Los infectados por VIH sufren ser rechazados, discriminados y estigmatizados por la sociedad, hechos que han denunciado en el documental 'Aprender a vivir' donde tres afectados exponen sus testimonios para informar y concienciar a la sociedad
En 2020, 37,7 millones de personas en el mundo vivían con VIH y 1,5 millones de personas lo contrajeron ese mismo año.
El tratamiento de la enfermedad ha permitido que estas personas tengan una calidad y esperanza de vida equitativa a la de la población en general.
Sin embargo, el tratamiento no sirve para eliminar el estigma y la discriminación que los afectados por VIH denuncian en el documental ‘Aprender a vivir’, presentado y estrenado la pasada semana en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas del Madrid, en una proyección a la que siguió un debate con los afectados, especialistas y asociaciones de pacientes.
“Lo que más me frustra es que el rechazo es algo para lo que no tengo pastilla”, expresa José Antonio Pérez-Molina, especialista en enfermedades infecciosas y de transmisión sexual e infectólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
‘Aprender a vivir’ es la forma con la que ViiV Healthcare, compañía dedicada 100 % al VIH, en colaboración con GeSIDA, SEISIDA y CESIDA, quiere visibilizar y reducir el estigma que la sociedad tiene hacia esta enfermedad.
Oliver Marcos, José Fley y María del Mar Linares protagonizan el documental donde comparten “sin miedo” sus testimonios y vivencias relatando en primera persona los retos a los que se enfrentan por tener este virus.
‘Aprender a vivir’
La culpa es el primer sentimiento que engulle a aquellos que conocen la noticia, quienes aportan testimonios que reflejan ese miedo a compartir el diagnóstico con sus familias.
Las reacciones son dispares. La madre de Oliver temió más por el mundo que le esperaba a su hijo que que por el propio diagnóstico.
“Lo que mas miedo me generaba era a lo que te ibas a tener que enfrentar, a la sociedad”, cuenta su madre en el documental.
En el caso de Mar, que en pantalla aparece junto a su hermano, recuerda como en aquellos tiempos de los 80 “la gente no quería a sus hijos con SIDA en casa, los echaban a la calle”.
“La primera frase de mi padre fue ‘qué dónde me había metido’ y mi madre preguntó que era el VIH”, comparte Mar.
Por otra parte, Fley, que aparece acompañado de su hermana, comparte con los espectadores el miedo que tuvo al enterarse de la noticia: “Cuando te vi en el hospital nunca pensé que tendrías VIH y cuando conocí la noticia pensaba que te ibas a morir”.
En el evento de presentación del documental, sus protagonistas debatieron sobre la importancia de informar y concienciar acerca del tema con proyectos, que desde las asociaciones en las que participan, son clave para recuperar su vida.
Prejuicios y un Pacto Social por la No Discriminación
Los prejuicios están en todas partes e impiden que los pacientes de VIH puedan llevar una vida normal.
“Tienen que vivir como el resto de seres humanos. Llevamos años luchan contra la discriminación, que no tiene que ver solo con aspectos sociales”, remarcó el director general de ViiV España y Portugal, Ricardo Moreno.
Los protagonistas han descrito que la sensación que tienen de la sociedad es la de vivir “dentro de un armario”, pues “borrar la marca roja solo se podrá hacer a través de la visibilización”.
Según el Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociado al VIH, las personas con VIH siguen experimentando un trato discriminatorio en ámbitos como el sanitario, el laboral o en el acceso a servicios sociales y jurídicos.
“Es importante que discriminar no salga gratis como pasa en nuestro país”, recalcan desde GESIDA.
El doctor Antonio Pérez-Molina propuso esta solución: “El estigma tiene muy fácil tratamiento; se cura con información, empatía y respeto”.
En palabras de Ander Duque, director del documental, dirigir este proyecto “me ha permitido ver con mis propios ojos la realidad a la que se enfrentan las personas con VIH y aprender más sobre la infección”.
Vivir con VIH enfrentándose al estigma social
Según los resultados obtenidos de la encuesta internacional publicada en 2018 en la revista española de salud pública del Ministerio de Sanidad, en España el 28 % de la población no se sentiría cómoda trabajando con una persona con VIH.
A su vez, el 55 % de los encuestados manifestó que, en caso de no tener pareja, viviría una situación de incomodidad si saliera con una persona con VIH.
Sin embargo, la evidencia científica confirma que el tratamiento contra el VIH es eficaz y un paciente con carga viral indetectable no transmite la infección por vía sexual.
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