Los cuidadores no profesionales de enfermos o personas dependientes han sido uno de los sectores más afectados por los efectos de la pandemia. Así lo pone de manifiesto el Informe sobre el Bienestar de los Cuidadores 2020

Este Informe, que lleva como subtítulo “¿Quién cuida a los que cuidan? Así afectan la COVID-19 y la falta de apoyo a los cuidadores no profesionales”, es un trabajo impulsado por “Embracing Carers”, una iniciativa global liderada por la compañía de ciencia y tecnología Merck en colaboración con algunas de las principales organizaciones internacionales de cuidadores.
La encuesta se ha realizado en 12 países, con un total de 9.000 cuidadores no profesionales en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España, Australia, Brasil, Taiwan, India y China.
Estos son los resultados en España, donde se ha encuestado a 751 cuidadores no profesionales.
Algunas de las conclusiones más destacadas son:
- Siete de cada 10 cuidadores no profesionales afirman que su salud mental y emocional se han deteriorado durante la pandemia.
- Seis de cada 10 cuidadores no profesionales aseguran que la pandemia ha afectado a su bienestar físico y ha repercutido negativamente sobre su situación económica.
- A siete de cada 10 les inquieta la posibilidad de perder su trabajo debido al tiempo que tienen que dedicar a la prestación de cuidados.
- Al 34 por ciento de las cuidadoras le preocupa no poder contar con sustituto para ocuparse de las personas que ellas suelen cuidar en caso de contagiarse de COVID-19.
El porcentaje de enfermedades y personas cuidadas que recoge el informe son: alzhéimer/demencia (40 %), enfermedad crónica o terminal (18 %), enfermedad cognitiva o mental (17 %), discapacidad física (17 %), enfermedad neurológica (15 %), cáncer (12 %) e insuficiencia cardíaca (8 por ciento).
Por edades, el 70 por ciento de los cuidadores no profesionales tiene más de 65 años; y el 13 % entre 55-64. Un 7 por ciento tiene menos de 18 años.
Cinco aspectos clave del Informe
Mayor exigencia: La pandemia causó un gran impacto en todo el mundo y aumentó la presión sobre los cuidadores. Ahora asumen una carga mayor que nunca.
Nuevas responsabilidades: Los cuidadores llevan mucho tiempo enfrentándose a obstáculos, pero la pandemia implica asumir tareas nuevas que amplían sus responsabilidades.
Impacto sobre los cuidadores: Aunque ser cuidador puede ser gratificante, siempre supone un coste. Los retos físicos, mentales, económicos, sociales y profesionales que conlleva la prestación de cuidados pueden afectar considerablemente al bienestar de los cuidadores.
Desigualdades en la prestación de cuidados: Todos los cuidadores están lidiando con dificultades, pero en España los padres y las mujeres están ante un reto mayor.
Nueva hoja de ruta: Apoyar a los cuidadores es una responsabilidad global que afecta a toda la sociedad. Los organismos públicos y privados deben comprometerse en la búsqueda de soluciones.
Hallazgos clave en España

La responsabilidad más frecuente de los cuidadores no profesionales en España es la de proporcionar apoyo emocional a las personas a las que cuidan.
Para casi tres cuartas partes de los cuidadores españoles (72 %), proporcionar apoyo emocional es una responsabilidad clave, una proporción mayor que en el resto de países encuestados (media del 65 % para el total de 12 países).
La pandemia ha causado un impacto físico sobre los cuidadores españoles; su bienestar físico se ha visto afectado por la falta de sueño y ejercicio físico.
Entre aquellos cuya salud física ha empeorado debido a la pandemia, en los cuidadores españoles la falta de sueño (63 %) y la falta de ejercicio (51 %) son las principales razones para este malestar, por encima de la media de los 12 países (55 % y 45 %, respectivamente).
Los cuidadores españoles consideran que el apoyo que están recibiendo ahora mismo es inadecuado.
Los cuidadores españoles indican en mayor medida que los de otros países que no reciben suficiente apoyo de los servicios sociales/profesionales sanitarios (64 % frente al 51 %, promedio de 12 países) y sus comunidades locales (64 % frente al 51 %, media de 12 países).
Las mujeres cuidadoras en España están sufriendo una presión especialmente alta en su salud emocional y mental como resultado de la COVID-19.
Más de tres cuartas partes (77 %) de las cuidadoras españolas afirman que su salud emocional y mental ha empeorado durante la pandemia, una tasa superior a la de los cuidadores españoles (68 %).
Algunos testimonios
Mujer de 32 años, cuidadora de una persona con cáncer: “El confinamiento hizo que mis tareas prácticamente se duplicaran. Los hospitales se colapsaron y había que llamar muchas veces para obtener una respuesta. Además, el miedo al contagio hizo que se desmotivara”.
Mujer de 31 años que atiende a una persona con demencia: “Estar en casa sin poder salir o caminar ha empeorado la situación. Paso más tiempo en casa cuidando”.
Hombre de 35 años que cuida a una persona con atrofia muscular: “Por lo general, el cuidado ha aumentado. Hay que tener más cuidado en todo y también con uno mismo y estar mucho más atento para que no se pase nada por alto”.
Hombre de 45 años que atiende a una persona con alzhéimer: “Antes de la covid las ayudas para personas dependientes eran escasas y con mucha burocracia. Por favor, hagan que las cosas sean más fáciles y accesibles, no puede ser que nos denieguen ayudas cuando es muy evidente que las necesitamos. No gasten tanto en lo que no es esencial”.
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