La noticia ha hecho saltar todas todas las alarmas, algunos de nuestros adolescentes practican juegos sexuales de alto riesgo como el llamado juego del muelle o ruleta rusa. Los chicos se sitúan en círculo y mientras mantienen la erección, las chicas se sientan sobre ellos alternativamente cada 30 segundos para forzar la penetración. Pierde el que primero eyacula

Juegos sexuales: en el “muelle” pierde el que primero eyacula
EFE/Nina Tramullas
  • 2 de febrero, 2017
  • EFE/MADRID/PILAR GONZÁLEZ MORENO

Ante esta y otras realidades como la relajación en el uso del preservativo, una mayor promiscuidad o las adicciones sexuales tempranas, los especialistas alertan sobre el aumento de enfermedades de transmisión sexual y embarazos tempranos.

También coinciden en señalar que  la educación sexual en España es todavía un asignatura pendiente y aclaran: la educación sexual no es sexo es conocimiento, y en contra de lo que se piensa no sólo no implica un adelanto en el inicio de las relaciones sexuales coitales, sino que lo retrasa.

La conducta transgresora es inherente a la etapa de la adolescencia, pero este tipo de conductas como el  juego del muelle, aunque minoritario, y su grado de peligrosidad vienen “muy provocadas” por el modelo actual de sociedad y de familia en la que vive el joven, según el psicólogo Jorge López Vallejo.

La familia

De acuerdo con López Vallejo hay dos modelos familiares que son los que tienen más riesgo de que sus hijos caigan en estas conductas adictivas o transgresoras. Y estos dos modelos son los autoritarios o los muy laxos.

En el autoritario, los valores que se aplican están basados en la prohibición, lo que empuja al adolescente a sentir la necesidad de transgredir y descubrir que le están prohibiendo, o los muy laxos y muy democráticos que entienden la educación de sus hijos en base a la libertad y el crecimiento personal sin ninguna instrucción, inspección, sin ningún valor, con lo que los niños ”navegan sin rumbo en un mundo actualmente cargado de tentaciones”, y más al alcance de la mano que en el pasado.

También esta el modelo intermitente, la familia que cambia de criterio al ver que un modelo no le funciona, o aquella en la que el padre es muy autoritario y la madre muy laxa, o la que predica una cosa pero luego en su día a día hace lo contrario.

Y la clave a la solución de los problemas con adolescentes, sostiene el psicólogo, no está tanto en intervenir sobre los adolescentes sino sobre el modelo que han adoptado las familias.

Sucede además que los padres son los últimos en enterarse de que los hijos están practicando conductas sexuales de riesgo.

Exposición motivos sexuales
EFE/Horacio Villalobos

Los hijos

El perfil más común de los jóvenes y adolescentes que llevan a cabo conductas transgresoras es el de un chico/a que no obedece, no estudia, tiene su su cuarto desordenado, o es brusco y desagradecido, llega tarde a casa, fracasa en el colegio, se rodea de malas compañías, probablemente consume drogas, y está a punto o ha entrado ya en conflicto con la ley.

Pero también está el perfil del adolescente que no es transgresor pero tiene una fuerte pertenencia de grupo, y no quiere ser rechazado o excluido por la pandilla y lo hace porque el resto de sus amigos lo hacen, para no ser diferente y por mantener el sentimiento de pertenencia.

Las conductas transgresoras en este último grupo les producen un gran impacto por el conflicto emocional que les supone hacer algo que realmente no sienten la necesidad de llevar a cabo.

Hay un tercer grupo, según el psicólogo, caracterizado por una base adictiva y placentera, consumidor de estupefacientes y alcohol.

Adictos al sexo

En cuanto a los adolescentes adictos al sexo, el perfil de los que acuden hoy a tratamiento suele estar entre los 18 y los 21 años, y sus actividades no las viven como algo negativo, según López Vallejo, sino como algo que forma parte de su vida. Solo se sienten culpables por los efectos que tiene su conducta sobre su familia más directa, especialmente los abuelos.

Pero ellos no tienen sensación de frustración o una decepción o tristeza, porque su acción está basada en el placer y un sentimiento de placer es difícil que provoque un sentimiento de culpabilidad hasta que no llegas a casos extremos.

juegos sexuales como el "muelle"
EFE/Nina Tramullas

En su consulta , los adictos al sexo llegan en estadios muy evolucionados porque es muy difícil descubrirlo. Normalmente esta adicción está vinculada a la adicción a internet, “a cualquier hora, en cualquier momento”.

Los padres son los últimos en darse cuenta de esto y vienen a la consulta porque detectan que existe un problema que afecta al entorno escolar y a su hijo.

Educación sexual

Para López Vallejo la educación sexual no debe impartirse solo en los colegios, también desde la familia y de “una manera sana, limpia, transparente, sin disfraz sin escenarios, con calidad…”

También para la sexóloga Rosa Jurado López es primordial la educación sexual y el hecho de no abordarla  ni en los colegios, ni en ningún tipo de canal pedagógico de forma institucionalizada “ya es hacer educación sexual en negativo”.

A sus juicio, al obviar el tema de la sexualidad se está transmitiendo el mensaje de que no es importante, “que no afecta a la salud personal ni poblacional, incluso que es algo oscuro de lo que no se habla”.

Así, indica, el modelo de sexualidad que los jóvenes conocen es el que pueden ver mediante el consumo de material pornográfico, “y ya sabemos que las relaciones orgiásticas forman parte del imaginario de la erótica humana desde la antigüedad. Ellos están imitando lo que nosotros les estamos enseñando; la innovación está sólo en el nombre”.

“Está científicamente probado que la implementación de programas de educación sexual en adolescentes no sólo NO implica un adelanto en el inicio de las relaciones sexuales coitales, sino que retrasa su inicio y aumenta el uso de preservativo y de métodos anticonceptivos.”

Riesgos para la salud

Para la doctora Silvia Poyo, especialista en patología cervical del Hospital Quirónsalud San José, “la adolescente tiene la vivencia del ‘no riesgo’, lo que la lleva al uso de métodos anticonceptivos que no son ni muy regulares ni muy seguros y esta circunstancia, unida al cambio en los últimos años en la conducta sexual de los adolescentes, “ha llevado a un incremento de los embarazos no deseados y de las enfermedades de transmisión sexual (ETS)”.

Carmen Pingarrón, jefa de grupo de ginecología y oncología ginecológica de este mismo hospital, refiere que efectivamente hay un aumento de todas las ETS y que más del 50% de estas enfermedades se producen en gente joven, de entre 20 y 35 años.

Enfermedades que provocan los juegos sexuales como el del "muelle"

Hay varios factores que han influido como la pérdida del miedo al SIDA y por consiguiente un menor uso del preservativo, el aumento de la promiscuidad sexual, o la práctica de juegos sexuales de riesgo, como el del muelle, aunque estos últimos, señala, son prácticas “minoritarias”.

Otros factor que favorece las ETS es que las niñas tiene mucha tendencia a depilarse el vello público y es una factor muy importante para el aumento de la verrugas genitales.

Las ETS se pueden clasificar en tres grupos: la virales, que según la especialista son las más frecuentes: virus del papiloma humano, herpes y VIH, aunque este último ahora se ve menos.

Las bacterianas: las sífilis, gonorreas, clamidias.., que son muy frecuentes , y por último están las parasitarias: tricomonas y las sarnas, y los piojos del pubis que también existen.