El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos y catedrático de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), comenta tres eventos cardiovasculares en el Noticiero del Corazón: “Como le ha sucedido al jugador de fútbol Íker Casillas, al salir vivo de un infarto agudo de miocardio hay que regresar …
Noticiero del Corazón: “Postinfarto, accidentes cardiocerebrovasculares en el trabajo y prevención veraniega”
El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos y catedrático de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), comenta tres eventos cardiovasculares en el Noticiero del Corazón: “Como le ha sucedido al jugador de fútbol Íker Casillas, al salir vivo de un infarto agudo de miocardio hay que regresar al trabajo con todas las garantías de salud constatadas; de hecho, la prevención cardiocerebrovascular tanto está en las medidas de vigilancia sistemática en el ámbito laboral como en evitar situaciones de riesgo, por ejemplo en época estival o durante los viajes a cualquier rincón del mundo”.
Postinfarto de un trabajador, como Íker Casillas

El jugador de fútbol español más laureado, Íker Casillas, leyenda del Real Madrid y de la Selección, ganadora del Mundial de Sudáfrica 2010, anunció que no continuará como portero y que formará parte del staff del F.C. Oporto debido al infarto agudo de miocardio que sufrió durante un entrenamiento con el club portugués el pasado 1 de mayo.
Tras ser sometido a un cateterismo y a la colocación de un stent (mecanismo para recuperar arterias obstruidas), su continuidad como cancerbero era muy complicada, ya que se trata de un deporte de elite en el que la intensidad del juego o los encontronazos con los rivales, el césped, los postes paralelos de la portería o sus propios compañeros, podrían poner en riesgo su vida.
Desde el primer momento, los responsables médicos del Oporto aseguraron que el guardameta no tendría secuelas, puesto que fue atendido como mucha rapidez y eficacia.
“La angioplastia coronaria fue todo un éxito y los daños del infarto en el músculo cardíaco fueron escasos debido al tratamiento precoz y realmente eficaz”, señala el doctor Carlos Macaya en reconocimiento a sus colegas lusos.
Aún así, otros especialistas ponían en duda la continuidad del cancerbero como futbolista en activo, ya que un infarto de miocardio requiere reposo y el proceso de recuperación es lento.
“Como en el caso de cualquier trabajador o trabajadora, sean administrativas, conductores de camión, ingenieras o ejecutivos, el proceso de rehabilitación cardíaca, que se lleva a cabo después del tratamiento de urgencia y la hospitalización, dura dos o tres meses, una fase en la que cicatrizan las heridas causadas por el infarto en el corazón”, explica el cardiólogo.
“A continuación, el especialista valorará, en función del daño cardíaco, las posibilidades de reincorporación del paciente a su puesto laboral, ya sea de manera parcial, completa o, incluso, si deberá acceder a una jubilación anticipada”, destaca.
Afortunadamente, hoy en día, son muchas las medidas humanas y tecnológicas de resucitación implantadas en la sociedad: instalación de desfibriladores semiautomáticos o automáticos -reanimación cardíaca- en zonas comerciales, calles muy concurridas o en sedes empresariales; educación en RCP (reanimación cardiopulmonar), Servicios de Emergencias 112 o cualesquiera otros, laboratorios de hemodinámica abiertos durante 24 horas y 365 días en los centros hospitalarios:
“El tratamiento precoz del infarto, casi siempre exitoso, consigue que una gran mayoría de pacientes, como Íker Casillas, regresen a su puesto de trabajo; aunque en el caso particular de Íker sea, de momento, de forma parcial”, concluye el doctor Carlos Macaya.

Casi un 40% de muertes por accidente cardiocerebrovascular en el ámbito laboral
Un total de 167 personas en España han perdido la vida en lo que va de año mientras estaban trabajando o se dirigían a su puesto de trabajo. Así se desprende de la estadística de accidentes de trabajo, elaborada por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, correspondiente a los primeros meses de 2019 (enero-abril).
El 38,3% de esas muertes se debió a infartos y derrames cerebrales, que se sitúan como la primera causa de muerte laboral en nuestro país.
Conscientes de esta problemática y con el objetivo de promover hábitos cardiosaludables en el entorno laboral, la Fundación Española del Corazón (FEC), con la colaboración de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), ponen en marcha por segundo año consecutivo su programa de formación a empresas, dirigido a mandos y directivos de las áreas de recursos humanos, prevención de riesgos laborales y responsabilidad social corporativa.
El programa abordará, entre otros, la importancia de la motivación y el control del estrés. Y es que, como recuerda el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, “el estrés induce cambios fisiopatológicos que explican el vínculo entre ansiedad, depresión y enfermedad cardio y cerebrovascular”.
“Además, -continúa-, a los clásicos factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado, tabaquismo, obesidad y sedentarismo, se suman en el entorno laboral otros como el estrés, que desde 2012 está incluido como factor de riesgo cardiovascular en la Guía Europea de Prevención Cardiovascular”.
Para todos aquellos que hayan sufrido un evento cardiovascular, la Dra. Helena García, psicóloga investigadora del Hospital Universitario La Paz de Madrid, dará las pautas para llegar a la aceptación de la enfermedad: “La adaptación a un accidente cardiovascular cursa con muchas reacciones emocionales y desde los entornos laborales se puede favorecer esa adaptación para llegar a la aceptación de la enfermedad”.
“También se hablará de cómo compatibilizar el cuidado de la salud con el desarrollo laboral, que es una parcela muy importante de nuestras vidas”, detalla la experta.
El manejo de la tensión, la autorregulación emocional y la comunicación con el entorno son algunas de las herramientas de gestión del control emocional de las que se hablará. “Uno no se puede relacionar con lo que no conoce, por eso es importante el proceso de adaptación a la enfermedad que, incluso, puede tener impacto en determinados marcadores clínicos ya que un paciente adaptado es más adherente”, explica la Dra. García.
El encuentro contará con el presidente de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), José Carlos Lacasa, quien resalta el compromiso histórico de las mutuas “para realizar actividades orientadas a reducir la siniestralidad, es decir, en prevenir accidentes de trabajo, así como enfermedades profesionales derivadas del desempeño de una actividad profesional”.
Durante el año 2018 , según datos del Sector de Mutuas, más de 6.500 personas sufrieron un infarto agudo de miocardio, 6.400 padecieron algún tipo de disritmia y más de 6.300 tuvieron algún problema de hipertensión, seguidas por las anginas de pecho y las embolias o trombosis venosas.
En su opinión de Lacasa, estas cifras ponen de manifiesto la importancia de fomentar este tipo de jornadas formativas que se realizan gracias a “la colaboración activa de ambas entidades”.
Durante las jornadas, que se desarrollarán hasta el próximo mes de noviembre en Madrid, Barcelona y Málaga, se hablará, y mucho, de reanimación cardiopulmonar (RCP), sedentarismo y su relación con el perfil cardiovascular, tabaquismo y productividad laboral y alimentación fuera del hogar.

