Con motivo del Día Mundial de la Salud, 7 de abril, dos organizaciones médicas, el Grupo de Estudio de Enfermedades de Transmisión Sexual (GEITS) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC); y el Centro Médico Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED) difunden sendos decálogos para combatir las enfermedades de transmisión sexual y la dispepsia, las malas digestiones

Las ITS, Enfermedades de Transmisión Sexual, son causadas por más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes. Según la OMS, entre los más de 30 agentes patógenos que se sabe se transmiten por contacto sexual, ocho se han vinculado a la máxima incidencia de enfermedades. De esas ocho infecciones, cuatro son actualmente curables: sífilis, gonorrea, clamidiasis y tricomoniasis. Sin embargo, las otras cuatro; hepatitis B, herpes, VIH y VPH, son infecciones virales incurables que, no obstante, se pueden mitigar o atenuar con tratamiento.
Y aquí tienes nuestro Abecedario de la Salud: de la A a la Z
Este es el Decálogo que, a modo de recomendaciones, la GEITS lanza en el Día Mundial de la Salud
1. Promover el uso del preservativo cómo único método de prevención frente a algunas de las ITS más frecuentes.
2. Retomar la educación sexual y sobre drogas en los diferentes ámbitos de nuestro entorno (escolar, sanitario, familiar, social) y considerarla la primera herramienta preventiva frente a esta patología.
3. Concienciar a la población sexualmente activa de la posibilidad de adquirir cualquier ITS ante la realización de prácticas sexuales no protegidas, enseñándoles a responsabilizarse de su conducta sexual y de las consecuencias que de ellas se derivan.
4. Normalizar la realización de serologías VIH, LUES y virus hepatotropos (VHA, VHB y VHC) en programas de atención primaria a personas sexualmente activas cómo método de diagnóstico precoz de la infección.
5. Recomendar el cribado periódico de ITS a personas en riesgo, con especial interés en el periodo de adolescencia, indicando la vacunación (en el caso de virus hepatotropos) de las personas susceptibles.
6. Considerar el diagnóstico precoz de las ITS y su tratamiento cómo mejor método para evitar su transmisibilidad y en algunos casos, la posibilidad de cronicidad.

7. Enseñar a los pacientes con una ITS a responsabilizarse de su condición y de la necesidad de informar a sus contactos sexuales para romper la cadena epidemiológica de transmisibilidad.
8. Mejorar la accesibilidad a centros que permitan la atención a pacientes en riesgo y el diagnóstico y tratamiento rápido de la patología detectada.
9. Utilizar redes sociales y APPs como herramienta valiosa y accesible a la población general, vinculando ONGs e instituciones en esta labor preventiva.
10. Ofrecer a la población general el cribado de ITS más prevalentes como parte de una atención sanitaria integral.
Diez consejos para evitar la dispepsia
Ardores, hinchazón abdominal y pesadez, son los principales síntomas de una mala digestión o dispepsia. Según el doctor Gonzalo Guerra Flecha, especialista en digestivo y fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, “gran parte de la culpa de las malas digestiones son porque no comemos de forma adecuado y, normalmente, lo hacemos en exceso”.
Cita en este caso al protagonista de la obra de Cervantes, Don Quijote, cuando dice “come poco y cena más poco que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Para evitar sufrir estos problemas el gastroenterólogo de CMED nos ofrece 10 consejos y evitar así las malas digestiones.
1. Comer despacio y masticar bien. “Debemos tener en cuenta que a medida que aumenta la velocidad a la que comemos, el estómago multiplica el tiempo que tarda en hacer la digestión”, asegura el doctor Guerra Flecha. Además, comiendo despacio no solo evitaremos que se produzcan gases, también necesitaremos ingerir menos cantidad de alimento, otra de las claves de una buena digestión. “La sensación de saciedad tarda unos 20 minutos en aparecer”, apunta el experto, de modo que si comemos deprisa es probable que lleguemos a sentirla demasiado tarde, cuando ya estemos empachados. Si tenemos poco tiempo, más vale comer un solo plato, pero con tranquilidad.

