El dolor crónico, que afecta a más de seis millones de españoles y a veinte millones de ciudadanos europeos, perjudica a las esferas social, familiar, psicológica, sexual o laboral. Sin embargo, sentir dolor agudo puede ser beneficioso, ya que es una señal de alarma de qué algo está afectando al organismo

El dolor, ¿el peor enemigo o el mejor aliado?
EFE/Alberto Martín
  • 28 de mayo, 2014
  • MADRID/EFE/ANA LÁZARO

En el XI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED), celebrado la semana pasada en Toledo, y al que han asistido más de 500 profesionales sanitarios de distintas disciplinas, se han presentado y debatido los últimos avances en el abordaje del dolor, un grave problema sanitario que sufre de manera crónica el 17,5% de la población española (más de 6 millones de ciudadanos) y un 20% de la europea (80 millones de personas).

Javier de Andrés, presidente del comité organizador de dicho congreso, destacó en el curso de este foro la “importancia” que el dolor tiene a nivel social, porque es una experiencia que todas las personas padecerán en algún momento de su vida; y desde el punto de vista económico, supone un coste de hasta el tres por ciento del PIB en los países desarrollados.

Tipos de dolor

  • Dolor agudo: se trata de un síntoma de alarma al que el cuerpo suele responder con miedo y ansiedad.
  • Dolor crónico: de denomina crónico cuando el paciente padece dicho dolor durante un periodo que supera los seis meses. En muchas ocasiones esta molestia puede trastocar su ámbito familiar, laboral, sexual.

“Desde la Sociedad Española del Dolor, intentamos luchar por que el abordaje del tratamiento del dolor sea multidisciplinario, es decir, que incluya especialistas de diversas especialidades, y que haya un área de capacitación del dolor en las universidades españolas, o de superespecialicación como ocurre en EE.UU”, explica el experto.

En España suelen ser neurocirujanos, anestesiólogos y neurólogos los especialistas con mayor interés en el estudio y tratamiento del dolor.

Una persona prueba Lumbia, un cinturón que pueden colocarse los pacientes que han sufrido un episodio de lumbalgia,
EFE/Toni Albir

El doctor aludió en el Congreso a un estudio elaborado en 2004 en el que mediante llamadas telefónicas al azar se preguntaba a la persona si había sufrido dolor en los quince días anteriores . El 23% de los consultados en la Unión Europea admitió haber tenido dolor crónico en los días anteriores, una cifra que se redujo a algo menos del 18%  en España y otros países mediterráneos.

Además, en algunas ocasiones la aparición del dolor puede deberse a factores psicológicos:

  • Dolor nociceptivo: es aquel dolor provocado cuando te das un golpe
  • Dolor neuropático: dolor provocado por los nervios. Muchas personas que han sufrido la amputación de algún miembro creen  que sienten dolor en esa extremidad que es inexistente. “Parece una paradoja ya que los nervios y existe lesión tisular”, explica.

Nuevos métodos para afrontar el dolor

Según el especialista, las nuevas técnicas para afrontar el dolor son:

  • Piduroscopia: se trata de un tratamiento parecido a la artroscopia pero éste es aplicado en el espacio epidual.
  • Neuromodulación: aplicación de actividad eléctrica en los nervios que “en lugar de provocar dolor genera sensación de hormigueo”.
  • Técnica intervencionista en radiofrecuencia: técnica intervencionista que consiste en la emisión, a través de un electrodo, de ondas de radiofrecuencia capaces de producir calor en el tejido que le rodea.
  • Ecografía

En los últimos años el tratamiento de abordaje al dolor ha cambiado de manera notoria. “Antes el tratamiento se basaba más en las pastillas“, hoy en día “la administración de este tipo de remedios están indicados única y exclusivamente a determinadas zonas que sean dolorosas o se encuentres inflamadas. Esto es a lo que denominados técnicas intervencionistas“.

Dolores prevalentes y edad

Según el doctor Javier de Andrés “los dolores más comunes son la lumbalgia y la cefalea. Ambos tienen tratamiento farmacológico e intervencionista”. En lo que respecta a la espalda, el tratamiento intervencionista no es aplicable a todos los pacientes, exclusivamente se aplica esta cura a aquellas personas que superen con ese dolor los seis meses.

En cuanto a edades existe un “pico” entre los 30 y los 45 años y otro “muy importante” a partir de los 65 años debido sobre todo a enfermedades degenerativas.

Insensibilidad congénita del dolor

Se trata de una patología hereditaria en la que los nociceptores, receptores encargados de la sensación del dolor, no cumplen con su función correctamente.

“La gente que tiene agenesia al dolor o insensibilidad hereditaria mueren antes aunque el número de afectados por este trastorno es muy bajo”, explica De Andrés.

El especialista remarca que muchas veces “sentir dolor agudo es bueno porque, de esta forma, se activa la señal que alerta de que algo está pasando en nuestro organismo”. El problema viene cuando ese dolor se convierte en crónico, “en ese caso no hablaríamos de alerta sino de una enfermedad en si”, afirma.

¿Las mujeres soportan el dolor mejor que los hombres?

Cada vez son más los estudios genéticos que acreditan que la mujer tanto genética como hormonalmente es totalmente distinta al hombre. Se ha demostrado que el umbral para ciertas patologías dolorosas para unas personas es mayor y sin embargo para otras es menor. “Aunque no esté totalmente demostrado, parece que la idea que se tiene de que la mujer aguanta mejor el dolor que los hombres parece ser cierta”, explica el especialista.