“La leche materna es el alimento ideal para todos los recién nacidos, más aún si el bebé padece alguna enfermedad o ha venido al mundo con prematuridad extrema; un grupo heterogéneo de bebés en situación adversa que necesitan esta leche natural para lograr el alta hospitalaria sin aumentar sus ya graves desventajas al nacer”, dice el doctor Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología en el Gregorio Marañón de Madrid

La leche materna como alimento y medicina neonatal irremplazable

La leche materna como alimento y medicina neonatal irremplazable

"Por este motivo, el objetivo irrenunciable de nuestra Unidad de Nutrición Personalizada es que cada bebé hospitalizado tome siempre la leche de su propia madre o leche donada de otra mamá, pasteurizada, que cumpla las propiedades esenciales para conseguir el mejor desarrollo neonatal posible; es decir, una leche específica para cada semana de crecimiento que también sea sinónimo de medicina inmunológica", expone.

La UNP del Hospital Gregorio Marañón, desde el inicio de este programa en marzo de 2018, ha procesado 1.023 litros de leche donada procedente de 230 madres donantes, siendo 450 los bebés beneficiados. Tras el inicio de su actividad, se ha logrado aumentar la tasa de alimentación por leche materna de la propia madre y que el 100% de los nacidos con menos de 1.500 gramos hayan recibido alimentación exclusiva con leche de sus propias madres o con leche donada.

Además, con la UNP casi se ha conseguido que desaparezca la enterocolitis necrotizante -inflamación grave del intestino grueso- y se ha comprobado una mejoría general del estado nutricional tras el alta de estos pacientes, a la par que una reducción significativa de las infecciones adquiridas en el ambiente hospitalario: "Lo que refuerza, muy probablemente, que el enfoque de alimentación enteral personalizada del recién nacido de alto riesgo incorpora grandes beneficios", subraya el Dr. Sánchez Luna.

Leche maternal cruda almacenada-efeLas propiedades únicas de la leche materna

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la leche materna como la única fuente nutricional para los nacidos a término durante los seis primeros meses de vida. Son muy pocas las situaciones o excepciones en las que la alimentación al pecho de la propia madre puede ser difícil de mantener o pueda estar contraindicada.

En ausencia de leche de la propia madre, se ha convertido en fundamental la leche donada que provenga del excedente de otra mujer que haya dado a luz, a término o no. Un hecho que ha generado la creación de bancos de leche que sirvan para ofrecer leche materna a los recién nacidos cuyas madres no disponen de la cantidad adecuada o no puedan hacerlo por indicación médica.

Se sabe que la leche materna cambia su composición, según avanzan los días de amamantamiento tras el parto, con el fin de adaptarse a las necesidades del desarrollo de su bebé; y cambia no solo por equilibrar sus valores nutricionales, sino también para fomentar el desarrollo de un microbioma específico y prevenir infecciones.

La composición del calostro -leche materna de los primeros cuatro o cinco días de vida del bebé- es crítica en esta función inmunológica, ya que aporta, fundamentalmente, proteínas, biológicamente activas y sin poder nutricional, células, básicamente inmunológicas, y azúcares con acción prebiótica, que favorecerán el asentamiento de una flora lactófila que, a su vez, protegerá al bebé contra el desarrollo de bacterias con un potencial papel patógeno.

El cambio en la composición del calostro hacia la leche de transición, y después a leche madura, incluye un alto aporte inicial de proteínas y menor contenido en grasas, que posteriormente irá modificándose para aumentar el contenido lipídico y disminuir el proteico según aumentan las necesidades de volumen total de leche.

"Estos cambios en la composición de la leche materna, descubiertos en el siglo XX, son especialmente notables y llamativos, también, según el momento del parto en relación a la edad gestacional del feto; unas propiedades admirables que se han conocido más recientemente", explica el Dr. Sánchez Luna.

