El envío de mensajes e imágenes eróticas a través del teléfono móvil o internet, el sexting, es una práctica común para las nuevas generaciones. Los expertos nos dan su opinión

El “sexting”, una fórmula habitual para ligar
  • 26 de septiembre, 2012
  • MADRID/EFE/VERÓNICA LÓPEZ

Una investigación de la Universidad de Michigan, que ha analizado el comportamiento de 3.447 jóvenes de entre los 18 y 24 años de edad, concluye que el “sexting” está muy extendido como una de las técnicas para ligar y no es percibido por ellos como un problema o una conducta sexualmente arriesgada o penalizada.

Casi la mitad de los encuestados respondieron que practicaban el “sexting” y, la mayoría de los que reconocieron recibir este tipo de mensajes, también afirmaron que los habían enviado.

Según sus autores, este es el primer estudio que conecta el “sexting” con un resultado de conducta y no tanto en su impacto en la salud como habían hecho investigaciones anteriores.

El doctor José Díaz Morfa, psicólogo y presidente de la Asociación Española de Sexología Clínica (AESC), explica que cualquier conducta sexual en sí misma no es dañina, si no el uso que se le da. “Es como cuando antes se escribía una carta erótica, hoy con los nuevos medios de comunicación se utilizan otras vías”, añade.

Para Díaz Morfa lo importante es cómo está la persona psicológicamente o cómo utiliza esta práctica y con que fines pero, según él, no tiene por qué derivar en consecuencias negativas en la salud de jóvenes o adolescentes.

“Es un fenómeno de moda y se puede considerar una conducta sexual más”,  afirma Morfa

Luis Muiño, psicoterapeuta y divulgador, coincide en que el “sexting” no tiene por qué considerarse arriesgado. “Se ve como algo negativo entre los adultos porque no conocen las formas de comunicación en las nuevas tecnologías pero para una persona joven no es algo tan extraño”, aclara.

El sexo en la era de Internet

Que la tecnología influye en nuestros comportamientos sexuales no es nuevo. Muiño explica que “cada vez que surge un nuevo medio de comunicación se cree que deshumaniza, que hace que la gente se vuelva más promiscua y esto ha pasado incluso con el teléfono”.

Internet tiene puntos positivos a la hora de relacionarnos, por ejemplo que el físico es menos importante y la velocidad del cortejo es más rápido”, asegura el experto. El principal problema de este nuevo medio sería la seguridad pero, según este psicoterapeuta, “¿quién ha dicho que es más fácil el cara a cara? Los mejores manipuladores o ‘donjuanes’ pueden resultar después más peligrosos”.

“Los jóvenes tienen sus propios mecanismos de seguridad. Por ejemplo, detectan la edad de la persona con la que están hablando en las redes sociales o chats por el lenguaje que utiliza o por las referencias musicales”, asegura el especialista.

Para el doctor Díaz Morfa, el problema está en que las nuevas tecnologías condicionan la forma que tenemos de expresarnos y afirma que “en el momento en que colocamos un material erótico en Internet perdemos el control de nuestra manifestación sexual y ya depende del uso que le den otros”, aunque también reconoce que facilita o agiliza el contacto, “muchas veces de forma impersonal”.