El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado una nueva prórroga del estado de alarma, hasta el 9 de mayo, en la que los niños, hasta los 12 años, podrán salir a la calle, a partir del 27 de abril. Será la única variación del la tercera prórroga. También ha dicho que la desescalada no tiene porque ser igual en todas las Comunidades Autónomas y ha anunciado que Sanidad regulara en una orden los precios de las mascarillas

“Hemos conseguido lo más difícil y superado lo más duro; hemos dejado atrás los momentos más extremos, pero son logros frágiles e insuficientes, necesitamos más avances para levantar el confinamiento y empezar la desescalada hacia una nueva normalidad”, ha dicho Sánchez en el Palacio de la Moncloa.
Tras haber escuchado al Comité Científico y al Comité Técnico de Gestión, “voy a proponer mañana a los presidentes autonómicos y al Congreso de los Diputados extender el estado de alarma hasta el 9 de mayo, pero esta extensión no va a ser igual, es posible aliviar el confinamiento de los niños”, ha añadido.
En cuanto a la edad de los niños y niñas que podrán salir a la calle a partir del 27 de abril, Sánchez ha mencionado como punto de referencia la ley de salud pública, que sitúa el rango de edad infantil en 12 años.
“Las salidas de los niños estarán limitadas y sujetas a condiciones para evitar contagios y que detallaremos en los próximos días”, ha dicho sobre la medida nueva en el próximo estado de alarma. “Definiremos los criterios y requisitos para que salgan a la calle con seguridad y puedan disfrutar un rato del aire libre”.

Sobre la desescalada futura, que ha situado en mayo, el presidente ha dicho: “La desescalada no tiene porque ser homogénea, puede ser asimétrica, y no por Comunidades Autónomas o provincias. Habrá un corpus y elementos comunes, pero en función del impacto, la desescalada puede ser diferente”.
“Ha sido un acierto la respuesta homogénea y uniforme por igual en toda España. Ha beneficiado a todos y la extensión del virus ha sido menor y menos intensa. Pero el impacto y la incidencia es diferente, no es igual en La Gomera, Teruel, Soria, Madrid, Zaragoza, Sevilla o Barcelona”, ha puesto a modo de ejemplo.
“El horizonte de la desescalada es el de una lenta marcha hacia una nueva normalidad, progresiva y con precauciones, marcada por el grado de evolución de la pandemia”, ha anunciado.
“Cuando nos cercioremos de que tenemos el virus a raya y el sistema sanitario está asegurado, empezaremos la desescalada, pero si hay riesgos nos detendremos y reforzaremos las medidas si es preciso”, ha advertido.
¿Podrán los españoles ir de vacaciones en verano?, han preguntado los periodistas al presidente. “Ojalá, pero con humildad, estamos ante un virus desconocido en lo sanitario y en sus efectos sobre las conductas sociales. No hay una respuesta“, ha respondido.
En la desescalada, ha seguido Sánchez, serán importantes las medidas de autoprotección y el refuerzo de la capacidad del sistema sanitario, el número de camas, las UCI, los test a desplegar, los estudios de seroprevalencia para saber quien ha superado la enfermedad y su inmunidad, ha enumerado, “fortalecer el sistema sanitario es clave ante cualquier mínimo repunte” y que los sanitarios cuenten con todas las herramientas de protección personal necesarias.
También ha anunciado Sánchez que mañana Sanidad aprobará una orden ministerial para controlar y fijar precios asumibles para el conjunto de la ciudadanía en la adquisición de mascarillas.
Devastación económica y desolación social
“El virus ha dejado un rastro de dolor en 20.000 familias”, ha dicho Sánchez en alusión al número de fallecidos contabilizados hasta hoy. 20.043.
Dos de cada cinco pacientes contabilizados (van cerca de 200.000) han necesitado atención hospitalaria, unos 80.000.
“El virus ha llevado al límite a nuestro sistema sanitario y se ha propagado en todo el mundo y con fuerza en Europa. Ha dejado devastación económica y desolación social”, ha lamentado.
“El sistema sanitario ha logrado resistir y el 42 por ciento de los afectados ya se han curado. La respuesta de los ciudadanos en esta situación extrema ha sido ejemplar, se han salvado decenas de miles de vidas y hemos logrado contener la propagación del virus”, ha dicho en los primeros compases de su intervención.
Ha recordado Sánchez que la “R”, ritmo de reproducción del virus por persona contagiada, ha pasado de más tres, cuando se declaró el estado de alarma, a situarse por debajo de uno, “por eso la superficie de la epidemia se está reduciendo“.
Condiciones para la desescalada
Para iniciar la desescalada, en la que se trabaja desde hace tres semanas, pero que aún no ha comenzado, Sánchez ha mencionado las condiciones que señala la Organización Mundial de la Salud.
- Que la transmisión esté controlada e identificadas las personas infectadas.
- Que los sistemas sanitarios detecten con los test los casos de contagios. España ha hecho un millón de test PCR.
- Control en los lugares de alto riesgo, como hospitales y residencias de mayores.
- Implantación de un sistema de control para evitar contagios importados.
- Estrictas medidas preventivas en centros de trabajo y educativos.
- Que la población disponga de información completa y exista el compromiso de cumplir las reglas de higiene y distancia social.
“El país no será el mismo de mediados de marzo. Es la situación más difícil desde la Guerra Civil, y en el mundo, desde la Depresión económica de 1929, el FMI ha sido contundente en sus pronósticos”, ha manifestado.
Unidad y reconstrucción
“Son los estragos de una guerra sin bombas”, ha dicho el presidente, para plantear que ante ello se abren dos caminos: la rabia, el desánimo y la división, o unir fuerzas y acometer todos juntos el esfuerzo de la reconstrucción.
“Solo hay un camino, el consenso, el diálogo y la unión, y un gran acuerdo para la reconstrucción, con generosidad y compromiso; reforzando el sistema sanitario; relanzando el tejido industrial y empresarial, el turismo, la hostelería, la cultura; con medidas de protección social indispensables para que los más vulnerables no se sientan desamparados”, ha defendido-
Y con una posición común en la negociación con la UE. “No hay futuro sin solidaridad, ni porvenir sin unión. Hace falta un pacto en España y en Europa. Sería imperdonable que Europa reincidiera en errores del pasado”, ha valorado.
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