En verano, más aún si viajas, prevención y prevención
Millones de personas disfrutan en estos meses de las vacaciones estivales. En esta época del año nuestros hábitos pueden verse afectados con facilidad, por lo que la Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda la importancia de cuidar nuestro corazón en verano, especialmente aquellas personas que ya padecen una enfermedad cardiovascular.
Desde la FEC apuntan, en primer lugar, que “si la condición cardíaca del paciente es estable, está bien controlada y se encuentra bien, no hay problema en hacer un viaje en estas fechas. Ahora bien, si la enfermedad se le ha diagnosticado recientemente o si le han cambiado la medicación hace poco, es mejor posponer los viajes internacionales hasta que la condición del paciente sea estable”.
Consejos generales de la FEC para pasar un verano sin accidentes cardiovasculares o recaídas cardíacas:
Medio de transporte adecuado. Se puede viajar en el medio de transporte que prefiramos, siempre teniendo en cuanta que los trayectos largos en avión aumentan el riesgo de sufrir el síndrome de la clase turista, caracterizado por una trombosis venosa profunda en las venas de las piernas, que podría ocasionar un tromboembolismo pulmonar.
Este síndrome se puede producir por permanecer inmóvil en un lugar reducido y con limitaciones de movimiento durante un periodo prolongado de tiempo. Por ello, si vamos en coche, es aconsejable hacer paradas para estirar las piernas; y si viajamos en avión, tren o barco, es recomendable dar algunos paseos con el fin de propiciar el riego sanguíneo corporal.
No olvidar la medicación. La falta de adherencia al tratamiento en las enfermedades cardiovasculares es un importante problema de salud. El verano supone un cambio de costumbres y nuestra actividad puede variar de un día a otro. Así, es fácil que tengamos algún despiste con el tratamiento farmacológico que seguimos, en especial si disfrutamos de las vacaciones en un país con diferencia horaria.
Una buena idea, por ejemplo, es poner alarmas en el móvil que nos recuerden que debemos tomar la medicación. Por supuesto, el paciente debe llevar consigo siempre su informe médico, en el que se detalla qué medicación está tomando.
Mantenerse hidratad@. En verano aumentan los ingresos hospitalarios asociados a estados de deshidratación. Ancianos, deportistas, embarazadas, niños, trabajadores al aire libre y enfermos crónicos, como los pacientes cardiovasculares, son especialmente vulnerables a sufrirla y a sus consecuencias.
El agua supone alrededor del 70% de nuestra masa corporal. En verano perdemos más líquido, por lo que ese porcentaje disminuye pudiendo dar lugar a que algunos órganos no funcionen adecuadamente. Si llegamos a deshidratarnos se puede llegar a deteriorar nuestra función renal, llevando incluso a la aparición de arritmias. Hay que evitar esta situación bebiendo entre dos y tres litros de agua al día, incluso aunque no tengamos sed. Así nos aseguraremos de que todos nuestros órganos, incluido el corazón, funcionarán correctamente.
Cuidado con los excesos. En estas fechas son muchos los que cometen excesos con la alimentación y el consumo de alcohol. La FEC recuerda la importancia de mantener una alimentación variada y equilibrada, al igual que el resto del año, si no queremos que nuestra salud cardiovascular se vea afectada.
Las personas con diabetes deben tener especial cuidado en este sentido. Del mismo modo, hay que moderar el consumo de alcohol, pues la ingesta excesiva y brusca de bebidas alcohólicas puede provocar trastornos en el ritmo cardíaco.
Descanso. Si bien todos esperamos las vacaciones con el decidido objetivo de descansar, son muchos los que, en estas fechas, siguen manteniendo un ritmo frenético que les impide conseguir su objetivo. Acostarse más tarde y realizar muchas actividades de forma desordenada puede llevarnos a tener más dificultades para conciliar el sueño. Aunque una siesta de media hora es totalmente recomendable, no debemos recuperar por el día las horas de sueño perdidas durante la noche.
Ejercicio físico. La práctica de ejercicio físico es una de las mejores herramientas que tenemos para mantener el corazón en forma. Más aún en verano, cuando disponemos de más tiempo libre para dedicarlo a la práctica deportiva o al ejercicio que más nos guste. Los deportes acuáticos son una buena y refrescante opción en verano, pero si preferimos cualquier otro debemos evitar exponernos a las horas de más calor. Lo mejor es aprovechar las primeras horas del día o las últimas, cuando las temperaturas son más bajas.

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