La composición de los macronutrientes, y el perfil de los mismos, es diferente, por lo tanto, en cada leche materna. Tras el parto, la biología de la madre adapta estos nutrientes necesarios para su hijo de forma individualizada, muy especialmente según la edad gestacional del recién nacido.Botes de conservación de leche materna, donada y pasteurizada

"La leche materna no solo varía en su composición tras el parto, con cada episodio de amamantamiento o por el método de extracción, conservación y almacenaje, sino que también se va modificando en combinación con la edad gestacional del feto", destaca.

"Para los bebés nacidos prematuramente, la leche de sus madres, especialmente de transición, contiene mayores niveles de proteínas, sodio, cloro, calcio, zinc, cobre y folatos que la leche fresca de madre de un nacido a término", especifica.

Ofrecer leche donada a recién nacidos de muy bajo peso, cuyas madres no pueden alimentar a sus hijos, ha supuesto una ventaja evidente para estos bebés. Diferentes estudios han demostrado que la administración de esta leche donada reduce el riesgo de complicaciones neonatales, como la enterocolitis necrotizante, en comparación con los bebés que han recibido un preparado de fórmula artificial.

Leche de mamá o de otra mamá, pero que sea la apropiada en cada semana gestacional

Los pequeños y pequeñas que reciben leche donada, sin embargo, no obtienen los mismos beneficios que los bebés que se alimentan de la leche de su propia madre. Esta realidad puede deberse, en parte, a los procesos de manipulación, pasteurización, enfriamiento y congelación, entre otros motivos.

"Es posible que el hecho de que la mayoría de las leches procedentes de donaciones, mezclas de leches de mamás con partos a término, que, además, son, en gran medida, de diferentes donantes y que se obtienen cuando la lactancia está bien establecida -leche madura-, esté influyendo de forma negativa en obtener todos los beneficios inherentes a la leche de la propia madre", observa el neonatólogo.

Con la leche materna se consigue, a corto plazo, un menor riesgo de padecer una infección, una enterocolitis necrotizante (ECN o NEC) y una mejor tolerancia enteral; a largo plazo, mejores resultados en neurodesarrollo y previene el riesgo óseo y cardiovascular: "Nos referiremos, en concreto, a los prematuros nacidos con edad gestacional inferior a 32 semanas y con menos de 1.500 gramos de peso -apunta-; muy especialmente a los que nacen antes de la semana 28 y con un peso inferior a los 1.000 gramos".

Estos bebés prematuros nacen en un momento de la gestación en el que su crecimiento es rápido y su desarrollo orgánico es complejo, con un intestino aún inmaduro y funciones metabólicas deficitarias que hacen difícil acumular los nutrientes necesarios y el balance adecuado entre la ingesta de líquido y la producción de orina.

"La absorción y la biodisponibilidad de los diferentes tipos de leche varía ampliamente, pero, en general, es mayor cuando se utiliza leche fresca de madre en lugar de fórmula para prematuros o leche de madre donada de banco de leche estándar", plantea el neonatólogo.

"La leche materna fresca es la opción alimenticia más segura para un bebé. No hay evidencia empírica de que retrasar su inclusión, en pequeños volúmenes, sea beneficioso para la salud del bebé. Es más, introducirla precozmente hace que los bebés alcancen antes la nutrición enteral exclusiva -directamente al tracto gastrointestinal mediante sonda-, con menor tiempo de utilización de la nutrición parenteral -intravenosa-, sin aumentar el riesgo de NEC y sin evidencia de que un retraso disminuya dicho riesgo", apunta.

"Además, los requerimientos nutricionales cambian con el paso del tiempo; los prematuros con menos de 1.500 gramos de peso, en particular, acumulan déficits nutricionales durante las primeras semanas de vida; lo cual incide en la necesidad de planificar una nutrición personalizada que supere ese retraso para conseguir el “catch-up” o nivel óptimo en su crecimiento", añade.

La leche materna de banco de leche procede, generalmente, de madres de neonatos a término que están lactando (lactancia establecida), por lo que la composición de esta leche es similar en el bajo contenido de nutrientes (en relación con el calostro y la leche de transición) que se puede encontrar en la leche madura.