2. El plato, pequeño y dividido en tercios. Una forma perfecta para saber si estamos comiendo bien y ayudando a nuestro organismo a hacer una buena digestión es la siguiente: los platos deberían estar ocupados en una de sus mitades por verduras y hortalizas, preferiblemente cocinadas, y en la otra mitad y a partes iguales por proteína de buena calidad (pescado o carnes magras) y un carbohidrato complejo, mejor si es patata o arroz. Además, los platos pequeños nos ayudan a comer menos y mejor: “Es más beneficioso comer poco muchas veces al día que mucho de una sola vez”, recuerda el médico.
3. Cuanta menos grasa, mejor. “Los alimentos fuertemente grasos son los más dañinos a la hora de hacer la digestión, por no hablar de su repercusión negativa sobre nuestra salud. Por eso, los expertos siempre recomendamos minimizar su consumo y, en la medida de lo posible, elegir otros en su lugar”, aconseja el fundador de CMED. Priorizar las carnes magras (pavo, pollo y conejo) y combinarla con guarniciones al vapor puede ser una interesante alternativa al consabido filete con patatas fritas.

4. La fruta, entre horas. Estamos acostumbrados a acabar la comida con un postre y muchas veces elegimos una pieza de fruta, pero los expertos aconsejan evitar el postre y tomar la fruta a media mañana y a media tarde.
5. El jengibre es la estrella. Un excelente remedio para aliviar las digestiones: “Añadir dos rodajitas de este rizoma, una de naranja y una de limón en una taza y aplastar muy bien con una cucharilla. Sobre ello, verter agua muy caliente y agregar una cucharadita de miel, una infusión perfecta para tomar después de comer”, señala el doctor. ¿El motivo? La miel es un prebiótico que viene muy bien a nuestra flora intestinal y la infusión es un depurante del hígado que favorece la digestión y es antioxidante, además de anticolesterol.
6. La fibra que no falte. Frutas, verduras, legumbres y cereales te aportarán un alto contenido en fibra dietética a lo largo del día que ayuda a regular los movimientos intestinales y a evitar el estreñimiento.
7. Cuidado con estos alimentos. “Estimulantes como el café o el alcohol, las bebidas carbónicas, y las especias picantes provocan más dispepsias”, afirma el experto, quien además desaconseja “absolutamente” tomar alcohol antes de comer. Si lo hacemos, la bebida ingerida se calienta en el estómago y la absorción es inmediata, lo que puede provocar que lleguemos antes a una intoxicación etílica. Un apunte, no se deben mezclar alcoholes. Si se empieza la comida con vino tinto, se acaba con vino tinto. Y nada de tabaco, amén de todos sus perjuicios, también empeora las digestiones y produce gases.

8. Un poco de ejercicio diario, ayuda. Combatir el estrés, reducir el colesterol y ayudar a estimular los intestinos son algunos de los beneficios que la práctica diaria de ejercicio aporta a nuestro objetivo de tener una buena digestión. “Y si sustituimos la siesta por una agradable y tranquila caminata de 20 minutos después de las comidas, ayudaremos también a nuestro metabolismo a quemar grasas y a mejorar el tránsito intestinal”, recomienda.
9. Diga sí a los yogures. Y al kéfir. Estos probióticos son unos excelentes reguladores del tránsito intestinal, reducen la sensación de hinchazón y su ingesta ayuda a prevenir y disminuir la incidencia de enfermedades infecciosas gastrointestinales.“Además, durante y después de un tratamiento con antibióticos, previenen la aparición de diarreas asociadas al uso de medicamentos”, apunta el doctor Guerra Flecha.
10. Y siempre beber agua. Y no nos referimos a hacerlo durante las comidas, si no a beber los dos o tres litros necesarios a lo largo del día. “Esta práctica beneficiosa para nuestra salud nos ayuda también a tener unas buenas digestiones y depurar nuestro organismo”, concluye.
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