El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que propondrá al Parlamento un último estado de alarma por un mes contra el virus, a partir del 24 de mayo, que acompañe a la desescalada, y ha añadido que, según evolucione la epidemia, este nuevo estado de alarma puede ser asimétrico y no para todo el territorio

Sánchez solicita un último estado de alarma de un mes contra el virus
Captura de la señal institucional de Moncloa de el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa. EFE/Moncloa

Sánchez ha comparecido en Moncloa y ha comenzado hablando de los tres datos principales del estudio de seroprevalencia conocido esta semana y de dos lecciones del virus.

Estudio de seroprevalencia: la infección ha afectado de modo desigual a los distintos territorios; solo el 5 % de media de la población se ha contagiado con o sin síntomas; y la letalidad del virus es del 1 por ciento, mayor en personas de edades avanzadas o con patologías previas.

Dos lecciones: el estado de alarma ha funcionado y ha beneficiado a todas las Comunidades Autónomas; y el camino que “estamos siguiendo es el único posible: prudencia, cautela y seguridad”.

El presidente ha hecho un cálculo de cuantas personas se habrían infectado en España y podrían haber fallecido si la estrategia hubiera sido, como se propuso en algunas partes del mundo, permitir que la poblaciones se infectaran para así inmunizarse. Hubiera afectado a 30 millones de compatriotas, con un resultado de 300.000 muertes, ha dicho.

“Hay que mantener el rumbo y la máxima prudencia. Ir recuperando espacios de movilidad, manteniendo el virus a raya, avanzando en cada zona sin perjudicar a las demás”, ha defendido.

“La mitad del país acabará la desescalada con el inicio del verano, y el resto dos semanas después”, ha añadido.

Es cierto, ha seguido el presidente, que se han desplomado los contagios, han descendido los fallecimientos, han aumentado los pacientes recuperados, pero “el riesgo continua ahí”, y ha recordado que la semana pasada hubo unos 8.000 nuevos contagios y, en lo que va de esta, unos 2.700.

“El virus no se ha ido y su amenaza es real; la amenaza es aguda en la desescalada, hay cientos de contagios diarios”, ha remachado, y ha pedido a la población que siga y cumpla a rajatabla las recomendaciones de las autoridades sanitarias: distancia social en todo momento y lugar, lavado de manos y uso de mascarilla, incluso voluntariamente, entre otras. “No son reglas de ideología o de negocios, son de protección de la salud”, ha precisado.

Estado de alarma

Tras estas valoraciones, Sánchez ha anunciado que solicitará una nueva y última prórroga, a partir del 24 de mayo, con características distintas, por alrededor de un mes, sobre la que está dialogando con los grupos políticos con la voluntad de un gran consenso.

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El líder del PP, Pablo Casado (d) junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa (i) durante el pleno del Congreso del 22 de abril, última prórroga del estado de alarma. EFE/J.J. Guillén Pool

Un estado de alarma con desescalada institucional, en el que la única autoridad delegada será el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y en la que decae la responsabilidad especial que desde el primer estado de alarma, a mediados de marzo, han tenido los titulares de Defensa, Interior y Transportes.

Será Sanidad quien marque los ritmos y tiempos de la desescalada, que se regirá por el principio de cogobernanza con las CCAA, que irán recuperando su capacidad de decisión, ha añadido.

“Continuar con el estado de alarma es importante y fundamental”, ha defendido, y ha matizado que este estado de alarma también puede ser asimétrico, como la desescalada, y no tiene porque aplicarse por igual en todo el territorio.

“El horizonte aproximado es un mes. Si es asimétrico, lo es con todas la consecuencias. Se puede levantar el estado de alarma en unos territorios y en otros no, siempre siguiendo criterios epidemiológicos; si se puede hacer, lo haremos. Espero que sea el último estado de alarma y luego gobernar la epidemia con modificaciones legislativas”, ha valorado.

Madrid

En la rueda de prensa han preguntado a Sánchez por la discrepancia con el gobierno de la Comunidad de Madrid sobre su pase a la fase 1, propuesta del ejecutivo madrileño rechazada por el ministerio de Sanidad.

Dijimos que la desecalada sería gradual y asimétrica; factores como la densidad de población y el índice de afectación de la epidemia hace que algunos territorios vayan más retrasados, pero todos los indicadores de Sanidad para evaluar las fases han sido acordados con las CCAA bajo el criterio de los expertos, y desde el diálogo bilateral”, ha expuesto.

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Bares y terrazas cerradas en la Plaza Mayor de Madrid/EFE/JuanJo Martín

“En la amplia mayoría ha habido un gran consenso, pueden haberse dado fricciones o desacoples, pero al Gobierno lo que le importa es la prudencia, la precaución y seguir los criterios científicos. La desescalada no es una carrera. Pecar de prudencia y precaución es racional y de sentido común”, ha acentuado.

Sánchez ha completado: “Vamos paso a paso, cuando Madrid, Barcelona o Castilla y Léon estén en condiciones de pasar a fase 1, lo harán”. “En la lucha contra el virus, el Gobierno de España juega y pelea en el mismo equipo que las Comunidades Autónomas: proteger la salud pública y defender la economía y el empleo“, ha subrayado.

El presidente del Gobierno ha indicado que hoy han remitido a la Comunidad de Madrid el informe sobre la decisión de permanecer esta semana en fase 0 ante la demanda que ha hecho de él.