Las vibraciones que se generan al emitir un sonido ayudan a nuestro cuerpo a sentirse mejor emocional y físicamente. La voz bien utilizada es una herramienta pedagógica y terapéutica que puede dar resultados en enfermos de laringitis y hasta en problemas de corazón o cáncer, pero también ayuda a adquirir seguridad en uno mismo

Relájate por unos segundos, deja todo lo que estás haciendo y di “aaaaaaaaaa” con seguridad y firmeza. ¿Sentiste las vibraciones en tu pecho? Si lo hiciste, es que has colocado la voz correctamente, ¿qué significa esto? Tamara Chubarovsky, experta en formación del habla bajo el método Waldorf, nos lo explica.
“Tener colocada la voz es lanzar las palabras con seguridad y ser capaz de expresar lo que se quiere. Hay personas que no tienen disposición de su voz, de sus gestos corporales, de la intención o del colorido que debe tener”, comenta.
La importancia de esto tiene dos vertientes. La primera, es la de conseguir que la persona tenga seguridad en si misma y sepa comunicarse en diferentes ámbitos de la vida. La segunda es que se ha demostrado que aprender a utilizar correctamente las vibraciones que emitimos tiene consecuencias benéficas para la salud.
Antes que nada… ¿qué es el método Waldorf?
Este método pedagógico fue desarrollado por el filósofo austriaco, Rudolf Steiner a principios del siglo XX y se basa en apoyar el desarrollo fisiológico, psíquico y espiritual de la persona.
“El primer nivel para el que se inventó era el artístico. Contar cuentos, actores, etcétera. Después se empezó a trabajar en los años 40 ya a nivel terapéutico al lado de médicos. Hoy día se trabajan los dos niveles”, cuenta Chubarovsky.
Dentro del lado terapéutico existen especialidades en distintas enfermedades como cáncer, cardiopatías o patologías de la voz.
Curando a través de la voz
De acuerdo con Tamara Chubarovsky, existen sonidos que masajean al cuerpo ayudándolo a relajarse o hasta a mejorar cuando existe una patología o enfermedad.
“Hay clínicas en Suiza y Alemania donde emplean esta técnica con enfermos del corazón o de cáncer. Por ejemplo, en el caso del cáncer de pulmón, el sonido de la “A” ayuda mucho pues vibra en toda esa zona estimulándola”, detalla la logopeda holística.
Por otra parte, también hay letras que son buenas para los problemas de tensión y a las arritmias en el corazón pues ayudan a subir y bajar el ritmo cardíaco controlando la respiración.
“Tuve la oportunidad de trabajar con una persona que tenía cáncer de laringe en Barcelona y se fue muy agradecida porque en verdad se marcó un antes y un después del trabajo realizado”, cuenta Chubarovsky.
De la misma forma, la experta señala que hay sonidos como los de las letras “B”, “P”, “T” y “Q” que son buenos para la oxigenación, así como para la absorción del hierro que se encuentra en el aire. Repetir frases en los que se encuentren estos sonidos ayuda.
No soy “Vero”, soy “Verónica”
Una voz excesivamente dura, o una muy suave, no es más que el reflejo de inseguridad y ésta puede ser eliminada a través de distintas técnicas basadas en la logopedia y en la terapia psicológica.
Por ejemplo, en los talleres que imparte Tamara Chubarovsky existe uno para aprender a manejar la voz y las emociones a través del nombre propio.
“Nombrarse con el nombre completo tiene mucho efecto. Decírselo a uno mismo con energía. Sentir la fuerza que tiene uno mismo, es la manera en que uno se puede dar autoestima”, subraya.
Según su teoría, hacer que los demás nos llamen por nuestro nombre completo, en lugar de un apodo o algún término cariñoso, nos brinda seguridad y coloca nuestra voz en el tono correcto.
“No es lo mismo ‘Pili’ que ‘Pilar’. ‘Pilar’ tiene fuerza y tiene una voz distinta a la que tiene ‘Pili’”, detalla la especialista.
Con esto, agrega, se manipula la forma en la que las personas se comunican llegando a controlar cada uno de sus sentimientos.
“La voz en un cuenco donde después puedo ver todas mis emociones y soy yo quien manda, no ella”, concluye la experta.