El 45% de los mayores de 100 años, estudiados por la Sociedad Española de Cardiología y otros investigadores españoles, gozan de un buen estado de salud gracias a la herencia genética y por haber seguido hábitos de vida saludables

El estudio, publicado recientemente en American Heart Journal, ha sido realizado por investigadores de nueve hospitales españoles, de la Universidad Europea de Madrid y de la Universidad Complutense de Madrid y en el que ha participado la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Los expertos han analizado la salud de 118 centenarios (28 hombres y 90 mujeres) de nueve centros médicos españoles, con una media de edad de 102 años a los que se les realizó un seguimiento mínimo de seis meses evaluando su estado cognitivo, nutricional, la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, la comorbilidad y la capacidad para realizar actividad física.
Además, se llevaron a cabo estudios analíticos, 103 electrocardiogramas y 100 ecocardiografías.
El estudio puntuó en 8 o más sobre cien a casi la mitad de los ancianos estudiados y la conclusión es que el buen estado de salud se explica porque más de dos tercios de los mayores de 100 años han seguido hábitos de vida saludables antes y después de los 65 años.
Además, la mayoría tiene o ha tenido un familiar de primer grado (padre, madre o hermanos) que ha vivido más de 90 años. Así, tanto la genética como los hábitos de vida juegan un papel importante en la longevidad de las personas.
El corazón, en el centro de la mala salud
Los resultados de las pruebas mostraron que uno de cada cuatro centenarios sufre fibrilación auricular y que más de la mitad de ellos padece regurgitación aortica, es decir, presentan un reflujo de sangre hacia la cavidad izquierda del corazón por un mal funcionamiento de la válvula aórtica.
Además, en los electrocardiogramas se observó que un 76% de los centenarios muestran alguna anomalía en la prueba, más hombres que mujeres, que además tienen tasas más altas de consumo previo de alcohol (un 24%) y de tabaco (un 14%).
Así los centenarios hombres habían puntuado con cifras más bajas el estado de su salud y tenían menos capacidad para andar seis metros, solo un 33% podía hacerlo sin problemas.
Según el doctor Manuel Martínez-Sellés, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC y coautor de este estudio, “es lógico que el envejecimiento del corazón también se acompañe de algunas anomalías, habitualmente no graves, ya que, a medida que va pasando el tiempo, el corazón de estas personas se vuelve más rígido. Aún así, este puede seguir realizando su función correctamente”.
El cardiólogo considera que con las conclusiones del estudio, “una vez más, se demuestra que el corazón de la mujer es mejor que el del hombre. De hecho, en los hombres centenarios las alteraciones son prácticamente universales, mientras que en el caso de las mujeres esta universalidad no se da y parece que se observa cierta protección”.
En el año 2011 había en el mundo 317.000 ancianos de más de 100 años, una cifra que está incrementando sustancialmente año tras año. Se calcula que en 2050, el número de centenarios ascenderá a más de tres millones, llegando a superar los 17 millones a finales de siglo.

“El número de centenarios crece año tras año, cada vez es más habitual tener pacientes de avanzada edad en consulta. Precisamente la importancia de este trabajo reside en poder arrojar luz para lograr tratar mejor a estos pacientes. Además, los centenarios son un paradigma de la longevidad, ya que estudiando su corazón podemos ver cómo envejecemos”, indica doctor Martínez-Sellés.
Japón, país de longevos
El pasado 1 de abril murió con 117 años la persona más longeva del mundo, la japonesa Misao Okawa quien había contado que su secreto era vivir sin estrés, dormir al menos ocho horas diarias y comer lo que más le gustaba. Hasta los 110 años, Misao Okawa era capaz de valerse por sí misma.
El hombre más viejo del mundo es también un japonés, Sakari Momoi, que celebró su 112 cumpleaños el pasado 5 de febrero.
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