Aunque más del 80% de los fallecimientos por cáncer de pulmón se anoten en la casilla del tabaquismo, podemos señalar otros factores de riesgo a tener en cuenta: la herencia genética familiar; ser fumador pasivo; la inhalación de sustancias industriales (amianto -asbesto-, cadmio, hollín o alquitrán); de gases como el radón o el respirar partículas …
Informativo SEOM: contra los provocadores del cáncer de pulmón
Aunque más del 80% de los fallecimientos por cáncer de pulmón se anoten en la casilla del tabaquismo, podemos señalar otros factores de riesgo a tener en cuenta: la herencia genética familiar; ser fumador pasivo; la inhalación de sustancias industriales (amianto -asbesto-, cadmio, hollín o alquitrán); de gases como el radón o el respirar partículas cancerígenas que contaminan nuestro medio ambiente urbano.
La doctora Aitana Calvo Ferrándiz, médica oncóloga del Hospital Universitario Gregorio Marañón, y el doctor Guillermo Velasco Oria de Rueda, médico oncólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre, ambos secretarios científicos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), exponen una verdad oncológica absoluta: “contra los factores de riesgo, factores de protección”.
El cáncer de pulmón -microcíticos (células pequeñas) y no microcíticos (adenocarcinomas, escamosos y carcinoma de células grandes)- es uno de los más prevalentes en todos los países del mundo, según los datos facilitados por GLOBOCAN 2018, y es el que causa un mayor número de muertes, alrededor de 1,8 millones (18,4% del total de fallecimientos por cáncer); pero no es lo peor: es el que más crece anualmente, con alrededor de 2,1 millones de casos nuevos.
Por géneros, el cáncer de pulmón es más común en hombres -14,5%- que en mujeres -8,4%-, siendo la principal causa de muerte por cáncer en hombres: se cobra una de cada cinco vidas. Aún así, la incidencia y mortalidad en mujeres no deja de crecer: ya es número 1 mortal en 28 países de zonas geográficas como norte de América, occidente y norte de Europa, China, Australia y Nueva Zelanda.
Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de pulmón provocó solo en 2017 más de 275.000 fallecimientos en toda Europa. En España se detectan más de 28.000 nuevos casos anuales y, si la tendencia no cambia, en 2035 se superarán los 40.000 diagnósticos, muchos en estadios avanzados.
Ante factores de riesgo del cáncer de pulmón, factores de protección
Por tanto, la mejor forma de luchar contra el cáncer de pulmón es dejar de fumar, ya sean cigarrillos o cigarros, en pipa, incluso porros con mezcla de tabaco y marihuana; establecer cuantas medidas medioambientales sean necesarias para no contaminar y descontaminar el aire que respiramos; e implementar tecnologías de vanguardia y mejores normativas laborales de prevención ante sustancias que provoquen tumores malignos en los pulmones de los trabajadores y trabajadoras.

Protección contra el gas radón
El radón, segunda causa de cáncer de pulmón, es un gas radiactivo de origen natural cuya presencia en las viviendas, en grandes concentraciones, eleva el riesgo de padecer un tumor. Incoloro e inodoro, producto de la desintegración del uranio y del torio, está presente en casi todos los suelos y rocas. Puede penetrar en las viviendas por grietas, poros en el suelo o a través de las tuberías y conductos.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva casi cuatro décadas advirtiendo de los efectos del radón, los expertos reconocen que el nivel de conocimiento del público en general es muy bajo.
“Es un potencial riesgo para la salud y deberías saber si estás en riesgo y, si lo estás, tienes que luchar contra el radón, responsable del 40% de media de la dosis de radiación que recibe una persona”, insisten desde la OMS, ya que la gente se preocupa más de la radiación que procede de operaciones nucleares industriales, pese a suponer un riesgo mucho menor.
La OMS estima que entre el 3% y el 14% de los casos de cáncer de pulmón son atribuibles al radón y es la primera causa de esta enfermedad entre quienes no han fumado nunca. Quienes fuman y están expuestos al radón tienen mucho más riesgo que aquellos expuestos a una sola fuente: 25 veces superior.
Protección contra el amianto
La presencia de amianto en algunos vagones del Metro de Madrid –underground– y el diagnóstico de asbestosis a uno de sus trabajadores ha vuelto a poner en el foco informativo este material, prohibido en España desde 2002 por su carácter cancerígeno. Se cree que quedan 2,6 toneladas por todo el país y que, según los expertos, seguirá matando hasta 2040.

Debido a su fortaleza y a su propiedad ignífuga, el amianto fue profusamente empleado como material aislante y puede encontrarse en paredes, tejados, conducciones eléctricas, de agua, de calefacción y de gas.
La principal vía es la inhalación de sus fibras microscópicas suspendidas en el aire contaminado, bien en el entorno laboral donde se manipulan esos materiales, como en el interior de viviendas o en locales construidos con ellos.
Entre 2007 y 2011, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España, 1.297 personas fallecieron por esa causa (925 hombres y 372 mujeres).
Además, las estimaciones señalan que el 4% de las 101.906 personas fallecidas en el mismo período por cánceres de pulmón lo contrajeron por exposición al amianto.
La contaminación del aire que respiramos
La contaminación atmosférica es un problema de alcance local, regional e internacional. Hay diversas fuentes, tanto naturales como de origen humano: consumo de combustibles fósiles para generar energía o transporte; procesos industriales; agricultura; tratamientos de residuos; erupciones volcánicas o polvo arrastrado por el viento.
Dependiendo del origen, generan unos u otros contaminantes; en las ciudades aparecen principalmente cuatro: partículas en suspensión (PM10 y PM2.5), óxido de nitrógeno, ozono e hidrocarburos aromáticos policíclicos; y cada uno de estos contaminantes predomina más o menos según la época del año.

Según informa la Agencia Europea del Medio Ambiente, las partículas en suspensión PM2.5 son de las más peligrosas para la salud humana: causarían unas 400.000 muertes prematuras al año en los 28 países de la UE, 16.000 en España.
El 35% del origen de estas partículas está en los coches, 20% en la industria y 15% en la construcción.
El caso del hollín
La carbonilla (hollín) contiene compuestos “altamente cancerígenos”. No es bueno respirar la carbonilla porque tiene cantidades importantes de hidrocarburos aromáticos policíclicos, un compuesto orgánico que se encuentra en el petróleo, en el carbón y en depósitos de alquitrán.
Dentro de estos hidrocarburos, hay algunos que son más cancerígenos todavía, como el benzopireno que se forma en la combustión de cualquier materia orgánica.

Debe estar conectado para enviar un comentario.