremos. El rayo láser actúa sobre la superficie interna expuesta. Una vez tallada la córnea, se vuelve a tapar la zona reparada con el colgajo”, explica.

Las ventajas se remarcan por su rapidez: la recuperación de la visión del paciente es casi inmediata, prácticamente unas horas después de la intervención, y la recuperación del paciente está casi asegurada sin molestias o dolor.

“Pero esta técnica -advierte- no es recomendable para pacientes con córneas delgadas o en situación límite. Habría que recurrir a la técnica PRK, más antigua pero igual de eficiente”.

Smile, el revolucionario láser del siglo XXI

A diferencia de Lasik, el cirujano refractivo no necesita levantar un colgajo y tallar la córnea, sino que Smile moldea el interior de la córnea atravesando la superficie ocular. El disco resultante se extrae a través de una microincisión en la superficie corneal de 2 a 4 milímetros.

Simulación de ojo operado con láser con técnica Smile.
El láser Smile realiza un corte en la superficie de la córnea. @vissumonline
Simulación de extracción de lámina corneal con técnica Smile
Simulación de extracción de lámina corneal con técnica Smile. @vissumonline

“La córnea apenas se debilita, salvo por la pequeña incisión realizada para la extracción de la fina capa de estroma, manteniendo su integridad y su fuerza estructural. Permite operar graduaciones de la vista más elevadas que con el Lasik o el intralasik”, subraya.

Esta técnica, del siglo XXI, que se implanta a pasos agigantados en las sociedades económicamente más avanzadas, apenas genera ojo seco al preservar mejor la inervación de la córnea.

“Además, suprime ciertos riesgos de la técnica Lasik: si el paciente recibe un golpe en el ojo operado, el colgajo podría desplazarse, más aún si hablamos de deportistas de alto nivel. Con smile, el ojo no es tan vulnerable a los traumatismos”, afirma.

Láser, en el ojo propio y en el ajeno

Y como predicar con el ejemplo es una virtud al alcance de muy poc@s, el doctor Jorge Alió del Barrio presume de tener una visión de lince.

“Recomiendo la cirugía refractiva con láser no solo por ser un oftalmólogo especialista, sino porque yo mismo he sido paciente y me he operado de miopía, hace ya más de ochos años. Mi satisfacción es completa”, atestigua.

Por eso, y por una mayor calidad de vida de todos y todas, el doctor Alió del Barrio nos recuerda la importancia de preservar la salud de nuestros ojos.

“Son las ventanas de nuestro organismo, y de hecho, multitud de enfermedades, como la hipertensión o la diabetes, tienen su manifestación en el globo ocular. De ahí la importancia de mantener hábitos de vida saludables y efectuar revisiones oftalmológicas rutinarias, al menos una vez al año”, aconseja.

Si en los mayores de 50 se puede diagnosticar el glaucoma y la degeneración macular de forma precoz, en los niños podemos detener el desarrollo de la miopía, la hipermetropía -mala visión de cerca- o el astigmatismo -imágenes deformadas-, patologías que afectan al rendimiento escolar y pueden derivar en ojo vago, con un mal pronóstico.

“De pequeños hay que hacer un uso adecuado de las gafas y, de mayores, a partir de los veinte años, si es ese el deseo del joven, sería el momento de eliminar los defectos refractivos de la córnea”, concluye.

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