Una enfermera especializada en neonatología manipula la leche maternal donada para bebés prematuros o que no pueden recibir leche materna de su propia madre y están hospitalizadosEl almacenaje y el procesamiento de la leche materna donada altera algunas de las propiedades inmunológicas y nutricionales

  • El almacenaje en un refrigerador a 4 ºC durante 24 horas produce una pérdida de vitamina C (40%), lisozima (40%), lactoferrina (30%), actividad lipasa (25%) e inmunoglobulina IgA (40%). La actividad fagocítica de la leche se reduce (40%) y aumenta el número de elementos celulares. También, se produce un incremento llamativo de ácidos grasos libres.
  • Congelar a -20 ºC durante 3 meses altera los componentes de la leche. Produce un pequeño descenso en la IgA total (3%) pero no en las específicas y sin cambios en lactoferrina. Reduce la concentración de lisozima hasta un 20% y prácticamente se destruyen las células blancas.

Debido al potencial riesgo de transmisión de enfermedades virales, la leche de madre donada debe ser pasteurizada

La técnica Holder de pasteurización es el método empleado más habitual (62,5 ºC durante 30 minutos), lo cual también conlleva una pérdida variable de los componentes de la leche: inmunoglobulinas específicas IgA (20-50%), IgA total (0-50%), lactoferrina (0-65%), lisozima (0-65%), linfocitos (100%), lipasa (100%), y fosfatasa alcalina (100%).

Además, disminuye la concentración de citoquinas -proteínas que regulan la respuesta del sistema inmunológico-, y parecen prevalecer las citoquinas proinflamatorias sobre las antiinflamatorias.

"La leche donada, por tanto, debido a la manera por la cual se procesa y se almacena, pierde de forma significativa algunas de sus propiedades, y, consecuentemente, las ventajas que se asocian con la leche fresca de la propia madre. Sin embargo, la presencia de oligosacáridos de cadena media no se ve afectada por estos procesos", asegura el Dr. Sánchez Luna.

"Hoy sabemos que estos oligosacáridos son diferentes en cuanto a la cantidad y presencia de algunos de ellos según la edad gestacional, lo que pudiera conferir un valor de protección específico por su valor prebiótico", considera.

Nuevo concepto para individualizar la alimentación del recién nacido de alto riesgo: "Basándonos en la evidencia científica y con el objetivo de proteger, promover y apoyar la lactancia materna para la más óptima nutrición de nuestros pacientes, alentamos a las madres que desean lactar para que se estimulen adecuadamente durante la primera semana de vida con el objetivo de establecer una lactancia con leche madura a partir de la segunda semana", establece.

"Así, cuando la mamá haya alcanzado este propósito natural para su recién nacido, y resulte alguna cantidad sobrante de leche fresca -recalca-, pueda ser esta ofrecida a una reserva de leche, clasificada según la edad gestacional y siguiendo los pasos de un protocolo de actuación: leche donada segura y adecuada a la edad gestacional; añadiendo, a continuación, los suplementos nutritivos necesarios en base a las características clínicas de cada bebé".

Dr. Manuel Sánchez Luna-efe
Conclusión del doctor Manuel Sánchez Luna: "La Unidad de Nutrición Personalizada del Hospital Gregorio Marañón trata los excedentes de la leche materna donada por una madre que tiene a su hija o hijo hospitalizad@. Esta leche donada, almacenada sin mezclar con otras leches, se clasificada según el momento del parto y la edad gestacional del recién nacido. Esta leche se identifica y se mantiene su trazabilidad tras los procesos de pasteurización, análisis microbiológico y nutricional, por si fuese necesario retornarla a la propia madre donante en algún momento de la hospitalización de su bebé. La leche donada es necesaria para alimentar a otros bebés y, en muchas ocasiones, salva vidas". Fotografías de David Talles

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