El 87 por ciento de los médicos de Atención Primaria se sienten “poco o nada” formados para iniciar un tratamiento antiepiléptico, lo que lleva a que un 79 por ciento de ellos “raras veces o nunca” suelan hacerlo, según recoge el libro blanco de la epilepsia en España

El 87% de médicos de AP se sienten poco formados para tratar a epilépticos
EFE/Miguel Rajmil
  • 7 de mayo, 2013
  • MADRID/EFE

El texto, elaborado por la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Fundación de Ciencias de la Salud, señala que los médicos de familia reconocen un nivel de conocimientos sobre la epilepsia muy bajo: el 81,6 por ciento cree que está poco o nada informado.

Según ha manifestado en la presentación el coordinador del libro, el doctor José Ángel Mauri, este “escaso” conocimiento de los médicos de Atención Primaria es llamativo, además de que redunda en una insuficiente información a los pacientes.

Entre los pediatras el nivel de conocimientos se reparte prácticamente a partes iguales entre bastante-muy informado (52%) y poco-nada informado (48%), mientras que el 76 por ciento consideran que es una enfermedad fácil o muy fácil de diagnosticar.

Respecto a los psiquiatras, el 65,6 por ciento dicen estar poco informados, aunque una tercera parte reconoce estar bastante (29,5%) o muy informada (3,3%).

Los médicos con un nivel mayor de conocimiento sobre la epilepsia son los neurólogos (98,3 por ciento bastante o muy informado) y los neuropediatras (93,1%).

En cuanto a la población en general, el 94,6 por ciento conoce la enfermedad o ha oído hablar de ella, de los que un 50,5 por ciento lo ha hecho a través de los medios de comunicación y un 41,8 por ciento por medio de familiares o amigos que la padecen.

Sin embargo, un 91,5 por ciento cree que la población no tiene bastante información y el 72,8 por ciento no se siente bien informado.

El doctor Juan Mercadé, coordinador del Grupo de Epilepsia de la SEN, ha destacado que estas carencias de información “correcta o suficiente” dificultan la aceptación de la enfermedad, su buen control y la integración social de los pacientes.

Asimismo, el libro también detalla las medidas que la gente adopta cuando una persona sufre un ataque o crisis de epilepsia, lo que, según ha dicho Mauri, demuestra un buen conocimiento sobre lo que se debe hacer: amortiguar la cabeza, colocar de lado al paciente, aflojar la ropa del cuello y no poner al paciente boca abajo.

No obstante, ha recalcado que otras acciones muestran una cierta desinformación, incluso entre profesionales sanitarios, como el error clásico de introducir algo en la boca para evitar la mordedura de la lengua o sujetar al enfermo.

Estos errores “importantes y extendidos”, revelan la necesidad de promover campañas de información y concienciación en todos los sectores para lograr que “la atención de una crisis epiléptica forme parte de la cultura general de primeros auxilios”, según ha reclamado la presidenta de la Asociación Andaluza de Epilepsia, Rosario Cantera.

En España se calcula que puede haber unas 400.000 personas con epilepsia y se estima que hasta un 5 por ciento de la población puede sufrir una crisis de este tipo en algún momento de su vida.

Por su parte, el presidente de la SEN, Jerónimo Sancho, ha exigido acabar con el estigma social y la discriminación laboral que rodea a la epilepsia y ha avanzado que “hasta un 50-60 por ciento van a entrar en remisión a medio y largo plazo, incluso sin tratamiento”.

Entre las “falsas creencias”, Mercadé ha citado el que se prohíba el uso de videojuegos en niños con epilepsia y ha asegurado que cuando aparece una crisis “tiene que ver más” con la falta de sueño que provoca en los menores que juegan a estos juegos.

Además, este médico ha criticado el escaso número de unidades médico-quirúrgicas para tratar las epilepsias resistentes al tratamiento, lo que provoca que “los tiempos de espera para el acceso de los pacientes se prolongue hasta los dos o tres años”.