Los niños pueden llevar al colegio la comida de casa en una fiambrera y así las familias se ahorran el comedor escolar. Una práctica que ya es habitual en los centros de trabajo y que se incrementa en estos tiempos de crisis económica. Los expertos piden planificación para lograr un menú equilibrado

Además de resultar más económico que comer en un restaurante, hay personas que por horario, porque les sienta mal almorzar fuera a diario o simplemente por gusto, eligen llevar envasado a su trabajo el menú que han preparado en casa.
“Es un recurso que si planificamos bien no tiene por qué tener carencias nutricionales”, afirma Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, quien sí ve necesario que las personas posean “un cierto grado de educación nutricional” para escoger una dieta semanal variada y equilibrada.
El doctor recomienda que no se caiga en la improvisación y se programe un primer plato de verdura o ensalada, un segundo variando pescado, carne, huevos… y fruta pelada y troceada. Complementar con una bebida láctea o un yogur y también con zumos de frutas y de verduras en envases adecuados. Hay que evitar frituras y recurrir más a la cocción al vapor.
“Así organizamos una comida saludable y evitamos una comida monótona o siempre con las cosas que más nos gustan”, afirma Aranceta.
Cuando se cocina el día anterior, los alimentos pueden perder algo de vitaminas, pero “esa pérdida es mínima, es peor si no los consumimos”, apunta el especialista. Es preferible guardar la fruta y verduras en un refrigerador, mientras que para calentar lo mejor es el microondas porque con el menor impacto se calienta de dentro a afuera y el deterioro nutricional se limita, además de que existen en el mercado fiambreras tipo termo que mantienen el calor.
El también profesor de Nutrición Comunitaria en la Universidad de Navarra considera que en esta época de crisis en la que se incrementa el uso del táper, “es responsabilidad de las empresas y de la administración sanitaria establecer unas normas en los aspectos higiénico-sanitarios y una guía para evitar caer en errores nutricionales”.
El táper en la escuela
La crisis económica lleva a algunos padres a plantearse el ahorro del comedor escolar y mandar al niño con comida de casa en una fiambrera. Hay colegios que ante esta circunstancias han comenzado a exigir el pago de una cantidad diaria para adaptar sus instalaciones y seguir pagando la vigilancia del comedor.
En opinión de Roser Montané, directora de Cesnut Nutrición, una consultoría nutricional especializada en servicios para restauración colectiva y empresas, “con el estilo de vida actual, sin recursos en los centros para comprar frigoríficos y los padres sin tiempo, el táper presenta grandes carencias nutricionales: casi nunca hay pescado, poca verdura y sí mucho frito”.
Para la nutricionista, comer de fiambrera en la escuela “es monótono y peligroso a nivel higiénico-sanitario”, ya que la mayoría de los colegios no tienen una infraestructura preparada para almacenar todos los envases con garantías higiénico-sanitarias.
“El táper llega de casa muchas veces a una temperatura inadecuada (congelado o caliente) siendo un riesgo para la salud”, además de ser, en la mayoría de los casos, “sobras de comida que luego se recalientan en el microondas”.
En opinión del presidente de la SENC, Javier Aranceta, lo importante es que este menú envasado “no suponga una carencia en la alimentación”. El especialista considera necesario que los padres reflexionen la decisión que van a adoptar, ya que en el colegio se educa en alimentación y si existe un menú validado por un dietista se puede comer como en casa.
Obesidad infantil
La alimentación equilibrada tanto en casa como en el colegio es fundamental para luchar contra la obesidad infantil, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.
“Nos ha costado mucho que la restauración colectiva haya mejorado su planificación de menús, la materia prima, las técnicas culinarias”, explica el doctor Aranceta que valora el papel del dietista en la validación de los menús escolares establecida por la ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición de 2011 para conseguir un equilibrio en el menú colectivo. Pero también la familia debe velar por proporcionar al niño una educación nutricional que lo aleje de los kilos.
“Cocinar con amor también sirve para la salud”, apunta el doctor. Para este especialista la obesidad infantil está muy relacionada con el sedentarismo y la falta de motivación para que realice una actividad física acorde.
Consejos
La doctora Magda Carlas, del departamento de Nutrición de la Clínica Eugin de Barcelona, hace estas consideraciones en su libro “La dieta inteligente”:
- El táper puede aportar los mismos nutrientes que una comida equilibrada (carbohidratos, proteínas, grasas, fibra…).
- Los alimentos pueden perder algunas cualidades organolépticas al estar preparados con antelación.
- Existe riesgo de ser reiterativo en el menú, la variedad es fundamental para comer equilibradamente.
- Mejor utilizar ingredientes que aguanten bien a temperatura ambiente.
- El aderezo es mejor añadirlo a la hora de comerlo, no antes.
- El postre puede ser fruta, yogur, queso, frutos secos…
- Es aconsejable rociar las ensaladas o verduras con zumo de limón para evitar que ennegrezcan.
- Lo mejor es un tentempié a media mañana, una comida liviana en el táper y una merienda unas tres horas después.
- Consumir el táper en un ambiente tranquilo y en una mesa adecuada.