Ni tampoco una mala racha; es una enfermedad caracterizada por una gran tristeza y con un importante riesgo de suicidio. El estrés y sucesos vitales traumáticos, entre otros, son los culpables de que sufran depresión un millón y medio de personas en España, 120 millones en todo el mundo

La depresión no es una mala época
EFE/EPA/Mauricio Dueñas
  • 8 de enero, 2013
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Existe falta de rigor en la sociedad a la hora de utilizar la palabra depresión y este hecho puede entrañar riesgos, como “no dar importancia a ciertos signos de alarma o actuar de forma incorrecta hacia el paciente, atosigándole, lo que merma todavía más su autoestima”, explica el doctor Narcís Cardoner, Psiquiatra del Hospital Universitari de Bellvitge (Barcelona).

Por ello, la Organización Médica Colegial de España y Lilly editan los “Consejos psicoeducacionales para pacientes con depresión” para orientar a los que sufren esta enfermedad; y la “Guía de Buena Práctica Clínica en Psicoeducación en pacientes con depresión” para ayudar a los médicos de Atención Primaria en su labor educativa. Estas son las claves:

La depresión es una enfermedad psiquiátrica caracterizada por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad de una persona para trabajar, estudiar, comer, dormir y disfrutar de lo que fueron en el pasado actividades placenteras.

  • Sus principales síntomas son:

Emocionales: tristeza, anhedonia (incapacidad para sentir placer o felicidad en respuesta a actividades comúnmente placenteras), pérdida de interés, sentimientos de culpabilidad, ansiedad, disminución de la capacidad de concentración y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

– Ansiosos: la mayoría de los pacientes deprimidos tienen cierto componente de ansiedad, presentando síntomas como irritabilidad, falta de concentración, fobias y/o alteraciones psicomotoras.

– Somáticos: manifestaciones orgánicas que pueden aparecer en forma de alteraciones del sueño y/o del apetito, fatiga o poca energía, agitación psicomotriz o dolores de la espalda, hombros y cuello.

Cuidado, mujeres

  • Entre un 20 y un 25% de los adolescentes que sufren depresión tienen antecedentes familiares con este problema. Los hijos de padres con depresión presentan una probabilidad entre 3 y 4 veces mayor de desarrollar este trastorno.
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  • El estrés continuo y los acontecimientos vitales traumáticos tienen un papel fundamental en la aparición de la depresión. Puede heredarse cierta predisposición a padecer la enfermedad.
  • La prevalencia de la depresión es dos veces superior en la mujer que en el hombre. Esta diferencia que se observa durante la edad media de la vida, no se aprecia en la infancia y desaparece en la vejez.

Fármacos sí, con control

  • El 80% de los pacientes que reciben tratamiento afirman haber mejorado considerablemente su calidad de vida. A pesar de la importancia del cumplimiento del tratamiento, un 30% de los pacientes abandonan el tratamiento durante el primer mes y hasta un 50%, en el tercer mes.
  • El 60% de las depresiones suelen presentar al menos una recaída en el futuro. Dos años después de haber sufrido un cuadro depresivo, el riesgo es de entre el 30 y el 50%.

La depresión produce la mayor disminución en salud en comparación con otras enfermedades crónicas como artritis, asma o diabetes.

  • Muchos pacientes con depresión piensan en la muerte, en desaparecer como única manera de acabar con el sufrimiento. Si existen ideas de suicidio, el tiempo es un factor clave. Hay que esperar antes de actuar. La percepción de los problemas cambia con el paso de los días.
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  • Deprimirse no forma parte natural ni es una característica propia del envejecimiento.
  • La psicoterapia es un tratamiento efectivo de la depresión. Puede ser recomendable la combinación con tratamiento farmacológico.
  • En la depresión intervienen factores biológicos que sufren cambios; los fármacos actúan sobre estos cambios para compensarlos o normalizarlos.
  • Los antidepresivos son fármacos para el que actúan sobre los neurotransmisores, sustancias que regulan la actividad cerebral permitiendo la transmisión de la información entre las células nerviosas.
  • Los antidepresivos no provocan adicción o dependencia. El tiempo de efectividad de estos fármacos oscila entre las 2 y 4 semanas. El no cumplimiento del tratamiento incrementa el riesgo de que la evolución de la depresión sea negativa.

Levántate y anda

  • La depresión por definición “quita las ganas”. Hay que evitar la inactividad. Practica ejercicio físico; el cuerpo segrega endorfinas y encefalinas, “antidepresivos naturales”.
  • No se aísle. No tome decisiones importantes mientras esté deprimido. No hable únicamente de su situación. Acepte la ayuda de su familia y amigos pero acuda a un profesional.
  • Según la OMS, la depresión es actualmente la tercera enfermedad en importancia causante de discapacidad en el mundo; prevé que en 2020 se convertirá en la segunda enfermedad con mayor carga social y que supondrá un 15% de toda la carga por enfermedad.